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Se muestran los artículos pertenecientes al tema ARTÍCULO DIACRÓNICO.

LAS HOGUERITAS Y LA INMACULADA CONCEPCIÓN

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Bajo los rayos de la luna, la gélida noche visueña se ilumina cuando los leños arden sin tregua, con ligeros chasquidos, elevándose las llamas hacia la bóveda celeste. Una vez más, la entrañable Fiesta de las Hogueritas pervive en la memoria y en la retina de padres, niños y mayores de este rincón de Los Alcores.

El origen de esta milenaria fiesta de culto al fuego se pìerde en la noche de los tiempos. El hombre y el fuego han formado un binomio indisoluble desde que los homo erectus aprendieran a domesticarlo.

Desde la antigüedad, los pueblos mediterráneos han rendido culto al fuego en relación con los solsticios (nombre de los dos momentos del año en que se producen sendos cambios estacionales y es máxima la diferencia entre día y noche) Lo más habitual es el culto al solsticio de verano con fiestas paganas, que se recristianizaron en las populares hogueras de San Juan.

En El Viso, podemos asociarlo con el solsticio de invierno, cuando se produce la noche más larga del año, y desde ese momento la luz empieza a vencer sobre las tinieblas. Esta tradición se puede vincular con los cultos mitraicos, en honor a Mitra, Dios del Sol, de origen persa. De las fiestas mitraicas, destaca la del “nacimiento” del Dios, quién lo había hecho saliendo de una piedra, desnudo y entre pastores. Esta fiesta o “Natalis solis invicti..,” se celebraba el 25 de diciembre, con el solsticio de invierno, comenzando desde ese día el sol a crecer, lo que conllevaba el comienzo del itinerario germinal de la madre Naturaleza.El “mitraismo” fue durante el siglo III el más peligroso contrincante al que tuvo que enfrentarse el joven cristianismo.La Iglesia cristiana cristianiza esta fiesta con el nombre de “Natividad o Navidad de Jesús...”.

En los últimos siglos, la fiesta del fuego en El Viso se relacionó con el día de la Inmaculada Concepción, celebrándose en sus vísperas.
El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia del catolicismo que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado.No debe confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.

La defensa de la pureza de la Virgen Mª se defendió con gran ímpetu en España desde tiempos de los visigodos. En el XI Concilio de Toledo el rey visigodo Wamba ya era titulado «Defensor de la Purísima Concepción de María», abriendo una línea de fieles devotos entre los reyes hispanos. Monarcas como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, el emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares.
El rey Carlos III, muy afecto a esta advocación mariana, creó una orden en su nombre (la Orden de Carlos III) y la declaró patrona de sus estados.

Sin embargo, esta creencia religiosa reverdece tras la reforma protesta, que negaban la pureza original de la Madre de Dios, y la defensa española de la doctrina concepcionista en el Concilio de Trento, de mediados del siglo XVI.La ciudad de Sevilla se convirtió desde principios del siglo XVII en uno de los paladines de esta doctrina, difundiéndola por tu diócesis, no siendo El Viso, cuyo escudo cuenta con el anagrama de María, una excepción.

El dogma oficial de la Inmaculada Concepción se aprobó el 8 de diciembre de 1854 con la bula Ineffabilis Deus: "...Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción..."

La Inmaculada Concepción siempre ha estado muy vinculada con El Viso. Tuvo un altar en la Iglesia Parroquial (la imagen se conservan actualmente en la Capilla de la Virgen del Rosario). Además, se celebró el centenario del dogma, en 1954, con la instalación del antiguo Ayuntamiento, edificio abandonado por nuestros gobernantes, de un retablo cerámico con la imagen de la Inmaculada.

Volviendo, de nuevo a las hogueritas, tenemos que indicar que el fuego, siempre purificador y renovador, nos limpia de toda mancha, antecediendo la celebración de la "Purificación". Del mismo modo, señalan el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas, bajo el son de los villancicos, un ambiente de hermandad y la alegría generalizada de grandes y pequeños, verdaderos protagonistas, estos últimos, de esta milenaria tradición, quiénes como hormigas en hilera acarrean leña los días previos. Desgraciadamente, cuando crecemos nos convertimos en protagonistas pasivos de esta fiesta (¿resabios de ritos de iniciación?)

Nuestras hogueritas están íntimamente entrelazadas en el subconsciente colectivo visueño y gozan del apoyo del consistorio municipal, quién otorga premios a las más espectaculares y concurridas. No obstante, está en peligro de extinción debido al crecimiento urbanístico que reduce a la mínima expresión los lugares donde recoger leña y realizar, con las mínimas medidas de seguridad, estas hogueras. ¿Tendrá el Ayuntamiento que realizar un "Hogueritródomo", es decir, un espacio reservado para la instalación de estos "focos de luz que calientan las frías noches de diciembre"? No sé cuál será la solución para la pervivencia de esta Fiesta, una de nuestras señas de identidad en nuestro imaginario colectivo, pero no estaría de más que una calle o plaza de nuestro pueblo estuviera dedicada a ella.

Marco Antonio Campillo de los Santos
Historiador y Antrópologo







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08/12/2014 14:40 Marco Antonio Campillo Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO Hay 1 comentario.

LA IMAGEN EN LA SOCIEDAD II

..... Los hombres prehistóricos pensaban, posiblemente del mismo modo que los indios de Norteamérica, que en el cabello residía el alma, que era una manifestación del pensamiento. Por consiguiente, cuanto mas larga era la cabellera, más pensamientos había en ella; además,los nuevos pensamientos estaban cerca del cuero cabelludo , por lo que cortarlo era una manera de desprenderse de los pensamientos antiguos y malos y dejar espacio para los nuevos. Esa importante labor estaba reservada para el jefe o persona con mas autoridad de la tribu o clan, que utilizaba finas lascas de sílex a modo de navaja para cortar los cabellos, quién para distinguirse del resto usaban insignias en la cabellera.

A su vez, los hombres prehistóricos, ya empezaron a tener preocupación por la imagen; testigo de ello fueron los numerosos ajuares, encontrados en las excavaciones arqueológicas, que contenían peines,de marfil, de asta, de espina de pescado,...,lo cual demuestra que la preocupación por el cabello y que el arte de cortarlo es uno de los mas antiguos de la humanidad.

Más tarde, llegaron Sansón y Dalila, en uno de tantos pasajes de la Biblia que hacen referencia al cabello; en esta leyenda, Sansón adquiría una fuerza descomunal gracias a su cabello, que no se lo había cortado jamás; de ese modo, podía hacer frente a los filisteos. No obstante, Sansón se encaprichó de Dalila, quién pudo sonsacarle su secreto. Después de varios intentos fallidos, Dalila aprovechó que Sansón dormía para cortarle el cabello, perdiendo éste toda su fuerza. Luego ya sabemos como terminó la historia.... ( continuará)

Blas Jiménez

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09/08/2014 12:55 fuentedelsol Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.


LA SAGA DE “LOS CHOCHALES” I

En estos días en los que, tras el pleno municipal del pasado día, ha surgido “la movida” del archivo municipal, quisiera dar a conocer la historia de una familia, concretamente la mía, o mejor dicho, una parte de la mía,  la que lleva el apellido “de los Santos”.

Con esta humilde aportación a nuestra historia quiero mostrar la importancia que tienen los archivos, porque en ellos se deposita parte de nuestra historia, tanto pública como, en este caso privada, pero al fin y al cabo, historia.

1.-LOS ANTECEDENTES

Podemos remontarnos a finales del siglo XVI o comienzos del XVII cuando empezamos a encontrar el apellido “de los Santos” entre los vecinos de nuestro pueblo. El primero que aparece es Juan de los Santos, casado con Juana Oliva. Entre esta pareja de comienzos del XVII y la formada por Pedro de los Santos y Mencia Gregoria Pineda, hemos de hacer mención a dos generaciones más: la de José, casado con María Romero, y la de Rodrigo Germán, casado con María Manuela Franco.

Con documentación que no se ciña únicamente a un nombre y apellido, hemos de partir del padrón de 1694, fecha en la que encontramos las primeras referencias familiares de Pedro de los Santos, casado con  Mencia Gregoria Pineda. En estas fechas ya serían mayores, pues  José, Juan y Rodrigo, sus hijos, aparecen empadronados en distintos domicilios. Así, José y  Juan vivían en la calle Albaicín, y   Rodrigo, el más pequeño, casado con Josefa Muñoz, en la calle Real.

Centrémonos en Rodrigo y en su hijo Bernardo, que una vez contrajo matrimonio con María Andrea Ortiz, estableció su residencia en la calle Albaicín. De este matrimonio tenemos constancia de la existencia, nuevamente, de tres  varones: Diego, Juan y Bernardino, tal y como reza en el padrón de 1776. Diego pudo nacer en torno a 1770, Juan en 1772, y Bernardino José Pedro de los Dolores  (diminutivo para diferenciarlo de su padre), en 1776. Como podemos observar entre Juan y Bernardino hay una diferencia de edad de cuatro años, por lo que podemos presuponer que entre ambos hubo niños que murieron a edad temprana o, también cabe la posibilidad de lo que en la época se denominaba como “mal parto”, que no es más que un aborto natural.

Según el catastro de Ensenada de 1761, Bernardo, padre de Bernardino, era arriero y propietario de seis bestias, concretamente un macho de carga y seis jumentos. Muy posiblemente falleció con  anterioridad a 1798, pues  no aparece en el padrón de la referida fecha. Además,  los hijos, ya mayores y emancipados, aparecen empadronados en domicilios distintos: Diego, en la calle Convento; Juan, en la del Albaicín, tal vez en la casa paterna, y Bernardino o Bernardo en la calle Carmona, aunque con anterioridad había residido en la calle Albaicín (1787), lo que nos ratifica que en esta calle estaba la casa familiar.

Del matrimonio formado por Bernardino y María Antonia Roldán nacieron: Josefa María (1814), Juan José (1818), Josefa Bernarda (1820) y  María Manuela (1822). De esta prole nos interesa el varón, Juan José, que también aparece en la mayoría de las ocasiones como José, que contrajo  matrimonio con María Josefa Cumplido Cadenas en 1835.

                                              José Ángel Campillo de los Santos

 

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11/07/2014 18:23 José Ángel Campillo de los Santos Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

LA TORRE DEL RELOJ, LA INMACULADA Y LA AMPLIACIÓN DEL TÉRMINO MUNICIPAL.

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Entrados ya en el último mes del calendario, nos acercamos sin prisa, pero sin pausa, a una de las fiestas más tradicionales y familiares del año: la Navidad.

En nuestro pueblo, esta entrañable celebración  arranca con las “hogueritas” la víspera del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada y día grande para la iglesia católica que celebra uno de sus dogmas, el de la Inmaculada Concepción de María.

El dogma de la Inmaculada Concepción de María fue promulgado el 8 de diciembre de 1854 mediante la bula  “Ineffabilis Deus”. A pesar de ello, desde comienzos del siglo XVII, la ciudad de Sevilla se convirtió en la defensora a ultranza del dogma inmaculadista.

Para conmemorar el centenario del dogma, se colocó en la fachada principal del que fue nuestro antiguo Ayuntamiento (hoy en estado ruinoso), un retablo cerámico con la imagen de la Inmaculada. Muy posiblemente sea éste el único elemento que está en buen estado en el viejo consistorio que presenta un grave estado de deterioro,  fruto de la  desidia de  un Ayuntamiento que contempla, impasible, la ruina de un edificio de los años treinta del pasado siglo, que conserva una torre que fue inaugurada en 1846, tal y como reza en una modesta lápida de color gris que se colocó en el costado de la torre, justo donde da comienzo la calle Real.

En dicha lápida podemos leer el siguiente texto:              

 

   EN EL REINADO DE ISABEL 2ª/

SIENDO JEFE SUPERIOR/

POLÍTICO DE ESTA PROVINCIA/

EL SR D. MELCHOR ORDOÑEZ/

Y PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO/

CONSTITUCIONAL DE ESTA VILLA/

D. DOMINGO GARCÍA TEJADA/AÑO DE 1.846.

 

Es importante que nos paremos, aunque solo sea un momento, en el texto de la lápida. En ella se menciona al Jefe Superior Político de la Provincia, D. Melchor Ordóñez que fue invitado a tal acontecimiento, porque en dicha visita se trataron temas muy importantes. Hemos de remontarnos al 15 de marzo de 1846. Este día, en sesión plenaria a la que asistieron Don Tiburcio Torres, Don Rodrigo de León, Don José García y García, Don Juan Alonso Jiménez López, don José León Jiménez, don José León Borreguero, Don José Morillo Conde, Don Sebastián Jiménez López y Don José Vergara Roldán, como mayores contribuyentes, “se acordó establecer el servicio del reloj público sobre una torre”. Dado que no había en la localidad una para tal menester, salvo la de la iglesia, se requirió al maestro alarife Don Manuel Arias para que realizara el respectivo proyecto y presupuesto de las obras.

El proyecto y la obra se llevó a cabo con gran celeridad, puesto que el 5 de julio se autorizó a los regidores Don José León León y don Juan López Sánchez para la adquisición de materiales. La torre se inauguró días después, el 11 de julio, con la presencia de las más altas autoridades de la provincia, tal es el caso del Jefe Superior (cargo que después sería el de Gobernador Civil) que ,en la antesala de la inauguración, y ante la exposición que se le haría sobre el escaso término municipal que gozábamos, ordenó al Ayuntamiento a que presentara  “una razonada exposición a S.M suplicándole se sirviese dar más ampliación al mismo”.

Sabemos que no fue esta la primera vez, pues en 1789 se midió el término con las mismas pretensiones. A pesar de ello, ni en esta fecha,  ni en 1846 tuvimos buena fortuna, pues en 1863 se intenta de nuevo, pues tenemos constancia que el 8 de febrero, en sesión plenaria se acordó invitar al Ayuntamiento de Carmona para proceder al deslinde del término desde los Alcores hasta la vereda del Bailador. Para tal misión se nombró una comisión formada por los siguientes ediles:

-         Don Platón Jiménez León

-         Don José Martínez

-         Don Federico (Jiménez?)

A ellos se les unirían Don Ramón Jiménez Cadenas, Don Isaías Jiménez y Don Juan María Mateos.

La comisión debía reunirse el 12 de febrero con la formada, para tal misión,  en el Ayuntamiento de Carmona No nos consta el lugar en el que se celebró dicha reunión, si es que llegó a celebrarse. Lo que si nos consta es el objeto de dicha reunión:  proceder al señalamiento de la hijuela que había de dividir ambos términos.

Volviendo a la torre, y en concreto al reloj, hemos de decir que su máquina costó  4.400 reales; la campana, de 30 arrobas, 2.265 reales y la veleta 110 reales.

 

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05/12/2013 23:57 JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

EL AGUA EN LOS ALCORES I

 

EL AGUA EN LOS ALCORES (I)

Vitrubio decía que "

el agua es imprescindible para la vida, para satisfacer necesidades placenteras y para el uso de cada día". Sin duda alguna, estamos ante un elemento de la naturaleza que podemos considerar fundamental para la vida, de ahí que desde la antigüedad (Egipto, Mesopotamia, Grecia…) el hombre haya empleado infraestructuras hidráulicas para su mejor explotación; en este sentido hemos de decir que los romanos fueron grandes especialistas en la ingeniería hidráulica al ser capaces de mejorar la captaron, transportaron, distribuyeron y evacuaron fueron los romanos.

Pero al hablar de agua hemos de decir que nos vale cualquier tipo , de ahí que a lo largo de la historia de la Humanidad el ser humano haya buscado el agua en su estado puro, un agua de calidad que según Vitrubio no se encontraba en la embalsada, porque al decir de autores clásicos (Vitrubio, Paladio y Plutarco), el mejor agua, la más salubre, es aquella que no procede de estanques o charcas, no siendo éstas aptas para el consumo humano al estar expuestas a todo tipo de elementos contaminantes, de ahí la necesidad de buscarla. Ante esta situación los sistemas hidráulicos que el hombre ha desarrollado, tanto para el abastecimiento, como para el regadío, no son más que la forma en la que una sociedad se asienta en un territorio para producir y generar vida.

 

 

2.-LOS ALCORES Y LA CUENCA DEL GUADAÍRA

En el margen izquierdo del bajo Guadalquivir, entre el Guadaíra y el Corbones encontramos la comarca de los Alcores. Se trata de una configuración geológica del terreno estructurada en tres unidades geomorfológicas

1º.-Terrazas que sufren un proceso paulatino de elevación que llega a la cota de 20 metros.

2º.-Los Alcores, resultado de la acumulación de distintos tipos de materiales que han sido capaces de resistir la erosión, por lo que estos elementos se elevan sobre el paisaje plano que lo rodea. Estamos ante una alineación del terreno de unos treinta kilómetros con unas delimitaciones muy claras: por el N.E, el Corbones, o río de los recodos (también conocido en el pasado como Guadajoz) ; por el S.O, el Guadaíra.

La anchura de la pequeña estribación oscilando entre los seis y siete kilómetros, aumentando su altura a medida que disminuye su anchura; de esta forma, tenemos un desnivel de doscientos cuarenta y ocho metros al N.E, en Carmona, y de cien metros en Alcalá de Guadaíra. Esta alineación está formada por diecisiete colinas atravesadas por

una serie de pasos naturales llamados puertos que conectan las terrazas del Guadalquivir con una extensa y fértil llanura o Vega desde la que el Alcor aparece como una falla casi vertical, destacando su tono amarillento característico de tierras calizas.

3º.-La Vega, constituida a base de suelos margosos y arcillosos. Se trata de una amplia llanura de suaves ondulaciones formada por sedimentos arcillosos y margosos muy salinizados, que forma, en ocasiones, lagunas o charcas saladas en invierno y costras blancas en verano. Se trata de una superficie plana, de unos setenta metros de altitud media, heredada de un glacis de erosión, que puede datarse en el cuaternario medio, donde la dificultad de desagüe y la impermeabilidad del suelo, explicarían de alguna forma el encharcamiento de los suelos negros o arcillosos.

3.-EL ACUIFERO DE LOS ALCORES

En las entrañas del Alcor encontramos una de sus grandes riquezas: el agua, elemento que conforma el denominado acuífero de Sevilla-Carmona-Écija, y que es consecuencia de la porosidad del terreno que permite la filtración de las aguas pluviales y su almacenamiento dando lugar a embalses subterráneos en los que los manantiales hacen de aliviaderos o rebosaderos.

Para que un material acuífero actúe como almacén de agua subterránea es necesario que en su base y bordes disponga de formaciones impermeables que no dejan que se escape el agua, tanto de forma horizontal como vertical. En el caso de darse estas condiciones se genera un embalse subterráneo en el que se produce un flujo renovable de agua, aflorando de forma natural en forma de manantiales, tal y como ocurre en nuestra comarca, donde como consecuencia del basculamiento del terreno desde el noreste hacia el suroeste, las calcarenitas, compuestas por una roca permeable en superficie y otras impermeables intermedias, permiten el afloramiento de arroyos y manantiales a lo largo de los puertos o zonas de paso entre el Alcor y la Vega.

Todas estas aguas vierten al río Guadaíra, de 127,5 kilómetros de longitud, cuyo nacimiento hemos de buscarlo en la sierra de Pozo Amargo. Estamos ante un río que presenta un trazado sinuoso que tiene que salvar un desnivel de cota de 360 metros y cuyo régimen hemos de calificarlo como espasmódico y torrencial, con máximos caudales en otoño e invierno, hecho que provoca un elevado riesgo de inundaciones en su curso bajo.

VINCULACIÓN DE LOS ALCORES A LA CUENCA DEL GUADAÍRA

MUNICIPIO

TÉRMINO EN Km2

Km2 DENTRO DE LA CUENCA

Alcalá de Guadaíra

 

283,05

 

216,04

 

Carmona

 

924,47

 

211,91

 

El Viso del Alcor

 

19,96

 

16,94

 

Mairena del Alcor

 

69,47

 

69,42

 

TOTAL

1296,95

514,31

 

1.-INTRODUCCIÓN

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22/06/2013 18:40 J0SE ANGEL CAMPILLO Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

SAN SEBASTIÁN, PRIMER PATRÓN DE EL VISO DEL ALCOR

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En tiempos pasados, el 20 de enero era día de fiesta grande en El Viso, se celebraba el día de San Sebastián, patrón de nuestro pueblo hasta el año 1630, fecha en la que los mercedarios, tras presionar al Cabildo Civil, consiguieron desbancarlo y situar como patrón a su Santo fundador, San Pedro Nolasco. Esto lo vemos reflejado en el azulejo que se colocó encima del dintel de la puerta de la casa conventual del Corpus Christi. En el azulejo nos aparece San Pedro Nolasco  embarcando para redimir cautivos y en cuya base encontramos una  inscripción que dice:

NUESTRO  PADRE Y PATRIARCA S. PEDRO NOLASCO//PATRON DE ESTA VILLA Y DIA DE FIESTA EN ELLA DES//DE EL AÑO 1630. SE PUSO ESTA EFIGIE SIENDO COMEN//DADOR DE ESTE CONVENTO, EL PADRE FR. VICENTE DE SAN//

A pesar de ello el pueblo seguía venerando a San Sebastián, patrón desde época medieval, venerada en la desaparecida ermita bajo su advocación situada en la denominada vereda en la vereda del Cañalizo, actual calle Cañalizo, en la acera izquierda, si entramos desde la calle Muela.

Tenemos noticias de la referida ermita desde mediados del siglo XVI, concretamente desde el año 1551, aunque muy posiblemente en estas fechas se llevase a cabo una remodelación del edificio. Muy posiblemente tengamos que remontarnos al siglo XV, fecha en la que la peste asolaba Europa, de ahí que se construyeran ermitas en honor al Santo protector contra la peste. No nos ha de extrañar que encontremos ermitas dedicadas al Santo en toda Andalucía y en consecuencia en la comarca y alrededores, es el caso de Alcalá de Guadaíra, Mairena, Écija, Sevilla, Carmona, etc.

El día 20 de enero se celebraba fiesta en honor al Santo, así y según se desprende de las cuentas del año 1645, se gastaron 30 reales para  un frontal para los bancos de la ermita, 52 reales para pagar a los clérigos que concelebraron en la fiesta y 4 reales por una carga de romero. Estamos hablando de fiestas de gran importancia en la localidad, hasta tal punto que en 1677 se gastaron 180 reales en “cohetes” y 36 reales en una carga de romero, o las celebradas en 1733 donde se gastaron 30 reales en nueve docenas de cohetes y tres ruedas. Sin duda alguna estamos hablando de la importancia de unas fiestas de carácter religioso que eran paralelas a las de carácter profano.

Sabemos por la visita pastoral de 1730 que se veneraba una pintura del Santo, cuadro que estaba en muy mal estado, por “cuya razón es indecente”. Este hecho hacía  necesaria la oportuna reparación, de ahí que se instó al mayordomo a  reducir gastos, entre ellos los de la fiesta del Santo, y con las rentas de las tierras de la ermita “se saque el marco de la pintura con todo cuidado, y después que se componga, repare y blanquee dicha pared”. Una vez reparada la pared, se compraría  una nueva imagen del Santo, el cual se  volvería a fijar en su marco y en el mismo lugar en la que estaba antes de la reparación.

En el año 1800 la ermita estaba en muy mal estado, por lo que el Alcalde mayor de la villa ordenó que se reparase con las limosnas de los feligreses. A pesar de ello en 1803 seguía sin techumbre por lo que la imagen de San Sebastián permanecía en la iglesia parroquial en 1821, pero en este caso se nos habla de una imagen de bulto redondo, tal vez comprada en 1730 y que sustituyó a la pintura del Santo, pues se nos hace referencia al arreglo de dedos, la peana y las saetas. A esto hemos de añadir que este mismo año se destinaba dinero para la novena que se hacía al Santo en la iglesia parroquial. Esta aseveración queda corroborada por el recibo que expide en 1826 Severino Carballo, maestro pintor y dorador, expidió un recibo de 200 reales por haber “renovado la Imagen de Nuestro Señor San Sebastián y dorado su peana, cuya imagen está colocada en el retablo mayor de la Iglesia Parroquial de esta villa”, aunque en 1827 se nos hable del retablo del Santo, no teniendo constancia del lugar en el que se colocó. Lo cierto es que ni en el inventario de 1886, ni en el de 1916 aparece el Santo en el retablo mayor de la parroquia. En el inventario de 1936 en la que hoy es capilla del Sagrado Corazón de Jesús y en tiempos pasados de Nuestra Señora del Rosario había un retablo en color madera,  plateresco, presido por la Virgen del Rosario. A ambos lados de la imagen están las de San Sebastián y San Juan Bautista.

Por último decir que en el inventario de 1916, en el apartado designado como "Otros objetos" y con el número 81 de orden de registro encontramos la siguiente referencia: "Relicario, forma viril de media cuarta de alto con una reliquia de San Sebastián". Este relicario, al igual que la imagen del Santo desapareció pasto de las llamas en julio de 1936.

En la actualidad encontramos una imagen de San Sebastián en la capilla-panteón del cementerio, propiedad de Don Manuel Jiménez León, no teniendo constancia de su procedencia.

                                          JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS

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20/01/2013 23:17 J0SE ANGEL CAMPILLO Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

EL PÓSITO DE EL VISO DEL ALCOR

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1.-INTRODUCCIÓN

 

El Pósito es un establecimiento o almacén de cereales que tenía como objetivo proporcionar trigo barato al pueblo en años de carestía. Es a  finales del XV y comienzos del XVI cuando podemos documentar la aparición en Andalucía de estos establecimientos, es el caso de los de Jerez (1470) y Écija (1505) o el de  Marchena  en 1527.También podemos mencionar el caso del Pósito de Sanlúcar de Barrameda y Utrera (1531 y 1534 respectivamente).

Los Pósitos  actuaban como entes que, de alguna manera, regulaban los precios, sirviendo además como almacén o reserva  de granos en épocas adversas. Por otra parte podemos advertir en la creación de los Pósitos una función de carácter crediticio, dado que prestaban semillas a los agricultores en época de siembra; este préstamo se satisfacía, en época de la recolección, con  creces o intereses que  era de un 4,16%, queriendo evitar con ello que la labranza cayese bajo los prestamistas y usureros.

A  lo largo del XVIII los Borbones llevarán a cabo una serie de reformas encaminadas a evitar los abusos y la mala gestión que de los Pósitos, sobre todo los de carácter municipal, se hacía  dado que estos establecimientos fueron utilizados por las oligarquías locales. En la Real  Provisión dada por  Felipe V en Madrid  el 19 de octubre de 1735 se regula el repartimiento de los granos de los Pósitos con la condición de que no sean deudores.

Con la llegada del siglo XIX los Pósitos se sumieron en la ruina, entre otras cosas debido a las sacas que llevaron a cabo los franceses y los no franceses, amparados por el caos del  momento. Esto provocará que  en 1838 se perdonasen y declarasen extinguidos todas las deudas  contraídas por estas instituciones con anterioridad a 1814, hecho que sin duda alguna vino a dar un respiro a los maltrechos establecimientos que tuvieron que hacer frente en 1836 a un anticipo de seis millones de reales para los gastos de guerra, dineros que nunca se les reintegró. Este hecho va a provocar la fundación de los denominados Bancos de Labradores, para lo que se enajenaron las fincas pertenecientes a los Pósitos; a este respecto hemos de decir que en septiembre de 1842 ya estaban creados, entre otros, los de Dos Hermanas y el Viso.

 

2.-EL PÓSITO DE EL VISO DEL ALCOR

 

Las primeras referencias que tenemos del Pósito de El Viso datan de julio de 1616, fecha en la que el Cabildo decidió, dada su antigüedad, construir un nuevo edificio que diera cabida a las Casas Consistoriales, Pósito y  Cárcel. La decisión del Cabildo fue confirmada por el Señor del lugar que dio los permisos oportunos el primero de agosto del mismo año. Solventado el problema, el Cabildo acordó comprar una casa  junto al recién construido, en parte, convento de mercedarios del Corpus Christi. Nos consta que dicha compra no llegó a realizarse pues los frailes habían pensado añadir las casas aledañas al convento a un pequeño huerto, anejo al mismo, que en estos momentos se estaba formando junto al recinto conventual. Teniendo en  cuenta que los frailes gozaban de la protección del Señor y que las finanzas del Cabildo no eran las más adecuadas, el Cabildo no tuvo más remedio que desistir y construir o rehabilitar el viejo Ayuntamiento en la plaza pública. Tenemos constancia, en el último cuarto del siglo XVII, de la existencia de dos Pósitos. Como es muy escueta la documentación sobre el hecho, no podemos emitir juicio en referencia a si se trataba de un hecho excepcional, motivado, entre otras cosas, por un excedente de granos, o por, el contrario, realmente estamos hablando de la existencia de dos establecimientos. En la segunda mitad del XVIII (1757) se construyó un nuevo edificio en la entrada de la calle Real, junto a lo que hoy es  plaza del Ayuntamiento, entonces plaza de Abajo. El nuevo Pósito “se fabricó en el año 1757 de cabida 4.000 fanegas de trigo en una sola cuadra con separación para la asistencia de los interventores”. Esta fecha viene a coincidir con la del contrato firmado el 3 de junio de 1757 por el maestro albañil, natural de El Viso y vecino de Sevilla, José Trigo  y en el que se exponen las condiciones de la construcción del nuevo edificio,que se construyó sobre un solar de 123 metros cuadrados aproximadamente. Para llevar a cabo esta obra era necesario derribar algunas tapias y el testero de las Casas Capitulares “para la buena unión de la obra”. Los cimientos del edificio tenían una profundidad de dos varas, siendo los mismos de piedra y hormigón pisado a tres manos de pizón. Una vez terminada la cimentación se levantaría un banco sobre el perímetro del edificio en el que se dejaron huecos para la ventilación y comunicación de los empalomados.

Una vez completado el banco que tenía la función de impedir la entrada de humedades en el edificio se construyeron las paredes a base de paramentos de ladrillo visto entre los que se insertaba encajonados de piedra separados entre sí por hiladas de ladrillo.

El interior del edificio se estructuró a base de dos líneas en la que se construyeron tres pilares sobre los que cabalgaban arcos de medio punto que servirían para sostener la techumbre, toda de madera de Flandes que se cubriría con teja.

Por lo que respecta a los huecos se construyeron cuatro ventanas con sus pertinentes rejas, rejillas y puertas. Las puertas de la calle debían de tener dos varas de ancho y tres de alto. Por último, una vez igualado el terreno se harían los empalomados que  debían de tener un pie de altura. Sobre el empalomado se colocaría la solería, de ladrillo raspado, dejando dos escalones en la puerta de la calle, de ladrillo de rosca. El precio de la obra  se estipuló en 20.000 reales y el tiempo estipulado para su construcción el de cinco meses.

Las condiciones de pago estipuladas entre el maestro albañil y el Concejo de la villa, que es la entidad que se compromete a satisfacer el pago, quedaron establecidas de la siguiente manera:

  • 6.000 reales, al comienzo de la obra.
  • 6.000 reales, cuando la obra estuviese en su fase intermedia.
  • 5.000 reales, al enmaderar.
  • 3.000 reales, al finalizar la obra.

Años después, en 1774, dado que el establecimiento quedaba pequeño, se llevó a cabo  una ampliación del mismo, quedando el coste de la obra estipulada en 18. 225 reales.

Este nuevo Pósito podemos encuadrarlo en la arquitectura academicista propia de este período, caracterizándose por ser un edificio de “sobrias líneas”.

En 1810 los franceses lo asaltaron e incendiaron parte de su archivo, o más bien por aquellos a los que no le interesaba la pervivencia de tales libros y aprovecharon la coyuntura para hacer desaparecer la documentación y, de paso, las deudas. En septiembre de 1842 el Pósito se convirtió en Banco de Labradores. En este período en los almacenes se dejó de guardar el grano, permitiéndose el almacenamiento en graneros privados. Ante esta situación, y para obtener beneficios la junta directiva del referido Banco, decide  alquilar por dos años “el local que sirvió de paneras al pósito de esta villa, situado en la calle Real número tres...dicho local pertenece al Banco, como  propiedad que fue del citado pósito  [...]Que teniendo en cuenta que el ya referido local se edificó para meter y conservar los granos, la construcción de él es más a propósito para este objeto y por tanto la junta al arrendarlo lo destinó con ese fin”. El patrimonio  del Banco de Labradores era en 1865:

-         Casa panera o Pósito.

-         Una estacada de olivar en el pago de la Asomadilla y otra en el de Cantosales.

-         El huerto de la Muela.

-         Una casa en la calle Bajada a la Vega, antes Cantarranas (actual calle Tren). Casa que, con posterioridad, se añadiría al que ahora denominamos como Ayuntamiento en 1939.

 

 

                                                                     José Ángel Campillo de los Santos

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12/10/2012 14:00 fuentedelsol Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

EL CAMPANARIO DE SAN MIGUEL

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                         Me gustaría dedicar este artículo a mi amigo Vidal y a su nuevo hijo, Miguel.

 

El Arcángel San Miguel ha sido considerado por las iglesias católica, ortodoxa, copta , anglicana, judía  y musulmana como el jefe de los ejércitos de Dios; es por tanto un Santo importante y de gran veneración, tal y como ocurría en nuestro pueblo, de ahí que no nos ha de extrañar que en el campanario se colocase una veleta del mismo, o que en 1643 el Cabildo civil y el Alcaide de la cofradía del Santísimo acordasen hacer una puerta bajo la advocación del Santo, dada la especial devoción que se le tenía.

Iconográficamente se le  representa como un ángel con su espada desenvainada matando al maligno (representado en forma de serpiente, generalmente). Es ésta la representación que podemos encontrar en una de las veletas más bellas de toda la comarca y que tenemos la satisfacción de disfrutar en la cúspide del campanario de nuestra iglesia parroquial. Hoy la podemos apreciar con ese color característico que da el hierro  oxidado, pero hemos de suponer que en sus mejores tiempos, a mediados del siglo XVII, se pudieran  apreciar sus distintas tonalidades, incluyendo su magnífico penacho de plumas.

Aunque del siglo XVII, está colocada en un campanario algo más reciente que sustituye al primitivo, más bajo que el actual y situado a los pies de la nave central del templo. Hemos de remontarnos al año 1732, fecha en la que se decide derribar las tres naves del templo parroquial, dado su mal estado; el campanario, como no había más dinero, se mantuvo. Al terminar las obras del remozado templo, que llega a tener un aspecto similar al actual, nos encontramos que el nuevo tejado llega al cuerpo de campanas, por lo que, cuando llovía las aguas entraban dentro del campanario e inundaban el templo. En 1757, después del terremoto de Lisboa, se propuso su derribo dado su mal estado.  El nuevo se debería de hacer en los pies de la nave de la epístola, aprovechando un cuerpo de torre que no era más que la escalera de acceso al existente; de esta manera se le añadió al cuerpo de torre unos tres metros de altura, por lo que la caña adquirió mayor esbeltez. Encima de la caña se colocó el cuerpo de campanas. Actualmente hay cuatro: San José (1918), Santa María (1872), San Pedro y la Purísima (1878). Aunque la función de las mismas se ha reducido en la actualidad, hemos de decir que ya en las ordenanzas municipales de mediados del siglo XVI se habla de la obligación que tenía el sacristán de tocar la campana gorda (esto significa que había más) para dar las horas.

En el año 1807, en unas obras menores, se colocó la reja que tapa uno de los cuatro huecos del cuerpo de campanas. Fue una decisión tomada por el cura párroco, un poco harto de las continuas roturas de tejas que se producían en el tejado de la nave central y que provocaban goteras los días de lluvia. Esta situación la provocaban los muchachos que subían al tejado por el campanario buscando nidos de pájaros.

  En el año 1971 se llevó a cabo la restauración de la torre, dado el mal estado en el que se encontraba. Por decisión del párroco se picó toda la pared y se dejó el ladrillo visto con los consiguientes problemas de humedad. En los años noventa se volvió a consolidar nuevamente y recientemente, tras la muerte de Manolo, el campanero,  se  ha sustituido el toque manual de campanas por uno eléctrico.

                                                               José Ángel Campillo de los Santos 

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26/07/2012 14:55 JOSE ANGEL CAMPILLO Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

LA ROSCA DE PAN

LA ROSCA DE PAN

No cabe duda de que la tierra en la que vivimos, los Alcores, es una zona que desde muy antiguo ha suministrado cereal, tal y como ocurría, por ejemplo durante el Imperio Romano. En épocas más recientes, y a partir de la Baja Edad Media la zona suministraba trigo y pan, no sólo a la capital hispalense, sino también a la vecina ciudad de Carmona. Este hecho hace que a lo largo de la Edad Moderna y hasta finales del siglo XVIII, en las villas de El Viso, Mairena y Gandul, amén de otras cercanas, se fabricase gran cantidad de pan, tal y cómo lo atestiguan la cantidad de hornos de cocer pan que había no sólo en Alcalá, la de los panaderos, sino en El Viso y Mairena del Alcor.

Como ejemplo de lo que decimos tenemos el padrón de vecinos de Mairena del Alcor del año 1727. Se trata de un documento bastante interesante, dado que hace una clasificación de la población atendiendo al oficio de panadería y todo lo relacionado con la misma.

 

PADRÓN GENERAL DE MAIRENA DEL ALCOR (1727)

 

VECINOS

PANADEROS

NEGROS

ATAHONEROS

HORNEROS

VIUDAS

TOTAL

411

231

17

13

13

31

716

57,40%

32,26%

2,38%

1,82%

1,82%

4,32%

100%

 

Hemos de decir que este padrón se elabora ante el hecho de que los panaderos de Mairena, amén de los de otras villas están exentos de la milicia, hecho que, de alguna manera, puede exagerar el número de personas dedicadas a la panadería, directa o indirectamente. Dichas exenciones, según manifiesta al Cabildo el Capitán General, estaban concedidas “a los panaderos de las villas de Alcalá de Guadayra, Mayrena, Gandul y dos Hermanas”en atención  a la obligación de abastecer de pan a la ciudad de Sevilla, de ahí que el reparto de los soldados se debía de  hacer entre aquellos vecinos que no fuesen panaderos. Se trataba de “reconocer los que componían el gremio de la panadería y en el resto cargar el número de gentes que deuen aprontar por su dotación de milicias”. Estamos ante un privilegio, pues además de no participar en el ejército, los panaderos estaban exentos de “contribuir al alojamiento de tropas y de la requisa de los medios de transporte”, circunstancias que nos demostrarían el interés por  formar parte de ese grupo de “privilegiados”. Como podemos comprobar en el padrón anterior había un total de 231 panaderos, lo que supone el 32 % del vecindario. A esto hemos de unirle el número de  atahoneros y horneros, por lo que el total asciende al 35 %, lo que quiere decir que 1 de cada 3 vecinos de Mairena  se dedicaban, directa o indirectamente, a la panadería tal como lo aprecia el Cabildo: “Aunque todo  el mas  del pueblo son panaderos…”. Sin embargo, los panaderos no cumplían con sus obligaciones de amasar a diario pan y llevarlo a Sevilla, de ahí que a pesar de los continuos requerimientos durante dos años hacen que la Real Junta Magna de Sevilla se dirige a la villa en estos términos: “en conformidad con su obligación remitiese diariamente el pan con Diputado para que entre directamente en la plaza del pan de dicha ciudad, y no haciéndolo así quedara deshonrada de los privilegios que goza por esta razón”.

Son muchos los tipos de pan que se han elaborado a lo largo de la Historia, pero hemos de destacar, dado que es el que nos interesa, el que denominamos como “rosca de pan”. Se trata de una pieza elaborada con harina de trigo a la que se le añade  ajonjolí o sésamo (“sesamum indicum”), semilla oleaginosa, alimento de carácter energético que contiene entre otros componentes: proteínas, metionina, calcio, hierro,zinc. Estamos ante un fruto muy completo, de alto contenido en fibra que sirve, entre otras cosas, para contrarrestar el insomnio, la depresión nerviosa, la melancolía, el estrés, el agotamiento mental y es fundamental para las personas en estado de convalecencia. Visto los aspectos positivos de esta minúscula semilla, podemos presuponer la importancia del mismo en determinados momentos de la vida de una persona, es el caso de enfermos o mujeres convalecientes de un parto. A este respecto hemos de comparar la forma que se le ha dado a la rosca de pan con el aparato reproductor femenino. Si comparamos mentalmente el preciado manjar, podemos apreciar cómo la parte más estrecha del pan podemos asimilarlo con las trompas de Falopio, mientras que lo que denominamos como “panza” no es más que el útero del referido órgano femenino. Estamos pues ante una pieza de pan de origen incierto, bien puede ser musulmán o judío, o es las simbiosis de estos dos elementos culturales tan distintos, pero al mismo tiempo tan semejantes. No obstante, el origen musulmán o judaico, es en cierto modo, lo de menos; lo que sí es cierto es el hecho de que esta pieza de pan tan preciada se le regalaba a las mujeres que habían dado a luz, un regalo que iba acompañado de una buena gallina vieja, de las que hacen buen caldo, un caldo reconstituyente que, unido a la vitalidad que proporcionaba el ajonjolín, servían como reconstituyente natural en un momento tan delicado en la vida de una mujer.

 

                                                       José Ángel Campillo de los Santos

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18/02/2012 21:24 fuentedelsol Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

LA ERMITA DEL CRISTO DE LA CÁRCEL DE MAIRENA DEL ALCOR

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LA  ERMITA DEL CRISTO DE LA CÁRCEL DE MAIRENA DEL ALCOR

En la villa de Mairena del Alcor, en su plaza pública, encontramos un pequeño templo de una sola nave muy remozado a comienzos del siglo XX, según resulta de la comparación que podemos hacer actualmente con lo que de la misma se refiere en el inventario de 1884. La ermita, construida en torno a la segunda mitad del siglo XVII, ocupó un solar que perteneció a la capellanía que fundó Alejo García. Se trataba de  “una casa tienda… que se hizo solar en cuyo sitio y otros accesorios se labró la iglesia capilla del Santo Cristo que se titula de la cárcel”.No obstante hemos de remontar  la construcción del templo en torno a  1644, fecha en la que don Alonso Moya, corregidor de la villa , solicita licencia  para que se diga misa en la cárcel “siendo así que hay sala y capacidad bastante en la dicha cárcel de la dicha villa”. En marzo de este mismo año el cura más antiguo de la villa dio fe de la capacidad del cuarto o capilla: “Y habiendo visto la capilla destinada para celebrar el Santo Sacramento de la misa a los presos que están en ella digo que la sala que tiene la dicha cárcel está inclusa en ella y dentro de las paredes y puertas de la dicha cárcel y que tiene… un altar proporcionado para se celebrar y tres gradas adornando y un cuadro de un Santo Cristo donde se puede celebrar de forma que los presos de la dicha cárcel pueden oir misa aunque sean más de treinta personas… y se pondrán rejas que salen a la dicha capilla, si bien el dicho altar no tiene ara consagrado ni por consagrar ni están prevenidos ornamentos”. Dos días después se obtiene licencia para poder decir misa en la referida capilla. Tenemos constancia de los muchos milagros atribuidos a la venerada imagen; así en el último tercio del siglo XVII (1689) se hacían rogativas con la imagen del Santo Cristo como consecuencia de que “su divina Majestad nos está amenazando por nuestros pecados con falta de agua y langosta y quiere verdadero arrepentimiento” por lo que el Cabildo acordó que “ para que su divina Majestad tenga misericordia de todo género humano conviene el que se saque  en procesión el Santísimo Cristo de la Cárcel y hacerle un novenario de misas cantadas”. Ya en 1694 el templo se había consolidado y era conocido como “altar de la cárcel”.

A finales del siglo XVII, en el  altar mayor encontrábamos “un cuadro de Cristo crucificado y en los lados de dicho altar dos niños de talla” . No volvemos a tener constancia de la imagen hasta  el  inventario de 1866, fecha en la que se  especifica que el lienzo está sobre un “marco dorado y colocado en un pequeño retablo de madera pintada, mesa de altar” donde había un ara con dos niños de candelero de media vara y una lámpara  de metal. En el lado derecho estaba el  “altar de nuestra señora de la Soledad” , una dolorosa de candelero de vara y media de altura y  la urna de Jesús en el Sepulcro “de madera dorada, con cristales”. En el lado  izquierdo un retablo “de la Magdalena con un San Antonio” de yeso, jaspeado, el Santo de talla y el altar del Señor del Amor, también de yeso. En el inventario de 1866 nos aparece un altar, de madera, pintado con San Sebastián, de vara y media de alto y dentro del nicho del altar “una Virgen con un niño de marfil con su peana y una corona de plata; un Santo patriarca de barro y al pie un niño Jesús con potencias de plata”. El hecho de que encontremos a San Sebastián en el templo puede deberse a un hecho circunstancial, dado que el  Santo se veneraba en la ermita del mismo nombre, por lo que podemos pensar que la referida ermita estaba en obras y se había producido un traslado provisional. Junto a la ermita y compartido con la vieja cárcel  había un patio pequeño en el que había una sala donde se guardaban los pasos y enseres de la Hermandad de “Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro de Cristo”. En referencia a esta cofradía hemos de decir que en el año1662, Alonso Pastor Castellón, Diputado y hermano de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, sita en la iglesia parroquial de Mairena del Alcor, manifiesta “que los Hermanos y Diputados de la dicha Cofradía tienen por costumbre de reelegir  por mayordomos de ella a las personas que lo han sido” y que deben dinero a la Hermandad, por lo que perjudican las Reglas y Constituciones de la Hermandad. Por todo ello solicitaron se mandase el requerimiento  necesario para que esto no ocurra y que los nombramientos de mayordomo se hiciesen entre los demás diputados y hermanos que no lo hubiesen sido todavía, y siguiendo el turno que especifican las Constituciones y Reglas de la Hermandad. Así lo mandó el Vicario General, y así lo acataron los mayordomos, diputados y escribano de la Hermandad, que manifestaron su disposición a obedecerla. Estamos ante una de las nueve Cofradías  que aparecen en la relación de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Sevilla del año 1771. Tenemos constancia que desde muy antiguo la Cofradía hacía su estación de penitencia el Viernes Santo por la tarde. Así tenemos constancia que  los pasos e insignias se trasladaban sobre la una o las dos  de la tarde a la parroquia para allí hacer el descendimiento de la Santa Cruz, colocar al Señor en el Sepulcro y hacer la estación de penitencia. Sin embargo en 1755 el mayordomo de la referida Cofradía solicitó que la misma hiciese su estación de penitencia desde la misma ermita o desde la plaza pública  “para  que de este modo la vea todo el pueblo, como es estilo hacerse en otras villas y en la ciudad de Carmona”. El vicario informa  que desde hace tiempo inmemorial dicha cofradía salía de la parroquia el Viernes Santo por la tarde “y habiéndose introducido de pocos años a esta parte en dicha iglesia el paso del descendimiento del señor de la Cruz”, a la que asistían  cuatro sacerdotes que hacían las funciones de Santos Varones, que al parecer estaban descontentos por percibir pocos agasojos de la Hermandad, a lo que había que unirle en hecho de que rompían sus ropas, circunstancia que perjudicaba a la parroquia. No contento con esto el Mayordomo hace juramento, un mes después, de los agasajos que la Hermandad  hacía a los cuatro sacerdotes: cuatro bolas de jabón, cuatro empanadas, un frasco de vino, cuatro velas. A esto hemos de añadir otros regalos que se entregaban a cada beneficiado de la parroquial: una vela de media libra y otra al Vicario y al cura más antiguo.

En junio del mismo año interviene el fiscal General del Arzobispado que da su parecer y manifiesta que dicho proceder iba en  contra el Sínodo del Arzobispado, por lo que este tipo de representaciones estaban prohibidas, de ahí la conveniencia de prohibirla en Mairena, evitando así problemas, no perjudicando ni al monumento ni a las vestiduras de los clérigos”.  La controversia se dará por finalizada el  27 de junio de 1755, fecha en la que el viario General indica que la Cofradía debía de salir de la ermita  prohibiéndose el descendimiento de la Cruz.

Por lo que respecta a la cofradía del Santísimo Cristo de la Cárcel, entre los gastos que la misma tenía que afrontar tenemos: “una fiesta que se hace con toda solemnidad el día de la exaltación de la Cruz”, cera, reparos de la capilla, aseo y adorno del altar,  aceite para la lámpara, sermón que se predicaba, música  y fuegos que se quemaban en la víspera. No tenemos constancia si esta Hermandad titulada del “Santísimo Cristo de la Cárcel y de Nuestra Señora del Amparo” tuvo, con anterioridad al último tercio del siglo XIX, reglas. Nos consta que en 1885 José María López Rodríguez, en nombre de la Hermandad, se dirigió al Cardenal solicitando la aprobación de las mismas previa aprobación del cura párroco, paso imprescindible para que las reglas pudiesen ir a Palacio.

 

 

                                                   José Ángel Campillo de los Santos

                                           

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15/01/2012 20:57 fuentedelsol Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

“La hoguerita” fiesta profana y fiesta religiosa

El siete de diciembre, cuando la tarde va dando paso a la fría noche, una tras otra, en los distintos rincones de nuestro pueblo las hogueras comienzan a iluminar la noche, la luz vence a las tinieblas. Cualquiera  que estuviera fuera de este contexto festivo  podría decir que el Viso arde en llamas.

Efectivamente, el siete de diciembre, a catorce días del solsticio de invierno, cuando la noche, la  más larga, se adueñe del tiempo, en un pueblo de los Alcores, en los Alcores del Viso, se encienden las hogueritas en honor de la Inmaculada Concepción de María; se celebra la vigilia de la Inmaculada. Estamos ante una fiesta que afortunadamente pervive en el imaginario común de un pueblo que durante cierto tiempo tuvo atisbos de ciudad dormitorio, pero que ha sabido autoafirmarse como pueblo con identidad propia en este mundo tan globalizado e impersonal en el que vivimos. Las fiestas, la fiesta del fuego, en este caso, se convierte en un referente identitario de la comunidad y pervive, en parte (al César lo que es del César…) al papel que ha jugado  el Ayuntamiento de nuestra localidad durante algunos años.

Asistimos a una fiesta en la que  los niños, los que no se han convertido todavía en púberes, acumulan  maderas en torno a una improvisada “pira” que servirá como lugar  en el que se quemará todo lo viejo y en el que el fuego servirá como elemento purificador, porque  el fuego es un signo de purificación y de renovación. Desgraciadamente cada día quedan menos espacios en los que poder encender las hogueras la “noche mágica” del fuego en El Viso del Alcor. Tampoco hay ninguna plaza que lleve el nombre de “la hoguerita”, nombre visueño donde los haya.

Esta ancestral fiesta del fuego que se pierde en los albores de los tiempos  y que tenía como objeto invocar al nuevo sol, a la nueva vida que renace, fue cristianizada y mediante un proceso de readaptación, de sincretismo religioso, se le dio un nuevo sentido al celebrarse en las vísperas de la Inmaculada Concepción de María que se convierte en elemento purificador. No podemos olvidar que a la Virgen la invocamos como “ la Pura” y que incluso se le da el nombre de “Purificación”.

La idea de que María fue concebida sin pecado original, procede de la iglesia griega. Desde aquí se extendió hacia occidente alcanzando gran importancia en Inglaterra a lo largo del siglo  XI. En 1281, el Obispo de Barcelona “ordenó que se realizara una fiesta a la Inmaculada en la catedral. Años más tarde, la devoción se extendió por toda España, siendo aceptada por amplios sectores de la iglesia desde finales del siglo XIV”. Sin lugar a dudas la monarquía española  jugará un papel importante a la hora de reivindicar el dogma de la Inmaculada a Roma. Así, por ejemplo, Carlos V  pidió que se fundaran cofradías de la Concepción en todo el país lo que hizo que proliferase el culto  a esta advocación. Esta nueva situación provocó que los teólogos españoles defendieran y definieran el dogma de la Inmaculada en la quinta sesión del Concilio de Trento donde se dictaminó a  favor de la doctrina concepcionista que caló hondamente en Sevilla, hasta tal punto que en 1613 cuando en un sermón que se dio en el convento dominico de Regina Angelorum, se esgrimieron argumentos en contra de la Inmaculada Concepción de María, este hecho hizo reaccionar a la sociedad sevillana. En este contexto  de enfrentamiento surgen las famosas coplas de Miguel Cid: 

                                              “Todo el mundo en general

                                                   a voces, reina escogida

                                                 diga que sois vos concebida

                                                    sin pecado original”   

 

Paralelamente a este hecho el cabildo sevillano jurará defender el dogma de la Inmaculada. De la misma manera actuó por aquellos años el cabildo de nuestra localidad o el de Granada en 1618 que para conmemorar este juramento se acordó, en 1621, realizar un monumento a la Inmaculada (el primero) que fue terminado en 1631.

En el año 1654, Inocencio X, a instancia de Felipe IV, declaró obligatoria la fiesta en España y sus territorios. Será Alejandro VII, en 1661 quien redactará la Bula “Sollicitudo ómnium Ecclesiarum” donde definió el misterio  de la Concepción, concediendo en 1664 a España el derecho a celebrar el oficio y Misa de la Inmaculada. Clemente XIII, por mediación de Carlos III, declaró Patrona de los reinos y dominios españoles a la Inmaculada Concepción, fundando el rey, en 1775 la Orden de la Inmaculada. El dogma de la Inmaculada Concepción de María fue proclamado oficialmente por la iglesia el 8 de diciembre de 1854 por medio de la bula “Ineffabilis  Deus”.

Esta fiesta tan nuestra bien merece conservarse y llevar un nombre en el nomenclátor de nuestra localidad.

 

 

 

                                                        JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS

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08/12/2011 18:44 JOSE ANGEL CAMPILLO Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

CITAS SOBRE MAIRENA DEL ALCOR

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En los días 25, 26 y 27 de Abril, se celebra la famosa feria que lleva el nombre de la villa a la que concurren en dichos días traficantes de todas las provincias de España a proveerse especialmente de ganado de cerda, caballar y lanar y utensilios de labor.                                     

                    Pascual Madoz


Esta es la feria en la que nadie es forastero.
                                                      Voz popular


Y antes de que amaneciese me puse en Mairena que es un lugar que está a cuatro leguas de Sevilla.
                                                       Miguel de Cervantes


No sé que tiene Mairena
que hasta el agua sabe a cante
y el vino a copla morena.
                          Rafael Belmonte


Pero en tu feria OH Mairena, es donde se compendia, cifra y encierra toda Andalucía, su ser, su vida, su espíritu, su quintaesencia.
                                                                Estébanez Calderón


En ti Mairena, es donde se fija cada año el uso que ha de regir los adornos que más privan, el corte que han de tener las diversas partes y aditamentos del traje andaluz.
                                            Estébanez Calderón


Un pueblo está capacitado y adiestrado en la difícil tarea de captar y definir esa florescencia pura y luminosa del andalucismo, un pueblo que se llama Mairena del Alcor.
                                            Jiménez Sutil


La antigua Feria de Mairena, madre de todas las ferias que en el mundo han sido.
                                                                        Adriano del Valle
Es la feria de Mairena
ya se eleva el confuso
hirviente sordo rumor
de aquel portentoso mundo
que se revuelve en la vega
girando siempre en tumulto.
Tomás Rodríguez Rubí. 1843

Sus visos y alcores llena
por los floridos abriles
con sus feriantes Mairena
cubriendo la rubia arena
yeguas y potros miles
(Cantiga popular)


Ay Mairena, Ay Mairena del Alcor si tu nombre en la lengua de los moros recuerda agua de la fuente.
Estébanez Calderón


La feria parece un campamento árabe o morisco después de una correría. Ganado vacuno, ovejas, caballos desparramados, tiendas de campaña toscas. Hombres yendo y viniendo montados sobre hermosos caballos con atavíos andaluces. Algunos en grupo, otros durmiendo a la sombra, otros bebiendo y cantando.
Washington Irving 1828


Que movimiento, que Babilonia, desde el Genil hasta la frontera de Portugal; desde Sierra Morena hasta las playas de Tarifa y Málaga, el universo se conmueve para asistir a la famosa feria.
Estébanez Calderón


…tu famosa feria de los finales de Abril precursora de la de Ronda, primera en todo el año y rica cual ninguna de las dos Andalucías, Alta y Baja.
Estébanez Calderón


Por las mañanas, mi padre me sacaba al gran mercado, inmenso recinto en donde se entremezclaban infinidad de gitanos de toda España, muy en especial de toda Andalucía, donde se sentía el relincho de ganado de todas clases y donde se habían instalado muchos sombrajos convertidos en tabernas de bebidas y comidas.
Antonio Mairena


Porque es tu feria el camino
de los cielos, y en la tierra
no hay feria más animada,
ni en el mundo otra Mairena.
Manuel María de Santa Ana


( Ay, Mairena; ay, Mairena del Alcor! Si en tu nombre en la lengua de los moros recuerda agua de la fuente; si con tus olivos eres la mata de albahaca de los olivares que crecen entre Carmona y Sevilla; si el Alcor sobre el que estás situada te encima y sobrepone a cuantas villas, lugares y alcairías ostenta el Guadalquivir y presenta el Aljarafe;)quién no te celebrará además por aquella tu famosa feria de los finales de Abril, precursora de la de Ronda, primera en todo el año para aquellos países, y rica, cual ninguna de las dos Andalucías, alta y baja?
Estébanez Calderón


A un lado y a otro se extendían lazos simétricas selvas de olivos que se pierdan a la vista, como el horizonte en el mar, y al frente, como cerrando el cuadro, se miraban coronados de rosadas neblinas los altos collados sobre que se ve fundada la antigua Carmona.
Estébanez Calderón


Colina soleada, hermosa vista desde una parte de la feria sobre una amplia y rica llanura con las ruinas de un castillo morisco en el cercano horizonte y las montañas de Ronda en la lejanía.
Washington Irving


Dista cuatro leguas de su capital Sevilla, mirando al Poniente, un cuarto de la del Viso hacia el Oriente, dos de Alcalá de Guadaíra al Poniente, y se extiende su jurisdicción o término por el Oriente un cuarto de legua, media por el Poniente, una al Norte y otra al Mediodía.
Descripción de la villa de Mairena. Tomás López 1785

RECOPILACIÓN JOSÉ MANUEL NAVARRO

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08/10/2011 21:19 fuentedelsol Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN LOS ALCORES

La presencia del hombre en los Alcores se remonta, según lo atestigua la arqueología, al neolítico-eneolítico. No tenemos más que recurrir a la Carta Arqueológica de la zona para rastrear los cuantiosos restos arqueológicos que denotan la presencia del hombre en el Alcor. Estamos ante una zona muy antropizada, por lo que la huella del hombre, lo que podemos denominar como huella ecológica,  ha ido modificando, poco a poco, pero de forma inexorable, nuestra comarca.En la actualidad, entendemos como censo de población el recuento de individuos que conforman una población. Se trata de una cuantificación  racional de la población  que se hace en función a unos criterios objetivos cuyo resultado puede ser utilizado estadísticamente.

El primer Censo que se hizo en España con un concepto estadístico, y por lo tanto moderno, es el de 1857. Previa a esta fase  podemos hablar de un  período preestadístico  en el que resultaba difícil  cuantificar la población que había en un lugar determinado como consecuencia de que la población no se contabilizaba en relación al  número de habitantes o de almas, sino en función al número de vecinos, lo que  lleva implícita  una cuantificación de carácter fiscal.

El hecho de emplear el término vecino y nuestra necesidad de convertirla en un número cuantificable (habitantes) hace que tengamos que utilizar un coeficiente (normalmente se utiliza el 3,5 o 4) que nos permite obtener un número, más o menos, aproximado del total de habitantes que había en un lugar determinado.

Una vez planteado el primer problema, hemos de  hacer referencia al segundo: la falta de fuentes documentales y su dispersión. Estamos ante otra de las cuestiones que hacen difícil el estudio de una población, más si se trata de una comarca, porque  es preciso recurrir a datos que hagan referencia al mismo tramo cronológico. De esta manera podremos llevar a  cabo comparaciones y, en consecuencia, sacar conclusiones.

Al hacer el estudio de la población en los Alcores hemos tenido en cuenta la siguiente documentación:1º.-El padrón General de 1591

2º.-El Censo de 1642

2º.-El Vecindario de Ensenada de 1759

3º.-Población de las  Vicarías de Sevilla de 1791

3º.-Censos de los siglos XIX, XX y XXI.

EL PADRÓN GENERAL DE 1591

Tal y como hicimos referencia en la introducción, la cuantificación de la población ha sido una de las grandes preocupaciones de los gobernantes a lo largo de la Historia, dado que hay una incuestionable relación entre el número de personas y el desarrollo socioeconómico de un lugar. A pesar de su importancia, nos resulta bastante difícil estudiar la  estructura de la población en el Antiguo Régimen.

El primer documento que nos permite llevar a cabo una comparativa de la población de los Alcores es el padrón general de 1591.

 LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES EN 1591

VILLA/ UGAR

VECINOS

POBLACIÓN(3)

EXTENSIÓN(4)

%DE POBLACIÓN

DENSIDAD(5)

CARMONA(1)

2.763

11.052

924,47

53,60

11,95

EL VISO

200

800

19,47

3,88

41,08

MAIRENA

450

1.800

69,47

8,73

25,91

ALCALÁ(2)

1.640

6.960

283,05

33,69

24,58

TOTAL

5.153

19.812

1.296,95

100

15,27

(1)     Incluye la aldea de Guadajoz,(2)     Incluye la aldea de El Gandúl,(3) Hemos aplicado el coeficiente 4 al número de vecinos,(4) En kms. cuadrados,(5) Habitantes por kilómetro cuadrado.

  Estamos ante una población que va a estar condicionada por las epidemias y por la emigración, tanto a las tierras granadinas como a las americanas.

Los datos que nos facilita el Padrón General de 1591 nos permiten comparar  el número de vecinos en cada una de las villas o lugares de la comarca, hecho que nos permite obtener una serie de conclusiones. En estos momentos los dos grandes núcleos de población son Carmona y Alcalá (incluyendo Guadajoz y Gandul), que concentran respectivamente el 51,89 y el 30,89 % de la población total, lo que hace un total de 82,7 % ; por el contrario, el resto de los núcleos poblacionales resultan bastante pequeños, incluso insignificantes si los comparamos con estos dos núcleos que actúan como focos polares en la comarca.

LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES EN EL SIGLO XVII

A lo largo del siglo XVII se va a producir un descenso de la población que hemos de contextualizarlo en la epidemia de peste que  llegó a Andalucía en 1599 y se mantuvo hasta 1602. A ello hemos de añadirle la expulsión de los moriscos en 1609-1610.

A pesar de estos grandes contratiempos, hay una corriente  migratoria que sigue llegando a Andalucía, circunstancia que nos permite comprender cómo, a pesar del declive biológico, la población hasta finales del reinado de Felipe III, se mantiene estacionario o en un leve retroceso.

Estamos ante un siglo  de dura crisis que se manifiesta en un descenso demográfico que, en el caso de España se calcula en un 25%. Por lo que respecta al Censo de  1642, hemos de decir que se trata de un Censo  que nació con la finalidad de repartir gente para Molina de Aragón. Tenía, por tanto, una finalidad militar, de ahí que  sea un Censo poco fiable, tanto, que resulta curioso cómo nos plantea la misma población que encontramos en el Censo de 1591, hecho que hace que no debamos de tener en cuenta estos datos al considerarlos poco fiables. Hemos de considerar que  es poco probable o imposible que la población se mantuviese en los mismos parámetros que cincuenta y un años antes  en todas las localidades.

LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES EN EL SIGLO XVIII

El XVIII es un siglo de alza económica que se tradujo en un notable desarrollo demográfico  generalizado en toda España, de ahí que los Censos nos muestran una población en alza. Es en esta centuria donde los Censos civiles adquieren mayor magnitud, aunque siguen ocultando vecinos o almas. Es el Censo de Ensenada el único que posee una fiabilidad aceptable, mientras que los de  Aranda (1767-68), Floridablanca (1786-87) y Godoy (1796) son de muy dudosa fiabilidad. En referencia al de Floridablanca (1786-1787) estamos ante un Censo que se caracteriza por su gran fiabilidad al tener un carácter meramente estadístico, desligado de cualquier acción de carácter impositivo porque  perseguía, entre otros objetivos: valorar la política poblacioncita llevada a cabo por el Gobierno.

LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES SEGÚN EL VECINDARIO  ENSENADA (1759)

VILLA/ LUGAR

VECINOS

POBLACIÓN(3)

%DE POBLACIÓN

EXTENSIÓN(4)

DENSIDAD(5)

CARMONA(1)

3.081

12.324

61,05

924,47

13,33

EL VISO

452

1.808

8,96

19,47

92,86

MAIRENA

522

2.088

10,35

69,47

30,05

ALCALÁ(2)

991

3.964

19,64

283,05

14,00

TOTAL

5.046

20.184

100

1.296,95

15,56

(1)Incluye la aldea de Guadajoz,(2)Incluye la aldea de El Gandúl,(3)Hemos aplicado el coeficiente 4 al número de vecinos,(4)En Kms cuadrados,(5) Habitantes por kilómetro cuadrado.

LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES SEGÚN LA RELACIÓN DE LAS VICARÍAS DE SEVILLA (1791)

VILLA/ LUGAR

VECINOS

POBLACIÓN(3)

%DE POBLACIÓN

EXTENSIÓN(4)

DENSIDAD(5)

CARMONA(1)

3.468

10.596

58,69

924,47

11,46

EL VISO

640

1.920

10,64

19,47

98,61

MAIRENA

701

2.104

11,65

69,47

30,28

ALCALÁ(2)

1.135

3.433

19,02

283,05

12,12

TOTAL

5.944

18.053

100

1.296,95

13,91

(1)Incluye la aldea de Guadajoz, (2) Incluye la aldea de El Gandúl,(3)Hace referencia a las personas en edad de confesión y comunión, por lo que no están los menores de 9/10 años,(4) En Kms cuadrados,(5) Habitantes por kilómetro cuadrado.

La centuria comenzó  con un período depresivo que vino marcado por la guerra de Sucesión y una importante crisis que fue muy dura en 1709 y en los años sucesivos. En este ambiente de cierta desesperanza que se respira por todas partes, donde el descenso de la población agobia aún más a los que no se han ido, hace que exista cierta sensibilización por parte de las autoridades. Esto hace que la monarquía ilustrada y los ministros del momento tomen cartas en el asunto y ordenen un recuento, más o menos racional, de la población. En este contexto hemos de entender el denominado Vecindario de Ensenada elaborado en 1759, en un momento en que se aprecia  un aumento poblacional, fruto de las mejores condiciones económicas del país. No obstante, y, a pesar de ello no desaparecieron las epidemias que asolaban a la población, tal es el caso de la de tercianas (paludismo) que se produjo en 1787 mermando la población considerablemente. Así, y a modo de ejemplo, en el caso de  Paradas, se produjo la muerte de 200 personas entre niños y adultos, o en el caso de  Mairena  la enfermedad fue tan rebelde “que infectó seguramente más de las tres cuartas partes de su crecido vecindario cobrándose principalmente entre los pobres y desvalidos”.  A comienzos del invierno “se levantó de nuevo otra de calenturas catarrales malignas”,  donde al igual que en la anterior, no hubo medios de precaución ni cura alguna. Pasado el otoño se repitieron las Terciarias. Todo esto provocó la muerte de  76 adultos y 106 párvulos, lo que hace un total de 182 personas. Pero hemos de contar con el hecho de que se pudo exagerar en 1787 el descenso poblacional, con la intención de reducir, entre otras cosas, la presión fiscal. Es lo que ocurre en Carmona con el Censo de 1786 donde, el  falseamiento del mismo se hizo en un doble sentido:

Por una parte los cabezas de familia intentan ocultar a personas con la finalidad de evitar las quintas, además de mentir a la hora de dar referencias sobre sus casas y habitaciones con la intención de evitar que las referidas viviendas se señalasen como alojamiento de tropas. Por otra parte, eran los mismos miembros del Concejo los que reducían las cifras del Censo, puesto que los impuestos se  encabezaban, de esta manera, pretendían pagar menos a las arcas reales embolsándose un dinero extra. Esto es lo que motivaba a los Cabildos declarar menos población a pesar de ser “perfectos conocedores del vecindario real, a quienes, sin duda cobraban con empeño”.

LA POBLACIÓN EN LOS ALCORES EN EL SIGLO XIX

La población durante el siglo XIX estará mediatizada, en primer lugar, por lo que podemos denominar como crisis finisecular; además hemos de hacer referencia a los  continuos brotes de fiebre amarilla, por lo que la enfermedad supone una de las grandes lacras sociales del momento. Los primeros síntomas del denominado vómito negro o fiebre amarilla  aparecen en Europa en la ciudad de Cádiz en  1800, llegando a la ciudad de Sevilla a mediados de agosto del referido año.

A comienzos de septiembre la enfermedad hace su aparición en los Alcores, por lo que, ante la honda preocupación por parte de los ediles, se ponen en marcha una serie de medidas de carácter higiénico y de control de los forasteros que acuden de otras partes. Así, entre las medidas tomadas podemos destacar:

-          La prohibición de alojar en casas particulares a forasteros, sin dar previamente conocimiento a la autoridad.

-          La prohibición de que anduviesen por la calle animales sueltos.

-          Que se limpiasen a diario las casas y las calles, para eliminar los malos olores.

-          Que no se echasen a las calles aguas sucias.

A pesar de ello no se toman medidas de ningún tipo en relación a los cementerios parroquiales.

En 1822 se va a producir otra gran epidemia, por lo que, para proteger las entradas de las poblaciones, se construyen puertas de madera que se colocan en puntos estratégicos, tapiando el resto de las entradas de las calles. Además, se toma como medida de carácter higiénico enjabelgar con cal de Morón los pilares que sostenían las puertas y postigos. En el caso de Carmona los restos de las murallas, en la zona antigua, sirvieron como cinturón higiénico ante la epidemia. Estas continuas epidemias van a traer, además de muerte, miseria, por lo que los Ayuntamientos van a tener que apremiar a los vecinos para que paguen los atrasos.

 LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES A LO LARGO DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX

VILLA O LUGAR

1850

1857

1877

1887

1897

CARMONA

15.121

18.799

17.349

17.459

16.753

EL VISO

3.552

5.323

5.080

5.067

6.259

MAIRENA

3.623

4.493

4.409

4.915

4.948

ALCALÁ

6.702

8.279

8.227

9.055

8.528

TOTAL

28.998

36.894

35.146

36.496

36.488

A todo esto hemos de añadir una grave crisis en la agricultura pues son continuas las referencias a los eriales y tierras incultas que destacan frente a tierras cultivadas, siendo esta la causa de la ruina general de los vecindarios que se dedica, por lo general a la agricultura, y en el caso de El Viso y Mairena, al igual que en el de Alcalá a la arriería y a la panadería.

Nuevamente, en torno a 1833 se va a producir una situación de pandemia, como consecuencia del cólera morbo que se detectó por primera vez en España y Portugal en 1833, concretamente en la ciudad de Vigo, el 1 de enero. El 9 de agosto apareció en Huelva, el 31 en Sevilla y en septiembre en Alcalá, Coria y Dos Hermanas. Esta enfermedad diezmará el país  entre enero de 1833 y enero de 1835. En estos dos años enfermaron 450.000 personas de las que fallecieron 100.000.

La segunda mitad de la centuria estará plagada de crisis de subsistencia, es el caso de las ocurridas en los años 1856 y 1857, a lo que hemos de añadir enfermedades mortales  como la viruela y  las fiebres palúdicas o calenturas y el denominado tabardillo, y, en el caso de las mujeres en edades comprendidas entre 20 y 35 años, lo que se denomina como sobreparto y mal parto. En el caso de los niños pequeños las causas más frecuentes de mortandad vienen motivadas por la dentición y  las calenturas. Será el cólera morbo el que hará puntualmente estragos, así a  finales de julio de 1854 aparecerá en Triana y en algunos puntos de la ciudad de Sevilla, por lo que a comienzos de septiembre habían recibido sepultura 4.287 personas. Lo mismo ocurrió en la ciudad de Carmona al año siguiente, donde “se contaron por miles el número de atacados en dos días, e hizo tantos estragos que al concluir la epidemia estaba de luto toda la población, desde entonces no ha vuelto a presentarse ninguna otra epidemia de cólera a pesar de las varias que después se han presentado en España, y en Sevilla donde hubo gran mortandad”. Uno de los hechos que motivaban estos brotes de enfermedad era el hacinamiento y las malas condiciones higiénicas en las que se encontraban la mayor parte de las viviendas. Se trataba, por lo general,  de viviendas “pequeñas y humildes… como medida higiénica para evitar que el cólera ni otra cualquiera enfermedad contagiosa hiciese estragos en esta población por vivir reunidos por falta de casas”.

En  1857 el brote  vuelve nuevamente a aparecer en Sevilla, así entre el 12 de septiembre y el 3 de diciembre  murieron 2.602 personas. Teniendo en cuenta que la población censada en la ciudad ese año era de  463.422 personas, por lo que murieron 5,6 personas por cada mil. Son años de contracción poblacional, al igual que de disminución de matrimonios.

El último tercio del siglo XIX es un período de  grandes conflictos, el del choque entre una burguesía adinerada y una ingente masa de campesinos faltos de tierra y de trabajo, producto de la desamortización. Estamos ante una coyuntura de declive económico donde hay falta de trabajo en el campo, por lo que los jornaleros acuden a sus respectivos  Ayuntamientos a buscarlo. Como la situación económica de los consistorios no es nada boyante, éstos se las ingenian como pueden para dar trabajo a una ingente masa de jornaleros faltos de recursos. Comienza así, el arreglo de calles y caminos. Cuando los Ayuntamientos agotan sus recursos acuden a la Diputación Provincial que, ante las constantes peticiones de los pueblos de la provincia, declara su incapacidad. Como es el Ayuntamiento de cada localidad el que  debe de solventar  la cuestión, la clase dirigente pide ayuda a los labradores y mayores contribuyentes de la localidad, de tal manera que hay un reparto de trabajadores entre las distintas partes. Estas mismas circunstancias se volverán a repetir a lo largo del siglo XX. Son momentos en los que se pone de manifiesto el miedo de la clase dirigente ante la masa que va tomando conciencia de clase, tal y como manifiesta el Alcalde de El Viso en 1905: “el considerable número de braceros que diariamente y a la fuerza sostiene el Ayuntamiento y dice a la fuerza porque no contando con  Guardia Civil para contenerlos se ha impuesto de manera que no aceptan ninguna de las proposiciones hechas sino que han de trabajar todos y con una peseta cincuenta de jornal diario”. Se socorre por miedo, porque dejar de hacerlo provocaría “un conflicto de orden público cuyas consecuencias no se pueden precisar... no contándose en esta población con fuerzas suficientes de Guardia Civil para  contener las masas y visto que con el socorro  están los ánimos tranquilos se acuerda  seguir socorriendo en la  misma forma”. Estas crisis periódicas volverán a repetirse en 1924, 1931 y  1934.

 LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES EN EL SIGLO XX

Desde el punto de vista poblacional, los comienzos de la centuria se van a caracterizar por una elevada mortandad infantil, sobre todo en los menores de dos años. La muerte en los infantes se va a producir  “a la entrada del calor,…, porque si se tiene en cuenta que aquí la leche no se Pasteuriza ni se esteriliza, y que hay infinidad de madres que crían a sus hijos con biberón, alimentándolos con leche de cabra o vaca, en las que no se observan reglas higiénicas, porque las ordeñan en establos sucios, algunas veces de vacas que están enfermas…se comprenderá  que por todos estos motivos que la leche que se ordeñe en estas condiciones tiene que ir cargada de bacterias, que algunas serán alógenas, pero otras serán patógenas”.

LA POBLACIÓN DE LOS ALCORES A LO LARGO DEL SIGLO XX

VILLA  O LUGAR

1.900

1.910

1.920

1930

1940

1950

1960

1970

2000

CARMONA

17.215

18.855

22.095

22.267

24.876

26.887

28.607

24.599

25.723

ALCALÁ  DE GUADAÍRA

8.287

8.940

11.038

16.816

20.477

25.049

30.856

33.593

57.206

EL VISO DEL ALCOR

6.882

5.557

6.517

7.794

9.152

9.659

9.987

11.293

16.170

MAIRENA DEL ALCOR

5.249

5.428

6.679

8.249

8.072

9.073

8.778

10.444

16.649

TOTAL

37.624

38.780

46.329

55.126

62.577

70.668

78.228

79.929

105.748

A lo largo de la centuria la población de cada una de las localidades va sufrir un incremento poblacional que es el resultado del aumento del crecimiento natural de la población y de la llegada de nuevos vecinos que proceden de zonas más deprimidas. Hasta los años cincuenta Carmona se nos presenta como la localidad más poblada siendo en 1960 cuando el fuerte incremento poblacional que viene sufriendo Alcalá, desde años atrás, hace que la población supere los 30.000 habitantes y, en consecuencia, la población de Carmona convirtiéndose a partir de estos momentos en la localidad más poblada. Así pasa de los 33.593 habitantes en 1970 a los 57.206, treinta años después, lo que supone un incremento poblacional de 41,28 %.  En este mismo período de tiempo Carmona sufrirá un incremento poblacional del 4,37%, elemento indicativo que nos habla del estancamiento y retroceso poblacional que viene arrastrando la población a lo largo de todo el siglo XX. Así entre 1960 y 1970 la población disminuirá un 14,37 %.  Lo cierto es que comenzado el nuevo siglo y el nuevo milenio, la comarca contaba con una población que supera los 100.000 habitantes. Sin comparamos los datos de cada una de las localidades entre el período 1970-2.000 podemos ver cómo en Carmona se ha producido, prácticamente,  un estancamiento poblacional (un aumento del 4,36 % ), frente al 41,27 % de Alcalá de Guadaíra que se convierte en la ciudad puntera, desde el punto de vista poblacional e industrial.

                                                                 José Ángel Campillo de los Santos

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12/06/2011 17:34 JOSE ANGEL CAMPILLO Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.

LA FUENTE DEL CONCEJO O DE LOS SARDINA

La fuente del Concejo o de los Sardinas es la única  existente en el casco urbano de la localidad, en pleno centro histórico, justo debajo de la actual  Plaza del Sacristán Guerrero y enfrentada a la que fuera Casa-Palacio de los Condes del Castellar (actual Ayuntamiento) tal y como nos lo refiere el  cronista de la orden mercedaria, fray Pedro de San Cecilio: “Tiene una sola fuente  de agua dulce, que nace de la cabeza de una barrera contigua al    Palacio de los condes”. Aunque estamos ante la Fuente del Concejo, su actual nombre “de los Sardinas” (desde el último siglo) hace referencia al hecho de que la misma estaba situada a la vivienda de esta familia que gozó de una elevada posición económica en los primeros años de la vigésima centuria. Esta casa, según cuentan, fue donada al Ayuntamiento, hecho que  permitió, en los años cincuenta del siglo XX, remodelar la plaza.

Tal y como nos indica Madoz el agua de la fuente era de una calidad regular, lo que en el pueblo siempre se ha calificado como agua “gorda”, hecho que obligaba a sacar agua, bien de pozos particulares, o de las fuentes cercanas de la Muela o de la Alunada, más propicias para el consumo humano.

La procedencia del agua hemos de buscarla en un manantial mejorado por “un curioso sistema de minas, que según informaciones, partiría de las mismas entrañas del promontorio donde se encuentra la iglesia parroquial”. Hemos de decir que este sistema de minas arranca propiamente del Alcor, así encontramos una referencia a las denominadas lumbreras (hoy calle Lumbreras) “por dónde viene el agua a la fuente de ella [de la villa]”.

La fuente, al igual que los montes, prados, etc., eran propiedad del señor  tal y como lo demuestra el documento de fundación del mayorazgo “consistente en la villa del Viso con sus vasallos, términos, montes, prados, pastos, dehesas, aguas corrientes, estantes y manantes...”. Su importancia  queda reflejada en  las  Ordenanzas  Municipales en las que se especifica que  los encargados de velar por la limpieza de la fuente, cada dos años, eran los Alcaldes Ordinarios que, además, tenían la obligación de arreglar y de limpiar las lumbreras a costa del Concejo. Para que el agua no se contaminara con el jabón estaba taxativamente prohibido, y bajo multa, lavar la ropa tanto en la fuente como en el pilar, de ahí que el fiel encargado de su mantenimiento y limpieza tuviese potestad para prender a aquella persona o personas que sorprendiese lavando en dichos lugares.Estamos ante un complejo sistema  de tuberías que conduce el agua de la fuente, a través de una atarjea paralela a las paredes de la casa- palacio, a un pilar o abrevadero al que ningún vecino podía llevar a beber sus bueyes sin permiso del Concejo. El agua de la fuente, a su vez, descargaba en el lavadero que dependía de los arrendadores de la huerta de la Villa o  de abajo, (propiedad del  Concejo en el siglo XVI) por lo que  estaban obligados a tenerlo lleno de agua “para que las mujeres puedan lavar en él, según que siempre se ha usado, principalmente el día del viernes, y del sábado... so- pena de cien maravedíes para el dicho Concejo”. Además los arrendadores de la huerta estaban obligados a: limpiar la alberca y el pilar  todos los meses, evitando, de esta manera, la acumulación de cieno y suciedad. En el supuesto en el que la alberca estuviese vacía, estaban obligados a tener preparada la que se denomina como “la de abajo”. De la alberca el agua corría hacia el arroyo de la Alcantarilla.Otro ramal o tubería de la fuente se dirigía al convento de mercedarios que tenía por merced de don Gaspar Juan Árias de Saavedra, desde 1625, la concesión de media paja de agua.

Cuando era preciso arreglar el pilar o el lavadero, y, dado que el agua  era del Señor, las reparaciones se pagaban entre éste y el Concejo, según acuerdo entre ambas partes.La fuente dio lugar a conflictos entre los vecinos y el convento de mercedarios  que tomaron  más agua de lo que se les había concedido, tal y como ocurrió en junio de 1654, fecha en la que se detecta que la fuente no echaba agua. Ante esta circunstancia, el Cabildo  decidió reunir a los vecinos y abrir la fuente hallando sus cañones  obstruidos. Ante este hecho, se decidió pedir daños y perjuicios al Padre Comendador y al Provincial, que recriminó los hechos. Unos años antes, en 1643, se produjo un cambio  un cambio  trascendental en la fisonomía de la fuente, pues el Cabildo acordó pedir al Conde que se cubriese porque al estar descubierta “se echan muchas cosas y caen muchos niños”. Estamos ante el primer cambio que se produce  en la fuente pues, al cubrirla, hubo que construir una bóveda, sobre la que, con el tiempo, se construirían viviendas. Estas viviendas desaparecieron en torno a los años cincuenta del pasado siglo, cuando se erige la Cruz de los Caídos.

 

 

                                           José Ángel Campillo de los Santos

 

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25/05/2010 22:10 JOSE ANGEL CAMPILLO Enlace permanente. ARTÍCULO DIACRÓNICO No hay comentarios. Comentar.


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