INFORME EXPLORACIÓN INICIAL TABLADA. GRUPO FUENTE DEL SOL
- Excursión realizada la mañana del domingo 10 de agosto de 2008.
- Participantes: Marco A. Campillo de los Santos, Blas Jiménez Sánchez y Pedro Alcántara.
Tras desayunar, nos dirigimos en coche por la carretera de Brenes, hacia las 9 de la mañana, al Cortijo de la Cañada, donde teníamos noticia de la existencia de túmulos y restos de cerámica prerromana. Pasamos por difíciles caminos de tierra, guiándonos por un croquis dibujado por un trabajador de la finca., hasta llegar a un olivar cercano al Cortijo, donde supuestamente había restos antiguos. Observamos restos de grandes ladrillos, lo que podría denotar la existencia de construcciones, pero no hallamos nada significativo, por lo que al desconocer el terreno decidimos explora un lugar cercano y conocido, como es el caso del yacimiento de la ciudad protohistórica de la Tablada.
Accedimos a la Tablá por el lado más accesible, el que linda con el Recinto ferial, por poco tiempo, y la cancela que da acceso al Parque de la Muela.
Observamos en las 9 hectáreas de la Tablá numerosos restos de cerámica (asas de orejera, cuellos de ánforas, bases de platillos ceremoniales, pequeños fragmentos de cerámica con policromía roja de influencia púnica,…), guijarros y de piedras, algunas de gran tamaño y parcialmente talladas. Creemos por su fisonomía que los restos de cerámica encontradas son prerrimas, con una antigüedad estimada entre los siglos V y III a.C.
Nos detuvimos brevemente en el puerto que comunica la Tablá Alta con la Tablá Baja del recinto ferial, quizás la entrada a la ciudad (el gran desnivel entre ambos puede deberse al rebaje del terreno que se acometió en las obras para colocar allí la nueva feria). En torno a este puerto encontramos gran acumulación de piedras y restos de grandes vasijas o ánforas.
Comprobamos la gran posición estratégica de este recinto, desde el cual se controlan todos los contornos, así como su gran parecido a la Mesa de Gandul.
Observamos también, grandes piedras acumuladas en torno a una alberca, pero no nos pudimos acercar a ellas al estar vallado ese pequeño recinto por el propietario. Nos llamó la atención una, que se asemeja aparentemente con una lápida romana.
Posteriormente, nos dirigimos al fondo, y tras descender por una pequeña rampa de tierra, comprobamos el sistema de acumulación de piedras y tierra para hacer todavía más inaccesible esta ciudad. Quizás en este lugar pueden encontrarse enterramientos, por la abundancia de cerámica incrustada en la vertiente y por los huesos encontrados en ocasiones anteriores.
Acto seguido, paseamos por todo el contorno de la Tablada, donde se puede observar todavía que grandes piedras, molestas para las rejas del arado, han sido arrojadas pendiente abajo (algunas de ellas parcialmente labradas, lo que haría pensar en la existencia de algún lienzo de muralla que defendiera los sitios más accesibles).
También llegamos al lugar más elevado del recinto, en torno del vértice geodésico, donde probablemente estuviera la mayoría de las modestas casas de esta ciudad milenaria.
Finalmente, descendimos por el lugar donde habíamos entrado, contrastando de nuevo la acumulación artificial a esta meseta natural de arenas y piedras.
Dimos concluida esta exploración hacia las 11 y cuarto, la cual fue dificultada por el crecido pasto, que no deja ver muchos restos, y por el calor de una mañana de agosto.
En El Viso del Alcor a 12 de agosto de 2008.
MARCO A.CAMPILLO DE LOS SANTOS
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