Blogia
ASOCIACIÓN CULTURAL FUENTE DEL SOL

ARTÍCULO DIACRÓNICO

LAS HOGUERITAS Y LA INMACULADA CONCEPCIÓN

LAS HOGUERITAS Y LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Bajo los rayos de la luna, la gélida noche visueña se ilumina cuando los leños arden sin tregua, con ligeros chasquidos, elevándose las llamas hacia la bóveda celeste. Una vez más, la entrañable Fiesta de las Hogueritas pervive en la memoria y en la retina de padres, niños y mayores de este rincón de Los Alcores.

El origen de esta milenaria fiesta de culto al fuego se pìerde en la noche de los tiempos. El hombre y el fuego han formado un binomio indisoluble desde que los homo erectus aprendieran a domesticarlo.

Desde la antigüedad, los pueblos mediterráneos han rendido culto al fuego en relación con los solsticios (nombre de los dos momentos del año en que se producen sendos cambios estacionales y es máxima la diferencia entre día y noche) Lo más habitual es el culto al solsticio de verano con fiestas paganas, que se recristianizaron en las populares hogueras de San Juan.

En El Viso, podemos asociarlo con el solsticio de invierno, cuando se produce la noche más larga del año, y desde ese momento la luz empieza a vencer sobre las tinieblas. Esta tradición se puede vincular con los cultos mitraicos, en honor a Mitra, Dios del Sol, de origen persa. De las fiestas mitraicas, destaca la del “nacimiento” del Dios, quién lo había hecho saliendo de una piedra, desnudo y entre pastores. Esta fiesta o “Natalis solis invicti..,” se celebraba el 25 de diciembre, con el solsticio de invierno, comenzando desde ese día el sol a crecer, lo que conllevaba el comienzo del itinerario germinal de la madre Naturaleza.El “mitraismo” fue durante el siglo III el más peligroso contrincante al que tuvo que enfrentarse el joven cristianismo.La Iglesia cristiana cristianiza esta fiesta con el nombre de “Natividad o Navidad de Jesús...”.

En los últimos siglos, la fiesta del fuego en El Viso se relacionó con el día de la Inmaculada Concepción, celebrándose en sus vísperas.
El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia del catolicismo que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado.No debe confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.

La defensa de la pureza de la Virgen Mª se defendió con gran ímpetu en España desde tiempos de los visigodos. En el XI Concilio de Toledo el rey visigodo Wamba ya era titulado «Defensor de la Purísima Concepción de María», abriendo una línea de fieles devotos entre los reyes hispanos. Monarcas como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, el emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares.
El rey Carlos III, muy afecto a esta advocación mariana, creó una orden en su nombre (la Orden de Carlos III) y la declaró patrona de sus estados.

Sin embargo, esta creencia religiosa reverdece tras la reforma protesta, que negaban la pureza original de la Madre de Dios, y la defensa española de la doctrina concepcionista en el Concilio de Trento, de mediados del siglo XVI.La ciudad de Sevilla se convirtió desde principios del siglo XVII en uno de los paladines de esta doctrina, difundiéndola por tu diócesis, no siendo El Viso, cuyo escudo cuenta con el anagrama de María, una excepción.

El dogma oficial de la Inmaculada Concepción se aprobó el 8 de diciembre de 1854 con la bula Ineffabilis Deus: "...Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción..."

La Inmaculada Concepción siempre ha estado muy vinculada con El Viso. Tuvo un altar en la Iglesia Parroquial (la imagen se conservan actualmente en la Capilla de la Virgen del Rosario). Además, se celebró el centenario del dogma, en 1954, con la instalación del antiguo Ayuntamiento, edificio abandonado por nuestros gobernantes, de un retablo cerámico con la imagen de la Inmaculada.

Volviendo, de nuevo a las hogueritas, tenemos que indicar que el fuego, siempre purificador y renovador, nos limpia de toda mancha, antecediendo la celebración de la "Purificación". Del mismo modo, señalan el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas, bajo el son de los villancicos, un ambiente de hermandad y la alegría generalizada de grandes y pequeños, verdaderos protagonistas, estos últimos, de esta milenaria tradición, quiénes como hormigas en hilera acarrean leña los días previos. Desgraciadamente, cuando crecemos nos convertimos en protagonistas pasivos de esta fiesta (¿resabios de ritos de iniciación?)

Nuestras hogueritas están íntimamente entrelazadas en el subconsciente colectivo visueño y gozan del apoyo del consistorio municipal, quién otorga premios a las más espectaculares y concurridas. No obstante, está en peligro de extinción debido al crecimiento urbanístico que reduce a la mínima expresión los lugares donde recoger leña y realizar, con las mínimas medidas de seguridad, estas hogueras. ¿Tendrá el Ayuntamiento que realizar un "Hogueritródomo", es decir, un espacio reservado para la instalación de estos "focos de luz que calientan las frías noches de diciembre"? No sé cuál será la solución para la pervivencia de esta Fiesta, una de nuestras señas de identidad en nuestro imaginario colectivo, pero no estaría de más que una calle o plaza de nuestro pueblo estuviera dedicada a ella.

Marco Antonio Campillo de los Santos
Historiador y Antrópologo







LA IMAGEN EN LA SOCIEDAD II

..... Los hombres prehistóricos pensaban, posiblemente del mismo modo que los indios de Norteamérica, que en el cabello residía el alma, que era una manifestación del pensamiento. Por consiguiente, cuanto mas larga era la cabellera, más pensamientos había en ella; además,los nuevos pensamientos estaban cerca del cuero cabelludo , por lo que cortarlo era una manera de desprenderse de los pensamientos antiguos y malos y dejar espacio para los nuevos. Esa importante labor estaba reservada para el jefe o persona con mas autoridad de la tribu o clan, que utilizaba finas lascas de sílex a modo de navaja para cortar los cabellos, quién para distinguirse del resto usaban insignias en la cabellera.

A su vez, los hombres prehistóricos, ya empezaron a tener preocupación por la imagen; testigo de ello fueron los numerosos ajuares, encontrados en las excavaciones arqueológicas, que contenían peines,de marfil, de asta, de espina de pescado,...,lo cual demuestra que la preocupación por el cabello y que el arte de cortarlo es uno de los mas antiguos de la humanidad.

Más tarde, llegaron Sansón y Dalila, en uno de tantos pasajes de la Biblia que hacen referencia al cabello; en esta leyenda, Sansón adquiría una fuerza descomunal gracias a su cabello, que no se lo había cortado jamás; de ese modo, podía hacer frente a los filisteos. No obstante, Sansón se encaprichó de Dalila, quién pudo sonsacarle su secreto. Después de varios intentos fallidos, Dalila aprovechó que Sansón dormía para cortarle el cabello, perdiendo éste toda su fuerza. Luego ya sabemos como terminó la historia.... ( continuará)

Blas Jiménez

LA SAGA DE “LOS CHOCHALES” I

En estos días en los que, tras el pleno municipal del pasado día, ha surgido “la movida” del archivo municipal, quisiera dar a conocer la historia de una familia, concretamente la mía, o mejor dicho, una parte de la mía,  la que lleva el apellido “de los Santos”.

Con esta humilde aportación a nuestra historia quiero mostrar la importancia que tienen los archivos, porque en ellos se deposita parte de nuestra historia, tanto pública como, en este caso privada, pero al fin y al cabo, historia.

1.-LOS ANTECEDENTES

Podemos remontarnos a finales del siglo XVI o comienzos del XVII cuando empezamos a encontrar el apellido “de los Santos” entre los vecinos de nuestro pueblo. El primero que aparece es Juan de los Santos, casado con Juana Oliva. Entre esta pareja de comienzos del XVII y la formada por Pedro de los Santos y Mencia Gregoria Pineda, hemos de hacer mención a dos generaciones más: la de José, casado con María Romero, y la de Rodrigo Germán, casado con María Manuela Franco.

Con documentación que no se ciña únicamente a un nombre y apellido, hemos de partir del padrón de 1694, fecha en la que encontramos las primeras referencias familiares de Pedro de los Santos, casado con  Mencia Gregoria Pineda. En estas fechas ya serían mayores, pues  José, Juan y Rodrigo, sus hijos, aparecen empadronados en distintos domicilios. Así, José y  Juan vivían en la calle Albaicín, y   Rodrigo, el más pequeño, casado con Josefa Muñoz, en la calle Real.

Centrémonos en Rodrigo y en su hijo Bernardo, que una vez contrajo matrimonio con María Andrea Ortiz, estableció su residencia en la calle Albaicín. De este matrimonio tenemos constancia de la existencia, nuevamente, de tres  varones: Diego, Juan y Bernardino, tal y como reza en el padrón de 1776. Diego pudo nacer en torno a 1770, Juan en 1772, y Bernardino José Pedro de los Dolores  (diminutivo para diferenciarlo de su padre), en 1776. Como podemos observar entre Juan y Bernardino hay una diferencia de edad de cuatro años, por lo que podemos presuponer que entre ambos hubo niños que murieron a edad temprana o, también cabe la posibilidad de lo que en la época se denominaba como “mal parto”, que no es más que un aborto natural.

Según el catastro de Ensenada de 1761, Bernardo, padre de Bernardino, era arriero y propietario de seis bestias, concretamente un macho de carga y seis jumentos. Muy posiblemente falleció con  anterioridad a 1798, pues  no aparece en el padrón de la referida fecha. Además,  los hijos, ya mayores y emancipados, aparecen empadronados en domicilios distintos: Diego, en la calle Convento; Juan, en la del Albaicín, tal vez en la casa paterna, y Bernardino o Bernardo en la calle Carmona, aunque con anterioridad había residido en la calle Albaicín (1787), lo que nos ratifica que en esta calle estaba la casa familiar.

Del matrimonio formado por Bernardino y María Antonia Roldán nacieron: Josefa María (1814), Juan José (1818), Josefa Bernarda (1820) y  María Manuela (1822). De esta prole nos interesa el varón, Juan José, que también aparece en la mayoría de las ocasiones como José, que contrajo  matrimonio con María Josefa Cumplido Cadenas en 1835.

                                              José Ángel Campillo de los Santos

 

LA TORRE DEL RELOJ, LA INMACULADA Y LA AMPLIACIÓN DEL TÉRMINO MUNICIPAL.

LA TORRE DEL RELOJ, LA INMACULADA Y LA AMPLIACIÓN DEL TÉRMINO MUNICIPAL.

Entrados ya en el último mes del calendario, nos acercamos sin prisa, pero sin pausa, a una de las fiestas más tradicionales y familiares del año: la Navidad.

En nuestro pueblo, esta entrañable celebración  arranca con las “hogueritas” la víspera del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada y día grande para la iglesia católica que celebra uno de sus dogmas, el de la Inmaculada Concepción de María.

El dogma de la Inmaculada Concepción de María fue promulgado el 8 de diciembre de 1854 mediante la bula  “Ineffabilis Deus”. A pesar de ello, desde comienzos del siglo XVII, la ciudad de Sevilla se convirtió en la defensora a ultranza del dogma inmaculadista.

Para conmemorar el centenario del dogma, se colocó en la fachada principal del que fue nuestro antiguo Ayuntamiento (hoy en estado ruinoso), un retablo cerámico con la imagen de la Inmaculada. Muy posiblemente sea éste el único elemento que está en buen estado en el viejo consistorio que presenta un grave estado de deterioro,  fruto de la  desidia de  un Ayuntamiento que contempla, impasible, la ruina de un edificio de los años treinta del pasado siglo, que conserva una torre que fue inaugurada en 1846, tal y como reza en una modesta lápida de color gris que se colocó en el costado de la torre, justo donde da comienzo la calle Real.

En dicha lápida podemos leer el siguiente texto:              

 

   EN EL REINADO DE ISABEL 2ª/

SIENDO JEFE SUPERIOR/

POLÍTICO DE ESTA PROVINCIA/

EL SR D. MELCHOR ORDOÑEZ/

Y PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO/

CONSTITUCIONAL DE ESTA VILLA/

D. DOMINGO GARCÍA TEJADA/AÑO DE 1.846.

 

Es importante que nos paremos, aunque solo sea un momento, en el texto de la lápida. En ella se menciona al Jefe Superior Político de la Provincia, D. Melchor Ordóñez que fue invitado a tal acontecimiento, porque en dicha visita se trataron temas muy importantes. Hemos de remontarnos al 15 de marzo de 1846. Este día, en sesión plenaria a la que asistieron Don Tiburcio Torres, Don Rodrigo de León, Don José García y García, Don Juan Alonso Jiménez López, don José León Jiménez, don José León Borreguero, Don José Morillo Conde, Don Sebastián Jiménez López y Don José Vergara Roldán, como mayores contribuyentes, “se acordó establecer el servicio del reloj público sobre una torre”. Dado que no había en la localidad una para tal menester, salvo la de la iglesia, se requirió al maestro alarife Don Manuel Arias para que realizara el respectivo proyecto y presupuesto de las obras.

El proyecto y la obra se llevó a cabo con gran celeridad, puesto que el 5 de julio se autorizó a los regidores Don José León León y don Juan López Sánchez para la adquisición de materiales. La torre se inauguró días después, el 11 de julio, con la presencia de las más altas autoridades de la provincia, tal es el caso del Jefe Superior (cargo que después sería el de Gobernador Civil) que ,en la antesala de la inauguración, y ante la exposición que se le haría sobre el escaso término municipal que gozábamos, ordenó al Ayuntamiento a que presentara  “una razonada exposición a S.M suplicándole se sirviese dar más ampliación al mismo”.

Sabemos que no fue esta la primera vez, pues en 1789 se midió el término con las mismas pretensiones. A pesar de ello, ni en esta fecha,  ni en 1846 tuvimos buena fortuna, pues en 1863 se intenta de nuevo, pues tenemos constancia que el 8 de febrero, en sesión plenaria se acordó invitar al Ayuntamiento de Carmona para proceder al deslinde del término desde los Alcores hasta la vereda del Bailador. Para tal misión se nombró una comisión formada por los siguientes ediles:

-         Don Platón Jiménez León

-         Don José Martínez

-         Don Federico (Jiménez?)

A ellos se les unirían Don Ramón Jiménez Cadenas, Don Isaías Jiménez y Don Juan María Mateos.

La comisión debía reunirse el 12 de febrero con la formada, para tal misión,  en el Ayuntamiento de Carmona No nos consta el lugar en el que se celebró dicha reunión, si es que llegó a celebrarse. Lo que si nos consta es el objeto de dicha reunión:  proceder al señalamiento de la hijuela que había de dividir ambos términos.

Volviendo a la torre, y en concreto al reloj, hemos de decir que su máquina costó  4.400 reales; la campana, de 30 arrobas, 2.265 reales y la veleta 110 reales.

 

EL AGUA EN LOS ALCORES I

 

EL AGUA EN LOS ALCORES (I)

Vitrubio decía que "

el agua es imprescindible para la vida, para satisfacer necesidades placenteras y para el uso de cada día". Sin duda alguna, estamos ante un elemento de la naturaleza que podemos considerar fundamental para la vida, de ahí que desde la antigüedad (Egipto, Mesopotamia, Grecia…) el hombre haya empleado infraestructuras hidráulicas para su mejor explotación; en este sentido hemos de decir que los romanos fueron grandes especialistas en la ingeniería hidráulica al ser capaces de mejorar la captaron, transportaron, distribuyeron y evacuaron fueron los romanos.

Pero al hablar de agua hemos de decir que nos vale cualquier tipo , de ahí que a lo largo de la historia de la Humanidad el ser humano haya buscado el agua en su estado puro, un agua de calidad que según Vitrubio no se encontraba en la embalsada, porque al decir de autores clásicos (Vitrubio, Paladio y Plutarco), el mejor agua, la más salubre, es aquella que no procede de estanques o charcas, no siendo éstas aptas para el consumo humano al estar expuestas a todo tipo de elementos contaminantes, de ahí la necesidad de buscarla. Ante esta situación los sistemas hidráulicos que el hombre ha desarrollado, tanto para el abastecimiento, como para el regadío, no son más que la forma en la que una sociedad se asienta en un territorio para producir y generar vida.

 

 

2.-LOS ALCORES Y LA CUENCA DEL GUADAÍRA

En el margen izquierdo del bajo Guadalquivir, entre el Guadaíra y el Corbones encontramos la comarca de los Alcores. Se trata de una configuración geológica del terreno estructurada en tres unidades geomorfológicas

1º.-Terrazas que sufren un proceso paulatino de elevación que llega a la cota de 20 metros.

2º.-Los Alcores, resultado de la acumulación de distintos tipos de materiales que han sido capaces de resistir la erosión, por lo que estos elementos se elevan sobre el paisaje plano que lo rodea. Estamos ante una alineación del terreno de unos treinta kilómetros con unas delimitaciones muy claras: por el N.E, el Corbones, o río de los recodos (también conocido en el pasado como Guadajoz) ; por el S.O, el Guadaíra.

La anchura de la pequeña estribación oscilando entre los seis y siete kilómetros, aumentando su altura a medida que disminuye su anchura; de esta forma, tenemos un desnivel de doscientos cuarenta y ocho metros al N.E, en Carmona, y de cien metros en Alcalá de Guadaíra. Esta alineación está formada por diecisiete colinas atravesadas por

una serie de pasos naturales llamados puertos que conectan las terrazas del Guadalquivir con una extensa y fértil llanura o Vega desde la que el Alcor aparece como una falla casi vertical, destacando su tono amarillento característico de tierras calizas.

3º.-La Vega, constituida a base de suelos margosos y arcillosos. Se trata de una amplia llanura de suaves ondulaciones formada por sedimentos arcillosos y margosos muy salinizados, que forma, en ocasiones, lagunas o charcas saladas en invierno y costras blancas en verano. Se trata de una superficie plana, de unos setenta metros de altitud media, heredada de un glacis de erosión, que puede datarse en el cuaternario medio, donde la dificultad de desagüe y la impermeabilidad del suelo, explicarían de alguna forma el encharcamiento de los suelos negros o arcillosos.

3.-EL ACUIFERO DE LOS ALCORES

En las entrañas del Alcor encontramos una de sus grandes riquezas: el agua, elemento que conforma el denominado acuífero de Sevilla-Carmona-Écija, y que es consecuencia de la porosidad del terreno que permite la filtración de las aguas pluviales y su almacenamiento dando lugar a embalses subterráneos en los que los manantiales hacen de aliviaderos o rebosaderos.

Para que un material acuífero actúe como almacén de agua subterránea es necesario que en su base y bordes disponga de formaciones impermeables que no dejan que se escape el agua, tanto de forma horizontal como vertical. En el caso de darse estas condiciones se genera un embalse subterráneo en el que se produce un flujo renovable de agua, aflorando de forma natural en forma de manantiales, tal y como ocurre en nuestra comarca, donde como consecuencia del basculamiento del terreno desde el noreste hacia el suroeste, las calcarenitas, compuestas por una roca permeable en superficie y otras impermeables intermedias, permiten el afloramiento de arroyos y manantiales a lo largo de los puertos o zonas de paso entre el Alcor y la Vega.

Todas estas aguas vierten al río Guadaíra, de 127,5 kilómetros de longitud, cuyo nacimiento hemos de buscarlo en la sierra de Pozo Amargo. Estamos ante un río que presenta un trazado sinuoso que tiene que salvar un desnivel de cota de 360 metros y cuyo régimen hemos de calificarlo como espasmódico y torrencial, con máximos caudales en otoño e invierno, hecho que provoca un elevado riesgo de inundaciones en su curso bajo.

VINCULACIÓN DE LOS ALCORES A LA CUENCA DEL GUADAÍRA

MUNICIPIO

TÉRMINO EN Km2

Km2 DENTRO DE LA CUENCA

Alcalá de Guadaíra

 

283,05

 

216,04

 

Carmona

 

924,47

 

211,91

 

El Viso del Alcor

 

19,96

 

16,94

 

Mairena del Alcor

 

69,47

 

69,42

 

TOTAL

1296,95

514,31

 

1.-INTRODUCCIÓN

SAN SEBASTIÁN, PRIMER PATRÓN DE EL VISO DEL ALCOR

SAN SEBASTIÁN, PRIMER PATRÓN DE EL VISO DEL ALCOR

En tiempos pasados, el 20 de enero era día de fiesta grande en El Viso, se celebraba el día de San Sebastián, patrón de nuestro pueblo hasta el año 1630, fecha en la que los mercedarios, tras presionar al Cabildo Civil, consiguieron desbancarlo y situar como patrón a su Santo fundador, San Pedro Nolasco. Esto lo vemos reflejado en el azulejo que se colocó encima del dintel de la puerta de la casa conventual del Corpus Christi. En el azulejo nos aparece San Pedro Nolasco  embarcando para redimir cautivos y en cuya base encontramos una  inscripción que dice:

NUESTRO  PADRE Y PATRIARCA S. PEDRO NOLASCO//PATRON DE ESTA VILLA Y DIA DE FIESTA EN ELLA DES//DE EL AÑO 1630. SE PUSO ESTA EFIGIE SIENDO COMEN//DADOR DE ESTE CONVENTO, EL PADRE FR. VICENTE DE SAN//

A pesar de ello el pueblo seguía venerando a San Sebastián, patrón desde época medieval, venerada en la desaparecida ermita bajo su advocación situada en la denominada vereda en la vereda del Cañalizo, actual calle Cañalizo, en la acera izquierda, si entramos desde la calle Muela.

Tenemos noticias de la referida ermita desde mediados del siglo XVI, concretamente desde el año 1551, aunque muy posiblemente en estas fechas se llevase a cabo una remodelación del edificio. Muy posiblemente tengamos que remontarnos al siglo XV, fecha en la que la peste asolaba Europa, de ahí que se construyeran ermitas en honor al Santo protector contra la peste. No nos ha de extrañar que encontremos ermitas dedicadas al Santo en toda Andalucía y en consecuencia en la comarca y alrededores, es el caso de Alcalá de Guadaíra, Mairena, Écija, Sevilla, Carmona, etc.

El día 20 de enero se celebraba fiesta en honor al Santo, así y según se desprende de las cuentas del año 1645, se gastaron 30 reales para  un frontal para los bancos de la ermita, 52 reales para pagar a los clérigos que concelebraron en la fiesta y 4 reales por una carga de romero. Estamos hablando de fiestas de gran importancia en la localidad, hasta tal punto que en 1677 se gastaron 180 reales en “cohetes” y 36 reales en una carga de romero, o las celebradas en 1733 donde se gastaron 30 reales en nueve docenas de cohetes y tres ruedas. Sin duda alguna estamos hablando de la importancia de unas fiestas de carácter religioso que eran paralelas a las de carácter profano.

Sabemos por la visita pastoral de 1730 que se veneraba una pintura del Santo, cuadro que estaba en muy mal estado, por “cuya razón es indecente”. Este hecho hacía  necesaria la oportuna reparación, de ahí que se instó al mayordomo a  reducir gastos, entre ellos los de la fiesta del Santo, y con las rentas de las tierras de la ermita “se saque el marco de la pintura con todo cuidado, y después que se componga, repare y blanquee dicha pared”. Una vez reparada la pared, se compraría  una nueva imagen del Santo, el cual se  volvería a fijar en su marco y en el mismo lugar en la que estaba antes de la reparación.

En el año 1800 la ermita estaba en muy mal estado, por lo que el Alcalde mayor de la villa ordenó que se reparase con las limosnas de los feligreses. A pesar de ello en 1803 seguía sin techumbre por lo que la imagen de San Sebastián permanecía en la iglesia parroquial en 1821, pero en este caso se nos habla de una imagen de bulto redondo, tal vez comprada en 1730 y que sustituyó a la pintura del Santo, pues se nos hace referencia al arreglo de dedos, la peana y las saetas. A esto hemos de añadir que este mismo año se destinaba dinero para la novena que se hacía al Santo en la iglesia parroquial. Esta aseveración queda corroborada por el recibo que expide en 1826 Severino Carballo, maestro pintor y dorador, expidió un recibo de 200 reales por haber “renovado la Imagen de Nuestro Señor San Sebastián y dorado su peana, cuya imagen está colocada en el retablo mayor de la Iglesia Parroquial de esta villa”, aunque en 1827 se nos hable del retablo del Santo, no teniendo constancia del lugar en el que se colocó. Lo cierto es que ni en el inventario de 1886, ni en el de 1916 aparece el Santo en el retablo mayor de la parroquia. En el inventario de 1936 en la que hoy es capilla del Sagrado Corazón de Jesús y en tiempos pasados de Nuestra Señora del Rosario había un retablo en color madera,  plateresco, presido por la Virgen del Rosario. A ambos lados de la imagen están las de San Sebastián y San Juan Bautista.

Por último decir que en el inventario de 1916, en el apartado designado como "Otros objetos" y con el número 81 de orden de registro encontramos la siguiente referencia: "Relicario, forma viril de media cuarta de alto con una reliquia de San Sebastián". Este relicario, al igual que la imagen del Santo desapareció pasto de las llamas en julio de 1936.

En la actualidad encontramos una imagen de San Sebastián en la capilla-panteón del cementerio, propiedad de Don Manuel Jiménez León, no teniendo constancia de su procedencia.

                                          JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS

EL PÓSITO DE EL VISO DEL ALCOR

EL PÓSITO DE EL VISO DEL ALCOR

 

                                                            

1.-INTRODUCCIÓN

 

El Pósito es un establecimiento o almacén de cereales que tenía como objetivo proporcionar trigo barato al pueblo en años de carestía. Es a  finales del XV y comienzos del XVI cuando podemos documentar la aparición en Andalucía de estos establecimientos, es el caso de los de Jerez (1470) y Écija (1505) o el de  Marchena  en 1527.También podemos mencionar el caso del Pósito de Sanlúcar de Barrameda y Utrera (1531 y 1534 respectivamente).

Los Pósitos  actuaban como entes que, de alguna manera, regulaban los precios, sirviendo además como almacén o reserva  de granos en épocas adversas. Por otra parte podemos advertir en la creación de los Pósitos una función de carácter crediticio, dado que prestaban semillas a los agricultores en época de siembra; este préstamo se satisfacía, en época de la recolección, con  creces o intereses que  era de un 4,16%, queriendo evitar con ello que la labranza cayese bajo los prestamistas y usureros.

A  lo largo del XVIII los Borbones llevarán a cabo una serie de reformas encaminadas a evitar los abusos y la mala gestión que de los Pósitos, sobre todo los de carácter municipal, se hacía  dado que estos establecimientos fueron utilizados por las oligarquías locales. En la Real  Provisión dada por  Felipe V en Madrid  el 19 de octubre de 1735 se regula el repartimiento de los granos de los Pósitos con la condición de que no sean deudores.

Con la llegada del siglo XIX los Pósitos se sumieron en la ruina, entre otras cosas debido a las sacas que llevaron a cabo los franceses y los no franceses, amparados por el caos del  momento. Esto provocará que  en 1838 se perdonasen y declarasen extinguidos todas las deudas  contraídas por estas instituciones con anterioridad a 1814, hecho que sin duda alguna vino a dar un respiro a los maltrechos establecimientos que tuvieron que hacer frente en 1836 a un anticipo de seis millones de reales para los gastos de guerra, dineros que nunca se les reintegró. Este hecho va a provocar la fundación de los denominados Bancos de Labradores, para lo que se enajenaron las fincas pertenecientes a los Pósitos; a este respecto hemos de decir que en septiembre de 1842 ya estaban creados, entre otros, los de Dos Hermanas y el Viso.

 

2.-EL PÓSITO DE EL VISO DEL ALCOR

 

Las primeras referencias que tenemos del Pósito de El Viso datan de julio de 1616, fecha en la que el Cabildo decidió, dada su antigüedad, construir un nuevo edificio que diera cabida a las Casas Consistoriales, Pósito y  Cárcel. La decisión del Cabildo fue confirmada por el Señor del lugar que dio los permisos oportunos el primero de agosto del mismo año. Solventado el problema, el Cabildo acordó comprar una casa  junto al recién construido, en parte, convento de mercedarios del Corpus Christi. Nos consta que dicha compra no llegó a realizarse pues los frailes habían pensado añadir las casas aledañas al convento a un pequeño huerto, anejo al mismo, que en estos momentos se estaba formando junto al recinto conventual. Teniendo en  cuenta que los frailes gozaban de la protección del Señor y que las finanzas del Cabildo no eran las más adecuadas, el Cabildo no tuvo más remedio que desistir y construir o rehabilitar el viejo Ayuntamiento en la plaza pública. Tenemos constancia, en el último cuarto del siglo XVII, de la existencia de dos Pósitos. Como es muy escueta la documentación sobre el hecho, no podemos emitir juicio en referencia a si se trataba de un hecho excepcional, motivado, entre otras cosas, por un excedente de granos, o por, el contrario, realmente estamos hablando de la existencia de dos establecimientos. En la segunda mitad del XVIII (1757) se construyó un nuevo edificio en la entrada de la calle Real, junto a lo que hoy es  plaza del Ayuntamiento, entonces plaza de Abajo. El nuevo Pósito “se fabricó en el año 1757 de cabida 4.000 fanegas de trigo en una sola cuadra con separación para la asistencia de los interventores”. Esta fecha viene a coincidir con la del contrato firmado el 3 de junio de 1757 por el maestro albañil, natural de El Viso y vecino de Sevilla, José Trigo  y en el que se exponen las condiciones de la construcción del nuevo edificio,que se construyó sobre un solar de 123 metros cuadrados aproximadamente. Para llevar a cabo esta obra era necesario derribar algunas tapias y el testero de las Casas Capitulares “para la buena unión de la obra”. Los cimientos del edificio tenían una profundidad de dos varas, siendo los mismos de piedra y hormigón pisado a tres manos de pizón. Una vez terminada la cimentación se levantaría un banco sobre el perímetro del edificio en el que se dejaron huecos para la ventilación y comunicación de los empalomados.

Una vez completado el banco que tenía la función de impedir la entrada de humedades en el edificio se construyeron las paredes a base de paramentos de ladrillo visto entre los que se insertaba encajonados de piedra separados entre sí por hiladas de ladrillo.

El interior del edificio se estructuró a base de dos líneas en la que se construyeron tres pilares sobre los que cabalgaban arcos de medio punto que servirían para sostener la techumbre, toda de madera de Flandes que se cubriría con teja.

Por lo que respecta a los huecos se construyeron cuatro ventanas con sus pertinentes rejas, rejillas y puertas. Las puertas de la calle debían de tener dos varas de ancho y tres de alto. Por último, una vez igualado el terreno se harían los empalomados que  debían de tener un pie de altura. Sobre el empalomado se colocaría la solería, de ladrillo raspado, dejando dos escalones en la puerta de la calle, de ladrillo de rosca. El precio de la obra  se estipuló en 20.000 reales y el tiempo estipulado para su construcción el de cinco meses.

Las condiciones de pago estipuladas entre el maestro albañil y el Concejo de la villa, que es la entidad que se compromete a satisfacer el pago, quedaron establecidas de la siguiente manera:

  • 6.000 reales, al comienzo de la obra.
  • 6.000 reales, cuando la obra estuviese en su fase intermedia.
  • 5.000 reales, al enmaderar.
  • 3.000 reales, al finalizar la obra.

Años después, en 1774, dado que el establecimiento quedaba pequeño, se llevó a cabo  una ampliación del mismo, quedando el coste de la obra estipulada en 18. 225 reales.

Este nuevo Pósito podemos encuadrarlo en la arquitectura academicista propia de este período, caracterizándose por ser un edificio de “sobrias líneas”.

En 1810 los franceses lo asaltaron e incendiaron parte de su archivo, o más bien por aquellos a los que no le interesaba la pervivencia de tales libros y aprovecharon la coyuntura para hacer desaparecer la documentación y, de paso, las deudas. En septiembre de 1842 el Pósito se convirtió en Banco de Labradores. En este período en los almacenes se dejó de guardar el grano, permitiéndose el almacenamiento en graneros privados. Ante esta situación, y para obtener beneficios la junta directiva del referido Banco, decide  alquilar por dos años “el local que sirvió de paneras al pósito de esta villa, situado en la calle Real número tres...dicho local pertenece al Banco, como  propiedad que fue del citado pósito  [...]Que teniendo en cuenta que el ya referido local se edificó para meter y conservar los granos, la construcción de él es más a propósito para este objeto y por tanto la junta al arrendarlo lo destinó con ese fin”. El patrimonio  del Banco de Labradores era en 1865:

-         Casa panera o Pósito.

-         Una estacada de olivar en el pago de la Asomadilla y otra en el de Cantosales.

-         El huerto de la Muela.

-         Una casa en la calle Bajada a la Vega, antes Cantarranas (actual calle Tren). Casa que, con posterioridad, se añadiría al que ahora denominamos como Ayuntamiento en 1939.

 

 

                                                                     José Ángel Campillo de los Santos

EL CAMPANARIO DE SAN MIGUEL

EL CAMPANARIO DE SAN MIGUEL

                         Me gustaría dedicar este artículo a mi amigo Vidal y a su nuevo hijo, Miguel.

 

El Arcángel San Miguel ha sido considerado por las iglesias católica, ortodoxa, copta , anglicana, judía  y musulmana como el jefe de los ejércitos de Dios; es por tanto un Santo importante y de gran veneración, tal y como ocurría en nuestro pueblo, de ahí que no nos ha de extrañar que en el campanario se colocase una veleta del mismo, o que en 1643 el Cabildo civil y el Alcaide de la cofradía del Santísimo acordasen hacer una puerta bajo la advocación del Santo, dada la especial devoción que se le tenía.

Iconográficamente se le  representa como un ángel con su espada desenvainada matando al maligno (representado en forma de serpiente, generalmente). Es ésta la representación que podemos encontrar en una de las veletas más bellas de toda la comarca y que tenemos la satisfacción de disfrutar en la cúspide del campanario de nuestra iglesia parroquial. Hoy la podemos apreciar con ese color característico que da el hierro  oxidado, pero hemos de suponer que en sus mejores tiempos, a mediados del siglo XVII, se pudieran  apreciar sus distintas tonalidades, incluyendo su magnífico penacho de plumas.

Aunque del siglo XVII, está colocada en un campanario algo más reciente que sustituye al primitivo, más bajo que el actual y situado a los pies de la nave central del templo. Hemos de remontarnos al año 1732, fecha en la que se decide derribar las tres naves del templo parroquial, dado su mal estado; el campanario, como no había más dinero, se mantuvo. Al terminar las obras del remozado templo, que llega a tener un aspecto similar al actual, nos encontramos que el nuevo tejado llega al cuerpo de campanas, por lo que, cuando llovía las aguas entraban dentro del campanario e inundaban el templo. En 1757, después del terremoto de Lisboa, se propuso su derribo dado su mal estado.  El nuevo se debería de hacer en los pies de la nave de la epístola, aprovechando un cuerpo de torre que no era más que la escalera de acceso al existente; de esta manera se le añadió al cuerpo de torre unos tres metros de altura, por lo que la caña adquirió mayor esbeltez. Encima de la caña se colocó el cuerpo de campanas. Actualmente hay cuatro: San José (1918), Santa María (1872), San Pedro y la Purísima (1878). Aunque la función de las mismas se ha reducido en la actualidad, hemos de decir que ya en las ordenanzas municipales de mediados del siglo XVI se habla de la obligación que tenía el sacristán de tocar la campana gorda (esto significa que había más) para dar las horas.

En el año 1807, en unas obras menores, se colocó la reja que tapa uno de los cuatro huecos del cuerpo de campanas. Fue una decisión tomada por el cura párroco, un poco harto de las continuas roturas de tejas que se producían en el tejado de la nave central y que provocaban goteras los días de lluvia. Esta situación la provocaban los muchachos que subían al tejado por el campanario buscando nidos de pájaros.

  En el año 1971 se llevó a cabo la restauración de la torre, dado el mal estado en el que se encontraba. Por decisión del párroco se picó toda la pared y se dejó el ladrillo visto con los consiguientes problemas de humedad. En los años noventa se volvió a consolidar nuevamente y recientemente, tras la muerte de Manolo, el campanero,  se  ha sustituido el toque manual de campanas por uno eléctrico.

                                                               José Ángel Campillo de los Santos