ARQUITECTURA Y URBANISMO EN MAIRENA DEL ALCOR EN LA TRANSICIÓN DE LOS SIGLOS XVIII AL XIX.
ARQUITECTURA Y URBANISMO EN MAIRENA DEL ALCOR EN LA TRANSICIÓN DE LOS SIGLOS XVIII AL XIX.
EL ÁREA GEOGRÁFICA.
Los Alcores son un promontorio de colinas situadas en el corazón del valle del Guadalquivir. Estamos ante una alineación de unos treinta kilómetros con unas delimitaciones muy claras: por el N.E, el Corbones; por el S.O ,el Guadaíra. Su anchura oscila entre los seis y siete kilómetros, aumentando su altura a medida que disminuye su anchura; de esta forma, tenemos un desnivel de doscientos cuarenta y ocho metros al N.E, en Carmona, y de cien metros en Alcalá de Guadaíra[1].
Esta alineación está formada por diecisiete colinas[2] atravesadas por una serie de pasos naturales llamados puertos que conectan las terrazas del Guadalquivir con una extensa y fértil llanura ( la Vega)[3] “contenida en el triángulo Utrera, Osuna, Écija, cerrada al Sur por los macizos de las Sierras de Yeguas, Algámitas, Algodonales y Gibalbín”[4].La configuración geológica del terreno es tripartita[5]:Al norte, las terrazas diluviales del Guadalquivir, de formación cuaternaria, al sur, la Vega, que es un terreno llano y sedimentario. Entre ambas, la cornisa del Alcor, de trazado diagonal (NE-SO), de origen marino, del terciario.
ASPECTOS DEMOGRÁFICOS.
En vísperas de la revolución francesa la villa de Mairena contaba con unos 700 vecinos[6] , cantidad que Floridablanca nos traduce en 2.432 almas[7].Tres décadas después, en 1818, la villa contaba con 859 vecinos[8] que hacían un total de 2.886[9] almas. Estamos hablando de un incremento poblacional de un 22,7% que se reflejará en el crecimiento de la trama urbana de la villa. A pesar de este crecimiento hemos de hacer alusión a la epidemia de terciarias que sufrió la población en el verano de 1785 y en el invierno siguiente causando, entre los más pobres y desvalidos un total de 182 fallecimientos, de los cuales 106 correspondían a párvulos[10].Estos mismos parámetros hemos de aplicarlo a los primeros años del siglo XIX, de ahí que se hable de una crisis finisecular. Estamos en un período que se caracterizará por los continuos brotes de fiebre amarilla, por lo que la enfermedad supondrá una de las grandes lacras sociales del momento.
Los primeros síntomas del denominado vómito negro o fiebre amarilla aparecen en Europa en la ciudad de Cádiz en el año 1800[11].Será en el último trimestre del año cuando el Ayuntamiento mairenero comience a sentir honda preocupación por la enfermedad, hasta tal punto que va a poner en marcha tímidas normas higiénicas. Entre éstas hemos de destacar la limpieza de las calles y de las casas, la prohibición de arrojar aguas inmundas a la calle, etc.[12].Hemos tildado las medidas de tímidas porque no se hace alusión alguna al principal foco de infección de la población: el cementerio. Se trata del cementerio situado junto a la iglesia parroquial, entre las calles Real y Hondilla .
LA POBLACIÓN EN 1787.
POBLACIÓN 1787 | TASA DE NATALIDAD | TASA DE MORTALIDAD | TASA DE CRECIMIENTO VEGETATIVO |
2.432 habitantes | 40,29por mil (98 nacimientos) | 26,31 por mil (64 defunciones) | 13,98 por mil 1,398 por cien |
LA TRAMA URBANA.
El plano de la villa- en este período- se desparramaba en dirección E-O, de forma paralela al Alcor, línea de fijación que impedirá su crecimiento hacia el sur. Este distribución E-O viene marcada por caminos que se convertirán en calles paralelas a la línea del escarpe del Alcor, es el caso del camino que llegaba desde El Viso al Alconchel (Camino de Zapata) y se dirigía a la plaza. El Alconchel se convertirá en un nudo de comunicaciones en el que convergen varios caminos como el que procedía de Marchena, además del ya mencionado de Zapata que perderá utilidad y será sustituido por el conocido como “la Trocha”. Así estos caminos con el tiempo darán paso a calles importantes, nos referimos al eje calle Ancha-Arrabal o Ancha-Mesones que permitirán, en ambos casos, la expansión de la trama urbana hacia el NO, buscando el viejo camino a Sevilla y, a lo largo del último tercio del siglo XVIII y de la primera mitad del XIX ,la carretera general Madrid-Cádiz, que se convertirá en el nuevo eje que vertebra la villa. Estamos ante un elemento de fijación que durante años actuará como una barrera que impedirá la expansión hacia el norte, de ahí que la villa busque su expansión hacia el oeste, entre la calle Gandul y la Carretera. De alguna manera, las vías principales anteriormente aludidas tienen como elemento común su convergencia en la plaza de la villa que se constituye en elemento centrífugo y centrípeto de la trama urbana. Estamos ante una plaza de planta regular, y de tamaño más pequeño que la actual donde encontrábamos tres edificios claves y representativos de la villa: la casa del Concejo o Ayuntamiento, la Cárcel y la ermita del Cristo de la Cárcel, sin olvidar que justo enfrente de la ermita, en la calle Mesones, junto al Ayuntamiento, se ubicaba el Posito Municipal. Lo que más nos llama la atención de la trama urbana de Mairena es la desaparición del que podemos considerar el barrio más antiguo de la villa: la Morería. El barrio hemos de situarlo entre el castillo y las traseras de la calle Real, ubicándose la entrada del mismo en las cercanías de la Casa-Palacio. Todavía en el último tercio del siglo XVIII encontramos referencias a la Morería, tal es el caso del Catastro de 1771[13], fecha en la que encontramos referencias a la existencia de casas en las espaldas del Palacio, algunas de ellas “arruinadas e inhabitables”, dándose el caso de que parte del referido barrio se había convertido en tierra de labor. A pesar de todo este proceso de degradación el Catastro contabiliza dos vecinos residentes en la Morería. A comienzos del XIX, concretamente en 1802, encontramos que la callejuela de la Morería, que estaba junto a la casa palacio, estaba cerrada, es decir tapiada. No obstante dicho espacio carecía de funcionalidad pese a las reiteradas peticiones de distintos vecinos para edificar en dicho lugar. Tendremos que esperar a 1826, fecha en la que Juan Carmona presenta un memorial solicitando “se le conceda la callejuela de la Morería para labrar casa en ella” [14].
TABLA COMPARATIVA DE LAS CALLES EN LOS AÑOS 1787 Y 1816
CALLES EN 1787[15] | CALLES EN 1816[16] |
Mesones, San Sebastián, Arrabal, Bernardo, Gandul, Naranjos, Cabras, Trianilla, Fuente Gorda-Estanquillo, Puerta de Sevilla, Real, del Arco, Hondilla, Ancha, , Coracha, Benajete, | Mesones, San Sebastián, Arrabal, Bernardo, Gandul, Naranjo, Cabras, Trianilla, Fuente Gorda, Estanquillo, Iglesia, Real, Alcocer, Hondilla, Ancha, del Arco y Coracha. |
Todas estas calles van a tener un elemento común que las va a identificar: la suciedad. Estamos ante calles sucias por las que discurría el agua procedente de caños, las inmundicias, etc. A ello hemos de unir el hecho de la frecuencia de animales sueltos deambulando por las calles, hecho que va a obligar al Cabildo a tomar medidas encaminadas a mejorar la limpieza de las calles .El Cabildo, ante la falta de numerario, tomará la determinación de obligar a cada vecino a barrer y limpiar “ dentro de cuatro días” el trozo de calle que le correspondiese a la fachada de su casa. Además estaban obligados a sacar fuera de la población todas las inmundicias, medida complementada con la prohibición de dejar sueltos los animales, sobre todo cerdos, bajo multa que se emplearía en la financiación de obras públicas[17]. Esta misma situación se vuelve a repetir en 1821, lo que nos demuestra que las medidas no surtieron los efectos deseados[18].
Las calles dan cabida, además de a viviendas de particulares, a edificios y lugares que van a destacar por su importancia simbólica o funcional. Entre éstos podemos hacer mención a:
EL AYUNTAMIENTO.
Situado desde la segunda mitad del XVI, en la plaza pública, en parte del solar que ocupa el actual. Será a partir de estos momentos cuando comienza a cobrar importancia al tener una funcionalidad polivalente. Las primeras referencias directas que tenemos en las Actas Capitulares de la necesidad que había en la villa de unas casas de Cabildo datan del año 1555, fecha en la que se indica que en el plazo de dos años debía de hacerse la Casa de Cabildo y Cárcel[19]. Estamos ante una necesidad de vital importancia para la localidad, tanto desde el punto de vista edilicio, como desde el simbólico, pues al no existir tal edificio las reuniones se celebraban en una sala del Hospital de la villa[20], situado en el número uno de la calle de la Iglesia. Estamos ante un edificio que se situaba junto a la Iglesia parroquial. Lo cierto es que con anterioridad al 20 de abril de 1551 se especifica que las reuniones de Concejo se celebraban en la fortaleza[21], por lo que podemos presuponer que se hace referencia al castillo. El motivo por el que se dejan de celebrar las reuniones en la denominada fortaleza lo ignoramos, pero podemos presuponer que sería por encontrarse en malas condiciones de habitabilidad. Volviendo a la Casa de Cabildo hemos de decir que se trataba de un edificio que constaba de dos plantas. En la baja había unos soportales, a modo de logia, compuesta de tres arcos que servían de resguardo y de lugar de recepción de inmundicias[22] . En la primera planta o planta noble del edificio había balcones, pues el 24 de enero de 1820, cuando se ordena jurar la Constitución, se hace referencia a la invitación que se hace al pueblo “para dicha jura que se verificará el día de mañana( 25 de enero) a las diez de ella, en los balcones de esta sala capitular”[23]. Ante las reducidas dimensiones del edificio [24] se habla de la necesidad de construir “una sala capitular para celebrar sus sesiones”[25]. Esta circunstancia hace que las reuniones de Cabildo se celebrasen en la inmediata ermita del Cristo de la Cárcel[26].
LA CÁRCEL.
Estamos ante otro de los edificios públicos de la villa, situada en la plaza, junto a la ermita del Cristo, en parte de lo que hoy es plaza de Antonio Mairena y entonces el número uno de la calle Ancha[27]. La antigüedad del recinto (cuya superficie era de 294 metros cuadrados[28]) es paralela a la de la Casa de Cabildo. Se trataba de un edificio que hacía esquina con la calle Ancha y en el que destacaba el calabozo con unas dimensiones muy reducidas:5,60 X 2,90[29].
EL CEMENTERIO.
El primer camposanto de Mairena estuvo situado junto a la iglesia parroquial y ocupaba un amplio solar situado entre las calles Iglesia y Hondilla. En un principio se trataba de un lugar destinado a “osario y entierro de pobres de misericordia” [30], dado que los más pudientes podían ser sepultados dentro del templo. Esta situación cambia a raíz del decreto dictado en 1787 por el Provisor y Vicario de Sevilla que prohibía tajantemente que se abrieran sepulturas ni bóvedas dentro del templo. Sin duda alguna esta determinación tan rotunda y tajante responde al hecho que no se obedecía totalmente la ley promulgada por Carlos III , circunstancia que obliga a la administración eclesiástica a cortar por lo sano[31]. Cuatro meses después en la visita de 1789 se hace referencia a que el cementerio está situado inmediato a la iglesia parroquial, esperándose que sea adecentado y aseado para que de esta manera “los vecinos depongan con el tiempo el horror que conservan a los enterramientos fuera de la Iglesia”[32]. Sin duda alguna esta situación estaba creando un gran malestar entre la población que consideraba el lugar indecente. Por otra parte se hace alusión al insoportable olor que había en la zona, sobre todo en verano[33].
EL HOSPITAL .
Las primeras referencias que tenemos de este establecimiento de carácter benéfico-sanitario data de mediados del siglo XVI, tal y como se detalla en las actas capitulares ,donde se manifiesta que ante la inexistencia de casa de Cabildo, el Concejo se reunía en una habitación del Hospital[34]. El referido establecimiento, según la visita pastoral de 1694, no es más que un lugar en el que se recogían los pobres pasajeros y también los pobres enfermos que estaba al cuidado de los Hermanos de la Cofradía del Corpus Christi, Nuestra Señora de la Antigua y San Bartolomé[35]. Este establecimiento, aunque arruinado por carecer de funcionalidad lo encontramos aún en el padrón del año
LAS CARNICERÍAS.
El primer matadero “moderno” que hubo en la villa se construyó en torno a 1814-15, pues sabemos que tras el traslado de las carnicerías y matadero de la confluencia de la calle Arrabal con Trianilla (Fuentes) a la plaza pública, el edificio se vendió y con el dinero se decidió la necesidad de construir un nuevo matadero “que deberá hacerse en el sitio de la Fuente Gorda en el pedazo de terreno que desde la casas de José Espinosa hay hasta la Huerta del Alunado, cuya construcción recomienda este Ayuntamiento” porque sería un matadero que utilizaría las derramas de la Fuente, cuya corriente se llevaría “las inmundicias y despojos de la citada oficina” [36].
EL POSITO.
El origen de los Positos es algo incierto, autores como Bernal remontan su origen al medievo y ve en ellos posibles reminiscencias musulmanas al denominárseles alhorles. Los Positos o almacén de cereales tenían como objetivo proporcionar trigo barato al pueblo en años de carestía. Es a finales del XV y comienzos del XVI cuando podemos documentar la aparición en Andalucía de estos establecimientos, es el caso del de Marchena en 1527[37]. Los Positos tenían la finalidad de proveer de trigo, que compraban en los meses de recolección, a bajo precio, para después ponerlo a la venta para su panificación en meses de precios altos y en épocas conflictivas. Esto hacía que actuasen como reguladores de los precios y como reserva de granos en épocas adversas. La primera reglamentación de los Positos data de la época de Felipe II; así el 15 de mayo de 1584 se establecen las finalidades que debían de tener estos establecimientos[38]:
- La del panadeo, que sería la principal.
- La de servir de “banco de granos” a los agricultores, que sería la función secundaria o excepcional.
El nacimiento del Posito de Mairena debe de ser paralelo al del nacimiento de la Casa de Cabildo, dado que ambos edificios estaban juntos y, al parecer, compartían paredes. Por otra parte tenemos el caso del de Marchena en 1527[39], o el de Carmona fundado en 1531 con la finalidad de “paliar las graves crisis de subsistencia ocasionadas por malas cosechas” que ocasionaban desórdenes callejeros, enfermedades y mortandad[40].
EL RELOJ .
El reloj de la villa estaba ubicado, desde época incierta, en el campanario de la parroquia, tal y como lo encontramos en el año 1689, fecha en la que el cuidador se dirige al Cabildo solicitándole aceite para “ untar las ruedas” [41]. Desde esta fecha contabilizamos continuas referencias al mantenimiento de dicho “artefacto”. En este lugar lo encontramos a comienzos del XIX, pues en 1842 aún permanecía en dicho lugar, tal y como lo refieren las Actas Capitulares del referido año, fecha en la que se produce la visita del Jefe Político. Así al, al visitar la iglesia parroquial “mandó que se componga el reloj o se proporcione otro si su estado al que existe no admite composición” [42].Hemos de decir que el campanario, aún siendo el mismo que hoy podemos apreciar, hasta 1826 estaba recubierto de azulejos, pues tenemos constancia por una carta que Jorge Bonsor dirige al doctor Hillhouse, en relación a una partida de azulejos que había remitido a los Estados Unidos que veinticuatro de ellos procedencia de la torre de la iglesia que había sido tocada por un rayo ochenta años atrás (1826) con la circunstancia que “ todos los “azulejos” que la decoraban fueron arrancados del edificio y cayeron sobre el tejado de la iglesia”. Al parecer, dichos azulejos fueron depositados en el patio, y con el tiempo fueron desapareciendo[43].
LA FUENTE DEL ALCONCHEL.
Se trata de una fuente situada sobre una antigua vereda, en el lugar que en tiempos fue un descansadero de ganado[44].Las primeras referencias que tenemos de la fuente datan de mediados del siglo XVI, concretamente del año 1553, fecha en la que el Cabildo acuerda de haga un padrón de los vecinos de la villa para efectuar el repartimiento de los peones que eran necesarios para reparar la fuente del Alconchel[45] .La fuente y abrevadero, tal y como lo conocemos en la actualidad, data de la reforma que se proyectaron a finales de 1889, siendo Alcalde Lutgardo Retamino [46]. La fuente previa a las reformas de Retamino era una construcción más ruda y austera que la actual aunque el frontón y las pilastras nos recuerdan el lenguaje clasicista de finales del XVIII. Por otra parte, no estaban los ocho paños de verja que posee en la actualidad, y los lavaderos situados detrás de la fuente estaban dentro de un recinto cerrado en donde una puerta de madera servía de entrada y que estuvo haciendo sus funciones hasta que se retiró tras la reforma[47]). Por otra parte, el entorno no estaba urbanizado, sino que presentaba un aspecto rústico donde destacaban ocho moreras y una acacia. Casi todos estos árboles eran centenarios pues nos consta que se sembraron en las reformas llevadas a cabo en 1554. Estos árboles sustituyeron a otros que también eran centenarios[48].
LA FUENTE GORDA.
Estamos ante otra de las fuentes que surtían de agua a la villa y que alimentaban a una serie de molinos de época inmemorial. El manantial de esta fuente hemos de buscarlo en la denominada huerta Coquilla, camino del cementerio[49]. Unas de las primeras noticias que hacen referencia a la fuente datan del año 1674, fecha en la que el Cabildo acuerda “que el caño de la fuente gorda se baje más de media vara porque por su altura que tiene están en peligro dos casas de morada”. Es una forma de detener la corriente del caño, por lo que se acuerda que dos alarifes vean los daños y la forma que se le debe dar[50].
LA IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN.
En el último tercio del siglo XVIII la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción presentaba un plano prácticamente idéntico al actual, pues la capilla mayor se había terminado en el verano de 1689, dado que en agosto del referido año se pagan 246 reales para el altar mayor[51]. Esta fecha adelanta la construcción de la capilla mayor un siglo respecto a la datación que hace el profesor Hernández Díaz[52]. Y aunque es cierto que en plano el edificio prácticamente el mismo, vamos a asistir en el último tercio de la centuria a una transformación interior que hará que el templo adquiera la fisonomía actual. Es en el año 1787, a raíz de los reparos que se quieren hacer en bóvedas, tejados y solería, cuando el maestro mayo de obras, Antonio de Figueroa , visita el templo y aprecia los reparos, tras varias visitas y rectificaciones, en 27.360 reales[53]. Sabemos que en septiembre las obras ya habían comenzado, por lo que el Santísimo se había trasladado a la ermita del Cristo de la Cárcel[54]. Aprovechando esta coyuntura, la Hermandad de la Veracruz plantea la necesidad de agrandar su capilla a la par que surge la necesidad de comunicar entre sí las capillas de la Encarnación, San Pedro y San José mediante arcos. Un año después el mismo Figueroa nos dirá que el templo se ha transformado por completo, de tal manera que parece “haber trasladado una Iglesia y puesto otra en su lugar según la diafanidad y desahogo con que se halla”, pues no se habían producido en los días festivos aglomeraciones, escándalos o bullicios dentro del templo. También nos dice que dado que la iglesia estaba muy oscura, sobre todo hacia la capilla mayor, se había decidido colocar sendas ventanas, una en la capilla de San Pedro y la otra en la de San José[55].
Así pues cuando el francés llegó a nuestra comarca, la iglesia de Mairena del Alcor tenía , desde el punto de vista arquitectónico el aspecto actual. También conocieron los franceses el denominado como “cuarto de ánimas” situado “colateral de la Iglesia Parroquial situado en la calle de la Iglesia”. Su existencia nos consta porque en la Restauración borbónica, nos aparece dicho establecimiento como uno de los colegios electorales, junto al de la Capilla del Santo Cristo de la Cárcel y de la que se denomina como capilla de San Sebastián[56].
Además de la parroquial la villa contaba con la Ermita del Cristo de la Cárcel y con la de San Sebastián dentro de la población. La de Santa Lucía, en las afueras, estaba ya arruinada en tiempos de la invasión, pues tenemos constancia que en el año 1789 dicho establecimiento estaba en ruinas, dado que cuando se da permiso para ejecutar las obras y reparaciones en la ermita de San Sebastián de El Viso se especifica que “en dicha reparación aprovechará V.m y con su mira los materiales que recogió de la ermita de Santa Lucía”[57].
LA SACRALIZACIÓN DEL ESPACIO URBANO: LA SEMANA SANTA.
En la trama urbana a la que antes hemos hecho referencia hemos hecho referencia a los templos de la localidad. En 1771 había en Mairena las siguientes Hermandades y Cofradías, según consta en la relación de Hermandades, cofradías, congregaciones y órdenes terceras existentes en el Arzobispado de Sevilla[58]:
LOCALIDAD | HERMANDADES | COFRADÍAS | CONGREGACIONES | ORDEN 3ª | TOTAL |
SEVILLA | 186 | 28 | 26 | 9 | 249 |
A. DE GUADAÍRA | 3 | 13 | 2 | 2 | 20 |
MAIRENA | 0 | 9 | 0 | 0 | 9 |
EL VISO | 3 | 3 | 0 | 0 | 6 |
En 1783 el Consejo de Castilla prohibió la fundación de hermandades sin licencia real, de ahí que dispuso el traslado de las hermandades sacramentales a las respectivas parroquias y se ordenó a las ya existentes la formación de nuevos estatutos. Desde este momento quedaban sometidas a la jurisdicción ordinaria, como ya lo estaba a la eclesiástica desde 1604[59].Tenemos constancia que en junio de 1780 el Asistente de Sevilla mandó que los Hermanos Mayores de las Cofradías y Hermandades de la villa certificasen los bienes que poseían. Así se les manda notificación a[60] :La Hermandad de la entrada en Jerusalén, La Hermandad de la Humildad, la del Santísimo Sacramento y San Bartolomé Apóstol, la de Nuestra Señora del Rosario, la Hermandad de San Pedro, la de Ánimas, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la del Santo Cristo de la Veracruz y la del Niño Jesús. No nos consta para esta fecha la Hermandad del Cristo de la Cárcel ni la de los Remedios que sabemos que existían, pero que en estos momentos pasarían graves apuros, pues sabemos que en el año 1793 solicitó protección al Vicario y Provisor General, dado que había desavenencias con el Vicario de la Villa por lo que el año anterior no hubo procesión de la imagen por las calles de la villa a pesar de estar la ermita de San Sebastián preparada “ hecho el convite al Predicador, convocado el Pueblo, y la Santa Imagen en su paso para la Procesión”[61]. Por las Reglas de la Hermandad sabemos que la fiesta de la Virgen es el 17 de septiembre y se dice que debía de ser con procesión desde la ermita de San Sebastián “patrono de esta villa hasta la Plaza de ella y ha de volver por el Arrabal”[62].Volviendo a las procesiones de Semana Santa, a finales del siglo XVIII el Corregidor de la villa puso de manifiesto “la corruptela o abuso que había en esta villa de las comidas y cenas que se acostumbraban hacer en los días de Semana Santa los Cofrades de las Hermandades , de que se originan embriagueces , escándalos y alborotos redundando todo en ofensa de la divina Majestad, especialmente en estos días en que todos deben concurrir al templo a pedir a Dios Misericordia, y en menosprecio de las Reales órdenes expedidas a su prohibición y a la mayor composición de los vasallos de su Majestad en memoria de la Pasión y Muerte de Nuestro Redentor Jesucristo, de lo que enterado este Ayuntamiento acordó se prohíba absolutamente para el presente tiempo y para los futuros semejante abuso y corruptela castigándose seriamente a todos los Mayordomos de Hermandades, a sus hermanos pedidores y demás personas, que practiquen y se junten en las Semanas Santas con inclusión del Domingo de Ramos a tales convites y comilonas “ poniéndose de manifiesto que aquellos que incumplan este acuerdo deberían de pagar una multa de 20 ducados[63]. Estas críticas van en consonancia con la Real Cédula de 1780 manda “que en ninguna iglesia de estos reinos, sea Catedral, Parroquial o Regular, haya en adelante danzas, ni Gigantones, sino que cese del todo esta práctica de las Procesiones, y demás funciones Eclesiásticas, como poco conveniente a la gravedad, y decoro que en ellas se requiere” [64].
SIGLAS:
AMMA (ARCHIVO MUNICIPAL DE MAIRENA DEL ALCOR).
AGAS(ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO DE SEVILLA).
AC(ACTAS CAPITULARES)
JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS
[1] HERNÁNDEZ DÍAZ, J. ; (et.al): Catálogo arquelógico histórico y artístico de la Provincia de Sevilla. T. II, Sevilla, 1943, pág. 65.
[2] AA.VV:El agua en los Alcores: El Viso del Alcor. El Viso del Alcor, 1996; pág. 2.
[3] BONSOR SAINT MARTÍN, Jorge: Las colonias agrícolas prerromanas del valle del Guadalquivir. Estudio preliminar de Jorge Maier. Sevilla, 1997; pág. XXVI.
[4] HERNÁNDEZ DÍAZ,J. (et al) : Catálogo Arqueológico histórico y Artístico de la Provincia de Sevilla. Op. Cit. T.I, pág. 17.
[5] AMORES CARRENDANO, Fernando: Carta arqueológica de los Alcores (Sevilla). Sevilla, 1982; pág. 48.
[6] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[7] Censo de 1787 “Floridablanca”.
[8] AMMA, Padrones y Censos, legajo 108.
[9] AMMA, legajo 44.
[10] AMMA, libro 119.
[11] ROMERO DE SOLÍS, Pedro: La población española…Op. Cit.; pág. 10.
[12] AMMA, AC. Legajo 14.
[13] AMMA, Catastros, legajo 144.
[14] AMMA, AC, legajo 15.
[15] AGAS, Administración General. Padrones. 1787.
[16] AMMA, legajo 108.
[17] AMMA, AC, libro 12
[18] AMMA, AC, legajo 15
[19] AMMA, AC, libro 4.
[20] AMMA, AC, libro 5.
[21] AMMA, AC, libro 5.
[22] AMMA, AC, libro 35
[23] AMMA, AC, Legajo 15
[24] MADOZ,Pascual: Diccionario Geográfico-estadístico. Sevilla. Edición facsímil. Sevilla, 1986; Pág 106-107.
[25] AMMA, AC, legajo 17.
[26] AMMA, DISPOSICONES, legajo 37.
[27] AMMA, Padrones y Censos, legajo 113
[28] AMMA, AC, libro 45.
[29] AMMA, AC, libro 45.
[30] AMMA, AC, legajo 13.
[31] AMMA, AC, libro 15.
[32] AGAS, GOBIERNO, Visitas, legajo 5156.
[33] AGAS, GOBIERNO, Visitas, legajo 05231.
[34] AMMA, AC.20 de abril de 1551.
[35] AGAS, GOBIERNO,Visitas,legajo 5166.
[36] AMMA, AC, legajo 14.
[37] AA.VV: Pósitos,Cillas y Tercias. Sevilla, 1991; pág.34 a 53.
[38] AA.VV: Pósitos,Cillas y…Op. Cit.; págs.54 a 57.
BOHORQUEZ JIMÉNEZ, Domingo: El Ducado de Medina Sidonia …; pág. 328.
[39] AA.VV: Pósitos,Cillas y Tercias. Sevilla, 1991; pág.34 a 53.
[40] CRUZ VILLALÓN, Josefina: “Del Antiguo Régimen a la Modernidad”. Carmona, Historia, cultura y espiritualidad. Sevilla, 1992; pág. 127.
[41] AMMA, AC, legajo 4.
[42] AMMA, AC, legajo 17.
[43] AGA, Colección Bonsor, legajo 8.
[44] CANTERO,Pedro A.: Arquitectura del agua. Fuentes públicas de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1995; pág. 81.
[45] AMMA, AC, libro 5,5 de junio de 1553.
[46] AMMA, AC, libro 46.
[47] AMMA, AC, libro 43.
[48] AMMA, AC, libro 5.
[49] CANTERO,Pedro A.: Arquitectura del agua…Op. Cit.; pág. 83.
[50] AMMA, AC, legajo 3.
[51] AGAS,JUSTICIA, Ordinarios, legajo 11.348..
[52] HERNÁNDEZ DÍAZ, J et al: Objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas. Págs 146
[53] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[54] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[55] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[56] AMMA, AC, libro 36.
[57] AGAS, GOBIERNO, Ermitas, legajo 5.295.
[58] MIRA CABALLOS, Esteban: “Hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla a través de los censos de 1771”.Archivo hispalense nº 250. Sevilla, 1999; págs. 68-72.
[59] DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio y AGUILAR PIÑAL, Francisco: Historia de Sevilla. El Barroco y la ilustración. Sevilla, 1976; pág. 229.GAMERO ROJAS, Mercedes: El mercado de la tierra en Sevilla. Siglo XVIII. Sevilla, 1993; págs. 271-272.
[60] AMMA, DISPOSICONES, libro 117.
[61] AGAS, JUSTICIA, Hermandades, legajo 9.885.
[62] AGAS, JUSTICIA, Hermandades, legajo 9.885.
[63] AMMA, AC, libro 15.
[64] AMMA, DISPOSICIONES, libro 117.
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