Manifiesto contra la violencia de machista
Buenas tardes, agradezco a la Delegación de la Mujer del Excmo. Ayto. de El Viso del Alcor la designación de la Asociación Cultural Fuente del Sol para realizar este manifiesto contra la violencia machista y al mismo tiempo a la propia Asociación por confiar en mí animándome para representarla y deciros estas palabras.
A María Sánchez, Técnica de esta Delegación, quien me ha presentado ante vosotros.
LAS ARTES CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA
«Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como
«mujeres y hombres de conocimiento». Los antropólogos han definido a los toltecas
como una nación o una raza, pero, de hecho, eran científicos y artistas que formaron
una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Formaron una comunidad de maestros y estudiantes en Teotihuacan, la ciudad de las pirámides en las afueras de Ciudad de México, conocida como el lugar en el que «el hombre se convierte en Dios».
Este es un fragmento de un libro sobre sabiduría Tolteca del Dr. Miguel Ruiz. En él se
narra algo que le ocurrió a uno de ellos:
«Hace tres mil años había un ser humano, igual que tú y que yo, que vivía cerca de una ciudad rodeada de montañas. Este ser humano estudiaba para convertirse en un
chamán, para aprender el conocimiento de sus ancestros, pero no estaba totalmente de acuerdo con todo lo que aprendía. En su corazón sentía que debía de haber algo más.
Un día, mientras dormía en una cueva, soñó que veía su propio cuerpo durmiendo.
Salió de la cueva a una noche de luna llena. El cielo estaba despejado y vio una
infinidad de estrellas. Entonces, algo sucedió en su interior que transformó su vida
para siempre. Se miró las manos, sintió su cuerpo y oyó su propia voz que decía:
«Estoy hecho de luz; estoy hecho de estrellas». Miró al cielo de nuevo y se dio cuenta
de que no son las estrellas las que crean la luz, sino que es la luz la que crea las
estrellas. «Todo está hecho de luz –dijo–, y el espacio de en medio no está vacío.» Y
supo que todo lo que existe es un ser viviente, y que la luz es la mensajera de la vida, porque está viva y contiene toda la información»
Y sin embargo, amigas y amigos, desde hace siglos, en cualquier nación, cultura,
o raza:
Me han prohibido hablar y decir lo que pienso, lo que siento, lo que deseo. ¡No
lo entiendo!
Creo que puede ser porque soy mujer, porque todas las mujeres: solteras,
casadas, viudas, solas y acompañadas, niñas, jóvenes y adultas... deben siempre,
«permanecer».
Sí, permanecer constantes e inmóviles en «su sitio, en sus deberes y obligaciones» y
estar dispuestas a todo y para todos; ¡qué no se les ocurra esbozar una sonrisa cuando no se les pida o un mal gesto cuando no sea el momento, o una mirada al infinito!
Me han prohibido hablar y decir lo que pienso, lo que siento, lo que deseo, ¡No lo entiendo! Podría ser porque pertenezco a una clase social media o baja o, tal vez, alta; por el color de mi piel, por mi cultura, por mi religión, porque he podido estudiar o porque no.
Porque soy más inteligente, más intuitiva, más alegre y optimista, más
compasiva, porque sé que puedo desarrollar mis capacidades con la fuerza las Bellas
Artes como actriz, pintora, poeta, arquitecta, cocinera, modista, diseñadora, política,
madre...
Pero ¡no! no logro entender ni encontrar la respuesta a estas preguntas:
¿Prohibiciones, obligaciones, derechos, deberes, realidad?
¿Alguien sabe quien inventa o piensa la forma de ocultar, de aplastar la dignidad de una mujer?
¿Alguien tiene respuestas o soluciones para evitar el daño que se nos hace, el
sufrimiento que padecemos, para evitar que haya una muerte más?
Las hay, las respuestas y las soluciones las tenemos todos. Pero ¡qué difícil! O,
tal vez, es miedo o es cobardía o indiferencia y es mejor callar, volver la mirada, cerrar los ojos, las ventanas y la puerta de casa.
Así que, como visueña, andaluza y española, como mujer, madre, hermana, hija,
amiga, como miembro y en representación de la Asociación Cultural Fuente del Sol y
como poeta, con mis palabras y mi voz, quiero denunciar en este manifiesto el uso de las Artes para perpetuar vicios de nuestra sociedad, como la constante cosificación de la mujer. O cómo, escritoras, pintoras, músicas, bailarinas, arquitectas, han sido y son relegadas a lo largo de la Historia a un segundo plano, a ninguno, o peor, le son
ocultadas sus capacidades, apropiándose de ellas y siendo protagonistas los hombres.
Quiero pedir que las Bellas Artes: la Danza, la Escultura, la Pintura, la Música, la Literatura, la Arquitectura y la Cinematografía, no dejen nunca de ser el más potente
vehículo de expresión de las ideas que han ido transformando el mundo.
Quiero pedir que las mujeres seamos Arte vivo, que nos expresemos y nos mostremos como somos, que nuestras mejores aptitudes, nuestros más variados talentos, nuestra más brillante genialidad, los utilicemos para visualizar y combatir todas las injusticias que se nos hacen, denunciando de mil formas bellísimas la desigualdad y el silencio al que se nos somete; así como propuestas para una convivencia pacífica y en armonía.
Os animo a no desfallecer, a ser aquella Luz viva, mensajera de las expresiones
artísticas más diversas; a no tener miedo y ser prototipos en el compromiso y el
propósito de todas las mujeres del mundo, de hacernos valer, sin estruendos ni
violencia, pero con fuerza, decisión y firmeza, con valentía y sabiduría, ¡así, como
nosotras sabemos hacer muy bien!
Desde hoy, 25 de noviembre, día internacional contra la violencia machista,
vamos a proclamar y decir alto y claro todos los días y cada momento:
Soy mujer, hija de la Luz, diosa en mi universo y en mis sueños, engendradora
de verdades. Giro en mi órbita y a la vez, habito dentro de la tuya, sin que lo sepas;
cruzando espacios ilimitados donde quedan prohibidas las prohibiciones.
Soy mujer, tengo la facultad de expresar y mostrar con creatividad pensamientos, sentimientos, deseos, sueños, porque soy la única capaz de parir todo eso
y más. De mi vientre nacen poemas, arcoíris, cielos inmensos, música, auroras, nubes pasajeras y tormentas, hombres y mujeres...
Y porque soy mujer, mis ojos son los surtidores de lágrimas que llenan los
océanos, con mis suspiros se desatan los vientos y el mar se hace manso a mis pies.
Entre mis manos, la tierra de los Alcores, donde nací, donde ahondan mis raíces
y crecen mis hijos, donde deposité las cenizas de la carne de mi carne y donde brota,
silenciosa, la hierba y se elevan majestuosos árboles.
Soy mujer, si me roza, con ternura, otra piel, mi piel desprende el aroma de las
flores silvestres de mi reino: lavanda, azahar, laurel, hierbabuena... y mis pezones,
rezuman gotitas de miel y leche templada, blanca y fresca.
Soy el horizonte donde se pierden las miradas. Cuando quiero me transformo en
una mariposa, o en una voraz leona.
Soy mujer, soy femenina, palabra y significado, levedad, misterio, fantasía.
Soy mujer, poseo la capacidad innata de amar y el poder para hacer que me ames.
Gracias
Almudena Tarancón
El Viso del Alcor, 25 de noviembre de 2017