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YA HABÍA "GORRIONES" EN EL VISO HACE 160 AÑOS
Estamos ante una disputa entre José García, quincallero de 53 años, y natural de Orihuela y afincado en El Viso del Alcor, su vecino Joaquín Jiménez León, de 31 años, y el comerciante ceutí José Rodríguez Mejorada. el altercado comenzó cuando José García se dirigía a su casa por la calle de la Iglesia con bestias cargadas de mercancías y se encontró con Joaquín Jiménez y José Rodríguez. Según la versión de José García, Joaquín le amenazó diciéndole: "Usted donde debe ir es a Mairena y no hay que hablar mucho", expresión a la que no contestó. La versión de Joaquín es distinta y relata que le había dicho que "cuando fuera a Mairena se abstuviera de hablar mal de su familia como lo había hecho, teniéndole que dar por tal motivo una satisfacción". José respondió que iba a su casa y que allí podía tener lugar, deduciendo Joaquín que le estaba retando.
Finalmente, José llegó a su casa y comenzó a descargar sus mercancías. Joaquín entró en su casa, situada justo enfrente, soltó la chaqueta y se abalanzó sobre su vecino, dejándole caer y causándole algunas contusiones leves. Al oír el ruido de la trifulca, José Rodríguez Mejorada, que se encontraba en su casa jugando al tute con un guardia civil y con José Jiménez, alias "Gorrión", salió a la calle para averiguar lo que ocurría. Con una vara de membrillo golpeó a ambos contendientes repetidas veces para separarlos y evitar la pelea.
La sentencia del Alcalde Constitucional de la localidad, Miguel Jiménez Cadenas, consideró culpable de tal agresión a Joaquín Jiménez por ser el primero en atacar violentamente a su vecino, siendo condenado a dos días de cárcel y al pago de las costas del juicio. La pena se fundamentó en una falta comprendida en el artículo 493 del Código Penal. Respecto, a José Rodríguez, "el señor de la vara", considerando que había intervenido con buena intención, fue absuelto.
De este curioso documento podemos sacar varias conclusiones:
- La rapidez del juicio y el buen "juicio", en mi opinión, del Alcalde.
- La antigüedad del apodo "Gorrión", de más de 160 años.
- La pasividad del guardia civil en la pendencia vecinal.
- La afición al juego del tute, que todavía perdura en Los Alcores.
Marco Antonio Campillo de los Santos
Historiador y antropólogo
MANUEL VERGARA HERRERA, IMAGINERO NACIDO EN EL VISO DEL ALCOR
La referencia, que data del año 1934, hace alusión a la petición que hace Manuel Vergara Herrera, estudiante de escultura en Sevilla, solicitando una beca para poder proseguir sus estudios. Este es el dato que me ha permitido indagar en la vida y obra de este hijo de El Viso.
1.-DATOS BIOGRÁFICOS
Manuel Vergara Herrera, según consta en su partida de nacimiento, nació el día 2 de agosto de 1908, siendo inscrito en el registro civil el día 5 del mismo mes y año por su padre. Hijo legítimo del matrimonio formado por Manuel Vergara Ojeda y María de los Dolores Herrera Jiménez, ambos naturales de la villa, al igual que sus abuelos paternos Francisco Vergara Borreguero y Gertrudis Ojeda Martín, y maternos Antonio Herrera de los Santos y a María del Rosario Jiménez Bonilla. En el momento del nacimiento,el domicilio estaba establecido en la calle Riego número 15.
Tenemos constancia que tuvo tres hermanas: María Josefa, Gertrudis y Mercedes, no constándonos más familia directa.
No sabemos cómo ni por qué esta persona se inclinó por la escultura, ni cómo llegó a Sevilla en tiempos tan difíciles, más si su padre era jornalero, tal y como reza en su partida de nacimiento. Lo cierto es que en 1934 tenía 26 años y había iniciado sus estudios, pues la beca que solicita es para continuarlos.
En este mismo año de 1934 se celebra en Sevilla, concretamente en el palacio central de la plaza de América una muestra pictórica a la que concurren entre otros, además de Manuel con la obra titulada “Rosarito”, el imaginero alcalareño Pineda Calderón con dos obras tituladas “Paisaje de Alcalá “y “Marina”. Uno de los críticos de la exposición afirma que en general los pintores se mostraban conservadores o “disimuladamente académicos, encontrándose sólo alguna rebeldía en ciertos dibujantes y en algunos escultores como Vergara Herrera”.
En 1937, muy posiblemente terminase sus estudios, pues es la fecha en la que da comienzo su producción artística, poco extensa, “aunque si de cierta importancia”, pues se dedicó casi en exclusividad a su labor como profesor de Modelado y Vaciado en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla. Estamos ante un hombre “modestísimo, su muerte ha pasado casi tan inadvertida como transcurrió su vida artística y docente, ignorada incluso por sus amistades”. Son palabras que podemos entresacar de la reseña del diario ABC del 27 de diciembre de 1985, de este artista que murió el día 19 de noviembre de 1985 a los 77 años a consecuencia de un edema agudo de pulmón. Fue enterrado al día siguiente en el cementerio de San Fernando.
2.-SU OBRA
Como hemos hecho referencia anteriormente su obra fue poco extensa. Por orden cronológico podemos hablar de:
1937- La Virgen titular de la hermandad de San Roque de Sevilla. Esta imagen procesionó en la Semana Santa de 1937 y 1938, y como no fue del gusto de los hermanos volvió al taller del artista. En 1941 fue adquirida por la hermandad del Santo Entierro de Aracena con la advocación de Nuestra Señora de la Soledad.
Lo mismo ocurrió con el Nazareno de San Roque, de cuya hermandad era hermano, dicha imagen pasó en 1940 a Santaella (Córdoba). El nazareno fue tallado entre el 25 de abril de 1937 y el 10 de abril de 1938. Como la hermandad decidió adquirir el actual, de Illanes, Manuel Vergara, hizo un donativo a su hermandad de 200 pesetas.
Años 40-Virgen de los Dolores, de Mijas (Málaga).
1942- San Bartolomé Apóstol, para el retablo mayor de la parroquia del mismo nombre de Librilla (Murcia). Se trata de una imagen en bulto redondo.
1943-Virgen de los Dolores, de la cofradía del Perdón, de Huelva. Esta imagen procede de una colección particular de Carrión de los Céspedes (Sevilla).
1951-Los ángeles y los tondos de las andas del paso de la Soledad de San Lorenzo, de Sevilla.
1952-Virgen de la Misericordia, de Bollullos del Condado (Huelva).
1953-Cristo del Amor, de San Juan de Aznalfarache, (Sevilla). Tardó siete años en terminar esta imagen que es de madera de cedro. Fue restaurada en 1994 por Francisco Berlanga. La imagen está firmada en el sudario.
1958-Nuestra Señora de la Soledad y Esperanza, de Doña Mencía (Córdoba).
¿?-Sagrado Corazón de Baena (Córdoba).
LA SAGA DE “LOS CHOCHALES” IV
El mote o sobrenombre de “chochales”, al parecer tiene dos explicaciones. Por un lado podemos presuponer que mi bisabuelo o mi tatarabuelo, habían padecido la viruela y conservó en su cara las cicatrices propias de la enfermedad, conocida popularmente como “chochas”. De ahí el apelativo de “chochales”. Otra versión, también convincente es la que nos conduce a un niño inquieto y revoltoso que, un día, al igual que lo venía haciendo otras veces, se encaramó a un tejado buscando gorrioncillos con tan mala fortuna que le picaron las avispas. Fue tal la cantidad de picaduras que le pusieron la cara como si tuviese viruela, de ahí el nombre de “chochales”.
El matrimonio formado por Dolores Falcón Fernández, hija de Ildelfonso Falcón Roldán y de Juana María Fernández López y por José de los Santos Cumplido, fue un matrimonio un tanto atípico y que, a buen seguro dio bastante que hablar. Hemos de tener en cuenta que José procedía de la burguesía agraria, mientras que Dolores era de condición social muy humilde, por lo que los padres de José se negaron en rotundo a que se casara con la criada, a pesar de haber quedado ella embarazada. Sin duda alguna este hecho deterioraría la relación entre José y su padre (su madre había fallecido en 1877), hasta tal punto que éste le amenazaría con desheredarlo, de ahí que tuviese que esperar a la muerte de su padre (el 14 de octubre de 1887) para poder casarse, hecho que ocurrió en 1888. Esta circunstancia hizo que nacieran dos hijos fuera del matrimonio.
En primer lugar nació María Josefa de la Santísima Trinidad. Nació el día 20 de mayo de 1884, a las dos de la madrugada en la casa número 17 de la calle Riego. Fue bautizada el 23 de mayo por Don Emilio León con licencia e Don Antonio Ramos Reina. Consta que fue un bautismo con estola y que la niña es hija natural de José y de Dolores, ambos solteros. La niña fue apadrinada por Manuel Sánchez y por Natividad Santos (tía paterna de José de los Santos). Muy posiblemente murió siendo pequeña, pero no nos consta.
El segundo hijo de la pareja es Eduardo de la Santísma Trinidad. Nació el 30 de mayo de 1885, a las 9 de la mañana, en la casa número 20 de la calle Horno Nuevo. Fue bautizado con bautismo de estola por Don Antonio Ramos Reina, el día 3 de junio de 1885. Fue apadrinado por Antonio Blanco Benítez y por María Dolores Fernández.
La tercera hija fue María Dolores Agapita de la Santísima Trinidad. Nació el día 24 de marzo de 1887 a las ocho y media de la mañana, en la casa número 11 de la calle Real. Fue bautizada con bautismo de estola, el 27 de marzo del corriente, por el cura Don Antonio Ramos Reina que estaba en comisión. En la partida de bautismo consta que es hija natural de José y Dolores, ambos solteros. Fue apadrinada por Manuel Vergara y Juana María Falcón. Esta niña también moriría en la infancia.
El cuarto hijo fue Manuel Teodoro de la Santísima Trinidad. Nació el 27 de diciembre de 1888 a las ocho de la tarde en la casa número 11 de la calle Real. Fue bautizado al día siguiente por Don Antonio Ramos Reina, con bautismo de capa y órgano. En la partida de bautismo ya consta que es hijo legítimo, por lo que el enlace debió producirse antes del nacimiento. Los padrinos fueron Manuel Sánchez y su esposa Natividad Santos.
La quinta hija fue María Dolores Urbana del Sagrado Corazón de Jesús, nacida el 31 de octubre de 1890 a las tres de la mañana. Fue bautizada por D. Juan Tarancón el 2 de noviembre de 1890. Los padrinos fueron Antonio Jiménez Vergara y su mujer, Dolores Jiménez Morillo. También murió siendo niña.
El sexto hijo fue José Timoteo de la Santísima Trinidad nació el día 24 de marzo de 1892 a las tres y media de la mañana, siendo bautizado al día siguiente por el párroco D. Juan Tarancón. Al nacimiento de José también había fallecido la abuela paterna y el abuelo materno. Los padrinos de José fueron: Manuel Roldán y Encarnación Tapia.
La séptima hija fue María Severina, nació el día 7 de septiembre de 1893 a las 12 de la mañana por el párroco D. Juan Tarancón. Fue bautizada el 11 de septiembre y murió, según nota al margen, el 27 de octubre de 1895. Sus padrinos fueron Antonio Sánchez y Trinidad Falcón.
El octavo fue Emilio Roberto de la Santísima Trinidad (mi abuelo), nació el día 7 de junio de 1896 a las 7 de la tarde, fue bautizado el 11 de junio por el párroco, Don Juan Tarancón. Sus padrinos fueron Sebastián Martín y Mercedes Falcón.
El noveno fue Cesáreo nació el 4 de noviembre de 1899 en la calle Regina nº 8, a la 1 de la tarde. Fue apadrinado por Manuel Correa y por Dolores Ruíz.
El décimo fue Casildo, nació el 9 de abril de 1902 en la calle Regina. Sus padrinos fueron: Gregorio Márquez y Aurora Cumplido. Este niño murió.
El décimo primero fue Aurelio Casildo, nació el día 15 de junio de 1903, a las 8 de la mañana, siendo bautizado el día 18 del mismo mes por don Juan Tarancón. Los padrinos fueron José Vergara Falcón, soltero y su madre Juana Falcón Fernández, viuda.
El décimo segundo fue Rafael Justo nació en la calle Vega, 7, a las 8 de la mañana del día 2 de noviembre de 1904. Fue bautizado el 8 del mismo mes. Sus padrinos fueron Antonio Vergara Bejarano y Matilde Jiménez Benítez.
La décimo tercera, la menor de la saga, fue Rosario Santiaga, nacida en la calle Convento, 2, el día 25 de julio de 1906 fue bautizada el 28 del mismo mes. Sus padrinos fueron José Santos y Trinidad Espinosa.
Sin duda alguna, la historia de esta saga familiar está inconclusa, pues queda por completar todo un siglo, el XX, y los primeros años del actual, el XXI.
José Ángel Campillo de los Santos
LA SAGA DE “LOS CHOCHALES” III
El matrimonio formado por don José de los Santos Roldán y por doña María Josefa Cumplido Cadenas se celebró en la parroquia de Santa María del Alcor en el año 1835. Tenemos constancia que en 1861 (26 años después) el matrimonio vivía, según el padrón, en la calle Real, número 29, con sus siete hijos: Manuel, María Antonia, Carmen, Dolores, José, Natividad y Leónides. Sabemos que testaron el 31 de agosto de 1871 (no en junio de 1872, tal y como consta en la partida de defunción), ante el notario de El Viso don Juan María Mateos. En el referido documento se especifica que en la fecha del mismo, tanto los padres de él como los de ella habían fallecido. Ambos se declaran como propietarios y manifiestan haber tenido diez hijos legítimos en su matrimonio: Manuel, María Antonia, María Rosario, Carmen, Dolores, José, Natividad, Leónides, Faustino y Enrique, siendo únicamente mayores de edad al formalizar el documento Manuel, María Antonia y María Rosario, estando casada ésta con Don Víctor Jiménez León, hermano de Don Manuel Jiménez León. A este respecto hemos de decir que María del Rosario falleció el 3 de enero de 1888 a las 11,30 de la mañana, a los 43 años de edad, siendo la causa de la muerte congestión. Fue enterrada al día siguiente. Por lo que respecta a Natividad y a Leónides, se especifica que habían fallecidos, por lo que estamos ante un ejemplo de la alta mortandad a la que venimos haciendo referencia.
En el testamento, tras declarar que son cristianos, que creen en la Santa Madre iglesia, etc. (esto era preceptivo y aparece en todos los testamentos de la época), mandan cómo ha de ser su entierro. Así, tras la verificación del fallecimiento, disponen ser amortajados con ropa de uso, sean sus cuerpos colocados en caja de madera y ser sepultados en el suelo, bajo una bóveda. En el lugar debía de quedar constancia, mediante lápida o similar, de la persona que yacía en el lugar.
El entierro de doña María Josefa debía de ser de segunda clase, asistiendo a las honras y al cabo de año treinta pobres que recibirían cada uno seis reales de limosna. Además se darían cuatro reales a igual número de viudas necesitadas de la villa. En cuanto al número de misas se estipulan un total de setenta y cuatro misas rezadas a diez reales cada una.
El de don José, además de lo estipulado para doña María Josefa, en relación al número de pobres, indica que serían cincuenta misas y el reparto de doscientos cuarenta reales en panes de a dos libras cada uno. Dichos panes se repartirían a los pobres el día después del entierro, especificándose claramente que eran únicamente los albaceas testamentarios los que se encargarían de dar las limosnas, sin intervención alguna de estamento civil o eclesiástico.
Por el mismo testamento sabemos que él aportó al matrimonio 2.000 reales, en el valor de la ropa y ajuar, y 3.000 reales que heredó a la muerte de su madre. Ella, por el contrario, aportó los bienes que heredó de sus padres, un total de 97.322 reales, según escritura formalizada ante el notario de Alcalá de Guadaíra, don Manuel del Trigo, el 25 de mayo de 1850. A lo largo del matrimonio, y por lo tanto, en concepto de bienes gananciales, compraron distintos bienes y reedificaron la casa de morada, la número 29 de la calle Real, que Doña María Josefa heredó de sus padres, por lo que se apreció en 9.480 reales que serían descontados de su valor real, diferencia que pasaría a bienes gananciales.
En cuanto al reparto de los bienes se estipula que debía hacerse de la siguiente manera:
1º.-Manuel, nacido en torno a 1838, se especifica que fue mejorado por su abuelo materno, don Manuel Cumplido, por testamento otorgado en El Viso, el 2 de noviembre de 1844, en la suma de 5.000 reales que recibiría, según sus padres, al formalizarse el testamento. Además los padres lo mejoran con la suma de 6.000 reales.
Manuel se mantuvo soltero hasta los sesenta y tres años, pertenecía a la burguesía agraria, y, aunque no era propietario de muchas tierras, las alquilaba a los grandes y medianos terratenientes de la zona. Entre sus bienes hemos de destacar una huerta y una casa que le permitían vivir de manera desahogada gracias a las rentas que obtenía. Contrajo matrimonio con Carmen López, nacida en Granada en 1868. Carmen, perteneciente a la burguesía agraria de la localidad, era hija del granadino Pedro López de Tejada Núñez y de la visueña Amalia Jiménez León (hermana de Don Manuel Jiménez León), hija del rico propietario Alonso Jiménez Rico y de Águeda León Mateos, por lo que tras la muerte de su padre heredó, en concepto de legítima, la no desdeñable cantidad de 162.735 reales.
El noviazgo entre Manuel y Carmen fue rápido. Así tras unas rápidas relaciones se casaron a las cinco de la mañana en la sacristía ante el temor de la cencerrada que les esperaba de los sobrinos. Este matrimonio al parecer no fue bien visto por la familia, pues ella era mucho más joven que él, concretamente treinta años. De este “raro” matrimonio nacieron Manuel (1906), casado con Alcora López; Pedro (1907), casado con Librada Sánchez Barbudo y Amalia (1908), soltera.
2º.-María Antonia (no consta herencia alguna, no sabemos los motivos).
3º-María del Rosario, recibió una dote por valor de 8.000 reales en concepto de ambas legítimas. Contrajo matrimonio con Víctor Jiménez León, hijo de los ricos propietarios Don Alonso Jiménez Rico y Doña Águeda León Mateos, por lo que heredó al fallecimiento de su padre, en concepto de legítima la cantidad de 162.735 reales.
Rosario, que murió el 23 de enero de 1888, manifestó en su testamento, otorgado el testó el 29 de marzo de 1887, que instituía como albacea testamentario a su hermano Manuel y como sus herederos legales a sus siete hijos: Natalia que estaba casada con José López Jiménez, Evelio, Mª Dolores que estaba casada con Antonio Borrego Martínez, Rosario (de 18 años), Mª Virtudes (de 13 años), Adelaida (de 11 años) y Víctor Manuel (5 años).
4º.-Adelaida casó con Félix Velasco Jiménez, que en 1904 la abandonó a ella y a su hijo marchándose a América. La circunstancia de ser su paradero desconocido, es un tema que planteó bastantes problemas legales a esta señora, pues legalmente no era viuda.
5º.-Carmen (no consta herencia alguna, no sabemos los motivos).
6º.-Dolores (no consta herencia alguna, no sabemos los motivos).
7º.-José (mi bisabuelo, el primer chochales) nació en 1849. Recibió una mejora de 6.000 reales que no pudo cobrar, dado que era la cantidad que sus padres pagaron para librarlo del servicio militar.
8º.-Natividad, recibe una mejora de 2.000 reales.
9.-Leónides, recibe una mejora de 6.000 reales.
Las referidas cantidades las recibirían de la siguiente forma: la mitad a la muerte de uno de los progenitores, y la otra mitad a la muerte del otro, sin distinción alguna, prohibiéndose que ninguno de los hijos pudiera acrecentar su parte con la mejora de algún hermano o hermana, en el caso de fallecimiento.
En el testamento hay una clausula que por lo menos nos resulta ilustrativa del momento social y político que se vive, pues se especifica que en caso de que se produjesen cambios en la vigente ley de matrimonio civil, y en el caso de morir antes el padre, los tutores o curadores de los menores serían doña María Josefa y su hijo Manuel. En caso de sobrevivir el esposo, lo sería él. Por el contrario, y si no cambiaban las leyes, el tutor de los menores sería Manuel que además es elegido como albacea testamentario.
Termina el testamento indicando a sus hijos que sean siempre hermanos, que diriman las cuestiones del testamento de buenas maneras, sin pleitos y cuestiones semejantes.
Doña María Cumplido Cadenas murió en 1877 y don José de los Santos Roldán, el 14 de octubre de 1887, siendo su funeral de Hermandad. Murió a las 3 de la tarde en la casa número 72 de la calle Real, a causa de “reabsorción purulenta”. Fue enterrado en el cementerio de San Francisco el 15 de octubre.
José Ángel Campillo de los Santos
LA SAGA DE “LOS CHOCHALES” II
Los “Chochales” son el fruto de la mezcla genética nacida entre los “de los Santos” y los “Cumplido”. Estamos ante un apellido de procedencia extremeña, concretamente de la localidad de Fuentes de León y que comienza a aparecer en los padrones a partir de 1821 aproximadamente, concretamente en la persona de don Pedro del Cumplido Giles, que tras licenciarse en 1821 se asienta en nuestra localidad. Será don Pedro el que traerá a nuestro pueblo a algunos de sus hermanos: Manuel, Carmen y María.
Don Manuel Cumplido Giles se casó con la visueña doña María del Rosario Cadenas Borreguero, viuda de don Joaquín Gómez. De este primer matrimonio, al parecer, no hubo hijos. Del segundo, la única descendiente fue doña María Josefa Cumplido Cadenas que se casaría con José de los Santos Roldán, tal y como ya hemos hecho mención.
El testamento de Don Manuel Cumplido, (fallecido en 1845) nos sirve para conocer las costumbres de la burguesía visueña de mediados del siglo XIX. Sabemos que testó el 2 de noviembre de 1844, y es en dicho documento donde nos dice que era viudo, y que entre sus últimas voluntades especifica:
1º.- Quería ser amortajado de ropa de calle y sepultado en el cementerio de San Sebastián.
2º.-Su cadáver debía de ser conducido al cementerio por seis hombres, a los que se les pagaría, a cada uno, seis reales de vellón.
3º.-Dejaba la forma de entierro a voluntad de los albaceas (su hija y yerno), dejando entre 500 y 600 reales, cantidad con las que atender al sepelio, la misa de sepelio y cuarenta misas rezadas por el eterno descanso de su alma.
4º.-Aportó al matrimonio 10.000 reales en la ropa de su uso y dinero en efectivo. Por su parte, su mujer había aportado la ropa de su uso y la casa donde vivían, que estaba sin pagar, en parte, pues se debían 6.000 reales.
5º.-Los bienes que manifiesta poseer: la casa de morada, en la calle Real, 6 aranzadas y media en la Asomadilla, 3 bueyes, dos burros, 22 cerdos carnosos, 1 carreta, distintos aperos de labranza y una caseta y tinajón en el ruedo de la villa.
6º.-El reparto de sus bienes en efectivo se debía hacer de la siguiente manera:
A su hermana, Francisca, 2000 reales.
A su hermana, Josefa , 2000 reales.
A su hermana, Santiaga , 2000 reales.
A sus sobrinos (dos?), hijos de su difunta hermana Gregoria, 1000 reales a cada uno.
A su hermana, María del Carmen, 3000 reales.
A su nieto, Manuel, 5000 reales.
El remanente de todo lo que queda lo deja a su heredera universal, su hija, María del Carmen Cumplido Cadenas.
José Ángel Campillo de los Santos
EL MAESTRO SERI: POETA DEL PENTAGRAMA

EL MAESTRO SERI: POETA DEL PENTAGRAMA
Sus dedos se estiraban
buscando las notas.
Brillo en su mirada
como una luz honda
que viene del otro
lado de las cosas.
Es una música
limpia y milagrosa,
un río crecido
que se desborda…
El 20 de octubre de 1.888, en el corazón de los Alcores, nació en la calle de la Cruz nº 18(hoy 22), Juan Sánchez García, un niño inquieto que en el movimiento de sus manos preludia su maestría musical.
Juan nace en la España de la Restauración, bajo la regencia de Mª Cristina, madre del rey-niño Alfonso XIII. Estamos ante un período de la historia de España que supone la vuelta al trono de los Borbones. La gran figura de la Restauración fue Antonio Cánovas del Castillo, artífice del nuevo régimen basado en el turnismo pacífico de los partidos conservador y liberal. Durante este período tuvo lugar el “desastre del 98”, con la independencia de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que hizo que los españoles tomaran conciencia de la decadencia que afectaba al país. Estamos ante una guerra que afectó de modo significativo a esta localidad, pues un gran número de jóvenes visueños fueron incorporados a filas, muriendo algunos de ellos. Con el fin de la guerra, cesó la terrible sangría de jóvenes que perdían la vida en aquellas lejanas tierras. A buen seguro que muchas madres quedaron aliviadas al conocer la noticia.
El “Maestro” nace en el seno de una familia de gente de campo y comercio, su padre, Manuel, es perentrin; su madre, Marina, posee también unas cuantas fanegas de tierra en la vega y es propietaria de una cantina camino de la estación. Es una mujer valiente, decidida, “mu echá palante”.
Este rincón de Los Alcores, de casas encaladas con aroma a jazmín, clavel y romero, contaba, en el amanecer del siglo XX, con una población de algo más de 7.000 almas. El pueblo, que carecía de agua corriente, poseía una fuente de aguas cristalinas, la fuente de la Muela a la que las mujeres iban a buscar el preciado líquido y a lavar la ropa; por el contrario, los hombres, al atardecer, llevaban sus yuntas de mulos para darles de beber en los pilares que allí había.
El pueblo basaba su economía en la agricultura de secano: cereales, leguminosas y olivos, aunque no hay que desdeñar la importancia del regadío en las numerosas huertas de la localidad. En el sector industrial, destacaba la fabricación de tejas, ladrillos y artesanía en las numerosas barrerías de explotación familiar; la producción de pan y aguardiente, así como el procesamiento de los productos agrícolas en molinos y almazaras. Además tenía mucha importancia el trajín, es decir, la venta a pequeña escala de productos del campo por parte de recoveros y recoveras que en el tren iban diariamente a Sevilla a vender su preciada mercancía, por lo que a lo largo de todo el día era mucha la gente que transitaba del pueblo a la estación y viceversa.
La sociedad visueña de estos años estaba muy polarizada; en un extremo, una oligarquía de grandes propietarios, que conforman la élite política y social del municipio (los ciervos y los garrochas) ; en el otro, una amplia masa de jornaleros, con unas condiciones de vida míseras, que trabajaban de sol a sol por un escaso jornal. Estas profundas diferencias sociales provocan el auge de las ideologías obreras y de las agitaciones campesinas. El anarquismo, ideología que rehusaba toda forma de autoridad y jerarquía, tuvo un gran arraigo en nuestro pueblo desde fechas tempranas. Dicho auge anarquista tuvo que influir decisivamente para la llegada de la Guardia Civil a El Viso en 1889, instalándose en el antiguo convento de mercedarios descalzos, cerrado tras la desamortización.
Con la llegada del ferrocarril a nuestro pueblo en 1883, las comunicaciones van a mejorar sensiblemente. La máquina de vapor supondrá un gran avance, al igual que lo fueron la construcción del matadero municipal o del nuevo cementerio en 1882, gracias al mecenazgo del visueño Manuel Jiménez León, presidente de la Diputación de Sevilla. Esto solventó el grave problema de salubridad pública que había en el pueblo.
A medio camino, entre los dos polos sociales de la sociedad visueña, había una clase media de pequeños agricultores, industriales, comerciantes y artesanos, a los que pertenecían los padres de Juan Sánchez.
El maestro fue bautizado por el párroco don Antonio Reina, siendo Alcalde del municipio el conservador Miguel Cuesta Delgado. Años más tarde, recibió clases particulares en la escuela de pago que tenía don Claudio León Espinosa, que instruyó a toda una generación de visueños que luego destacarían en diversas facetas de las ciencias o de las artes.
Paralelamente, siendo un mozalbete de siete u ocho años, realizó las labores de monaguillo, bajo la atenta supervisión del párroco don Juan Tarancón Tarancón. Será en el templo de Santa María del Alcor donde se aficione a la música, escuchando los sones del órgano, tocados con maestría por José “el ciego”, organista alcalareño afincado en nuestra localidad, quien pronto vislumbró el gran potencial musical del monaguillo, por lo que convenció a la madre del joven músico para que adquiriera un piano.
Y sin pensárselo dos veces, la “tía Marina”, gracias a la mediación de una recovera que vendía huevos en el palacio de los marqueses de Spínola, compró un piano que fue instalado en la vivienda familiar. Así, el joven aprendió a tocar el piano de forma autodidacta, a la vez que trabajaba como aprendiz de zapatero y tocaba esporádicamente en una orquesta en las fiestas de la Virgen del Águila, en Alcalá de Guadaira.
El nuevo siglo, el XX, llegó a El Viso con halos de modernidad, pues la energía eléctrica iluminó algunas de sus calles y edificios principales gracias a la producción y distribución eléctrica de la sociedad “La Alcoreña”, cuya fábrica estaba situada en las afueras de la población, cerca de la actual Plaza del Sol, utilizando como fuente de energía el carbón. Pese a esta gran novedad tecnológica, el ambiente de la población era tenso. Las malas condiciones meteorológicas entre 1905 y 1907 y la pésima coyuntura económica exaltaron los ánimos de los trabajadores, por lo que el alcalde Pelayo Jiménez León (alcalde desde 1900 a 1906) ordenó repartir a los braceros parados entre las diversas obras de infraestructuras municipales y entre los principales contribuyentes de la villa. Tal era la situación en El Viso, que el Cardenal Marcelo Spínola repartió en 1906 pan entre los más necesitados. Al año siguiente, en 1907, se inauguró la Plaza de Abastos “Santa Marta” con el objeto de mejorar el abastecimiento de productos básicos y la eficacia del cobro de los arbitrios municipales, siendo artífice de algunos de estos cambios Federico Jiménez Jiménez, alcalde entre 1906 y 1921. En este período, coincidiendo con el final de la Gran Guerra, se agudizó una grave crisis de subsistencia, debido a una espectacular subida de los precios de los productos de primera necesidad, lo que sin duda influyó en el auge del sindicalismo anarquista.
Mientras tanto, Juan se convierte en zapatero, oficio que aprendió de su maestro el Rasco, y en un consumado músico, tras recibir clases de armonía y composición por correspondencia, dirigido por el maestro donostiarra Iruretagoyena.
Tras librarse del servicio militar, debido a la avanzada edad de su padre, tuvo la suerte de no ser destinado al norte de Marruecos, lugar en el que perdieron la vida varios miles de soldados españoles. Es en estos años cuando contrae matrimonio con Magdalena, su novia de toda la vida. De esta unión, nacieron cuatro hijos: Manuela, Santiago, Ignacio y Amparo.
En el ámbito nacional, la crisis del sistema de la Restauración propició el golpe de estado del general Miguel Primo de Rivera, en 1923. De esta forma, España pasó a tener una dictadura. Como consecuencia de este nuevo orden político, el Ayuntamiento conservador fue disuelto por orden del Gobernador Civil; de esta manera, un único y nuevo partido, la Unión Patriótica, controla la vida municipal durante siete años con hombres nuevos. Tras las breves alcaldías de José Vergara Bejarano y Manuel León Ferrero, es designado como nuevo alcalde en julio de 1925 el médico y poeta, Salvador Fernández Álvarez.
Por estos mismos años, un maestro calderero y un maestro de escuela que habían luchado en la guerra de Cuba, fundaron una banda de música, que años después el Ayuntamiento convirtió en municipal bajo la batuta del “Maestro Seri”. Este apodo, junto al de su padre, “Litri”, se lo pusieron sus amigos en tono jocoso haciendo referencia a dos novilleros de aquellos años que, con poca fortuna, torearon en El Viso. Poco después se creó una banda infantil de cornetas y tambores, que participaron en numerosas actividades y festejos locales, tal es el caso, en 1924, de la procesión de la Virgen del Rosario, o en 1926 en la del Corpus Christi.
La Banda Municipal acompañaba musicalmente a las imágenes procesionales en la Semana Santa visueña, así como en festividades religiosas, como por ejemplo las que organizó la Hermandad de San Juan el 24 de junio de 1926, instalando iluminación eléctrica en la calle Rosario, una caseta, mástiles, arcos y fuegos artificiales. Del mismo modo, la participación de la banda fue muy importante en las Fiestas de la Santa Cruz, pues la alegre sinfonía titulada “La diana floreada”, en la raya del alba, era el aldabonazo de salida de las fiestas primaverales, hecho que se convirtió en tradición durante varias décadas.
Sin duda alguna, las Fiestas de la Santa Cruz eran las más esperadas por los visueños y visueñas. Las fiestas comenzaban muy temprano, al amanecer, con los sones de la “Alegre diana” interpretados por la banda municipal, acompañada de gigantes y cabezudos y cohetes. Al día siguiente se inauguraba el recinto que albergaba la Santa Cruz que era portada, desde la iglesia en un hermoso paso.
Todo esto se mezclaba con los concursos de “cante jondo”, bailes de la tierra, cucañas, el cinematógrafo y fuegos artificiales. A esto hemos de unir los conciertos, con los que la banda de música, amenizaba las noches en el paseo de la calle Real. Una calle que, al igual que la del Rosario, Muela y Feria, se engalanaban con luminarias a la veneciana. No faltaban en estas alegres fiestas las voladoras, el carrusel, los columpios, las burras y el circo.
La coyuntura económica favorable de los años 20 facilitó diversas obras de mejora en el municipio: ampliación del matadero en el verano de 1924, el traslado de las oficinas consistoriales a la calle Real 56, la mejora de la educación, con la instalación de 6 escuelas, el arreglo de numerosas calles o el asfaltado de la carretera que pasa por nuestra localidad. Todo esto conlleva un crecimiento urbanístico que es paralelo a un aumento demográfico, contando en 1929 con unos 9500 habitantes, de los cuales 2029 eran braceros.
Al “maestro Seri” podemos encuadrarlo en el seno de la generación del 27, donde suena por primera vez el abrazo entre música y literatura. Entre los músicos destacaron
Federico Mompou, Salvador Bacarisse y otros artistas, bajo el genial magisterio de Manuel Falla. De esta manera, la música se moderniza, se hace transparente, bailable y etérea.
Este hombre inteligente e instruido no tuvo la oportunidad de residir en el centro cultural y musical de España, pero puede englobarse en dicha generación por diversos aspectos: por su edad, por el tipo de música que compuso y por los poemas que él mismo glosó. Así en la revista “La voz de Carmona” del año 1926, el maestro dedica el siguiente poema a la mujer visueña:
“Tiene mente de artista, es soñadora,
Su mirada de fuego penetrante,
Pues hiere el corazón en el instante
Con mirada sublime…embiagradora.
Apoteosis de hembra seductora,
Es simpática, ingeniosa y elegante,
Humillando al que quiere ser “tunante”
Con la dulce ironía que atesora.
Sus lumínicos ojos son luceros
Que alumbran de la dicha los senderos
Del que vaya guiado por su luz.
Y si alguno esto encuentra exagerado
Por nosotros al Viso está invitado
A las fiestas del día de la cruz.
Tras el derrumbe de la bolsa de Nueva York en 1929 y al desgaste de la dictadura, Miguel Primo de Rivera, dimitió el 30 de enero de 1930. A finales de febrero de dicho año se disolvieron los Ayuntamientos de la dictadura, constituyéndose en El Viso uno nuevo con los antiguos políticos de la restauración, entre ellos los ex-alcaldes Juan Ramón León Sánchez y Federico Jiménez Jiménez.
Tras el fracaso de los gobiernos del general Berenguer y el almirante Aznar para reestablecer el antiguo sistema constitucional, se celebraron elecciones municipales en toda España en abril de 1931 y en ellas triunfó la coalición republicano-socialista.
El rey Alfonso XIII abandonó el país y el 14 de abril se proclamó la II República. En El Viso los acontecimientos no pasaron desapercibidos y mucha gente vivió estos momentos con gran entusiasmo y alegría. El autobús de José Algaba “el Toli” hizo entrada en el pueblo portando la bandera republicana, gesto que fue imitado por un grupo de republicanos entusiastas. La caída de la monarquía se simbolizó con el acto de arrojar el cuadro del Rey desde el balcón del Ayuntamiento. Ese mismo día, siguiendo las órdenes del Gobierno Civil dejó la alcaldía Alfonso Jiménez León y se creó una Comisión Provisional Gestora, dirigida por el médico Manuel de los Santos y López de Tejada, y compuesta por siete personas de ideario republicano, entre ellas Juan Manuel León Ríos, posteriormente Jefe de la Falange y alcalde en el régimen franquista, y Juan Sánchez García. El “maestro Seri”, de profundas convicciones republicanas, sólo estuvo dos meses como concejal, pues las elecciones del 31 de mayo de 1931 conformaron un nuevo gobierno municipal, dirigido por José Roldán Vergara, un hombre querido por el pueblo por su talante y carácter, pero la muerte le llegó demasiado pronto. El día del entierro, la banda municipal, dirigida por el “maestro Seri” acompañó el cortejo fúnebre desde el domicilio del alcalde, en la calle O’Donnell hasta el cementerio. Luciano Cuevas Roldán fue elegido nuevo alcalde-presidente. Los grandes problemas de su gobierno fueron el tremendo paro obrero y la falta de recursos municipales.
El triunfo de la coalición de partidos de izquierda a nivel nacional, el Frente Nacional, en febrero de 1936, devolvió la alcaldía a Luciano Cuevas Roldán, de Izquierda Republicana, tras el triunfo del bienio conservador.
Durante la República, en los años treinta, el “maestro Seri” fue reconocido como Director oficial perteneciente al Colegio de Directores de Bandas civiles de España.
El alzamiento militar del 18 de julio de 1936 desembocó en una terrible guerra civil que se prolongó hasta el 1 de abril de 1939. Las organizaciones visueñas de izquierda decidieron oponerse al golpe y defender la legalidad republicana en la calle. El 19 se declaró la huelga en el pueblo. Acto seguido, se sabotearon las líneas telefónicas y se cortaron las carreteras de entrada al pueblo mediante barricadas formadas por árboles tumbados y piedras. Se establecieron turnos de guardia en distintos puntos estratégicos con las armas que pudieron conseguir tras el registro de viviendas .El 20 de julio fue saqueado el Círculo Unión Mercantil, el conocido como “Casino de los Señoritos”. El 21 de julio fue saqueada la Iglesia. El sacristán Guerrero y el párroco Primitivo Tarancón fueron obligados a abrir las puertas del templo, amenazados por escopeteros. Fueron profanadas y quemadas varias imágenes (entre ellas la de Patrona Santa María del Alcor, pequeña escultura gótica de finales del siglo XV), objetos y ornamentos sagrados, mobiliario y otros enseres, en la Plaza del Cardenal Spínola. Ese mismo día, por la madrugada, fue asaltada la Capilla del Rosario, siendo gran parte de su contenido quemado en la carretera. Mientras tanto, la Guardia Civil permaneció acuartelada en su sede del antiguo Convento de Corpus Christi.
El 22 de julio se produjeron detenciones de miembros y simpatizantes de organizaciones conservadoras. Pese a las amenazas, no hubo derramamiento de sangre.
El bombardeo de Alcaudete y de Carmona por las tropas franquistas hizo que el pánico se hiciera notar en muchos visueños y visueñas, desmantelándose la débil defensa y produciéndose una desbandada generalizada.
El Viso dejó de ser republicano el 24 de julio del 1936, cuando las fuerzas del puesto de la Guardia Civil, auxiliadas por voluntarios de ideología conservadora, se hicieron dueños de la situación. Entonces empezó una dura represión, cuyos tentáculos llegaron a nuestro protagonista. El 27 de julio pudieron apagarse las notas musicales del maestro, ya que intentaron darle “el paseo”, pero la mediación de Manuel de los Santos, el respetado médico de la localidad, y de León Ríos, le salvaron de una muerte segura. Tras este desagradable incidente, Juan Sanchez no tuvo más problemas y mantuvo su doble condición de zapatero y músico.
La casa de la familia de los Seri en la calle Cruz fue durante varias décadas una especie de escuela de artes y oficios. Magdalena, la esposa, era una sastra de categoría, mientras su esposo desempeñaba dos artes simultáneamente, un taller de zapatería artesanal con sus dos hijos varones y algunos empleados, y su cargo de Director de la Banda Municipal de Música. A esto hemos de añadir que su primogénita Manolita la del Seri, fundara en su casa una escuela.
Debido a la desaparición de la antigua imagen de la Patrona en 1936, el Ayuntamiento acordó en 1937 costear la imagen nueva de la Patrona, contratándose en 1938 la nueva talla, siendo su autor el imaginero Manuel Cerquera Becerra. En 1939 se acordó nombrar a la Patrona Alcaldesa Honoraria de la Villa. Estos honores se rendirían en septiembre de este mismo año, con la inauguración de la Iglesia parroquial y el traslado de la imagen al templo, acompañada por un numeroso séquito de autoridades civiles y eclesiásticas, un numeroso gentío y los sones de la Banda Municipal dirigida por el “Maestro Seri”.
Los años de la postguerra fueron muy duros en El Viso, siendo mitigados en parte por el protagonista de este documental, ya que ayudaba a todo el que llegaba a su casa solicitando algo de comida.
Durante la dictadura franquista, y especialmente bajo la alcaldía de Juan Manuel León Ríos, fueron los años dorados de creación artística de nuestro genio, tras el florecimiento de las Hermandades. No obstante, su producción musical es muy variada: la música de una canción de una cupletista de los años 20, música para letras de carnaval en la República, pasodobles, como el titulado “Los Alcores”, fandangos, villancicos, marchas procesionales o su famosa diana “Feliz amanecer”.
Fue en el año 1940 cuando se reorganiza la Hermandad de la Vera-Cruz y se encargan unas nuevas imágenes que actualmente son las que procesionan el Jueves Santo por El Viso. El Hermano Mayor, Cándido Borrego, le encargó la marcha “Vera-Cruz” a su gran amigo, Juan Sánchez. El “Maestro Seri” puso su genial música a varios himnos religiosos: el de la Virgen del Rosario, Santa María del Alcor (con letra de Sixto Jiménez), Nuestro Padre Jesús Nazareno o Virgen de los Dolores (este último fue el único del que escribió música y letra).
Juan Sánchez también destacó como profesor. Sus alumnos y alumnas despuntaron por su gran preparación en los duros exámenes que se realizaban en el conservatorio de Sevilla. Fue un pedagogo extraordinario, pero exigente y de mal carácter, pero que ofrecía una magnífica preparación musical a sus alumnos, tales como Raquel Jiménez o su nieto Juan Santos.
El “Maestro Seri”, aunque tuvo la oportunidad de dirigir a bandas más importantes, continuó como director de la Banda Municipal de El Viso hasta su jubilación. La enfermedad se lo llevó rápidamente, falleciendo el 19 de abril de 1961, a los 72 años de edad. Sucede provisionalmente al “Maestro Seri” su hijo Santiago, ayudado por su hermano Ignacio, que estuvo al frente de la formación musical como subdirector hasta la llegada, en enero de 1962, del granadino Rogelio Gil García, que procedía de la banda de Toro (Zamora). Pronto, se hace cargo de la Banda, el director adjunto, Juan Santos Sánchez, el nuevo “Maestro Seri”, al poder justificar oficialmente sus estudios de armonía, contando tan solo con 21 años de edad.
La banda municipal fue disuelta oficialmente en el verano de 1971. Sin embargo, el nieto del artista adquiere la instrumentación por 37.200 pesetas y crea la banda, de carácter privado, de cornetas y tambores “Santa María del Alcor”.
El “Maestro Seri” puso las bases musicales en este pueblo, continuándola sus hijos, nietos y biznietos, así como otros muchos amantes de la música.
En agradecimiento a su magisterio, el Ayuntamiento rotuló una calle en honor de este genial artista de cuya muerte se cumple el cincuenta aniversario, por lo que este hombre sencillo, amable y bondadoso, bien merece el título de Hijo Predilecto de la localidad.
Y mientras tanto, el tiempo pasa inexorable, silencioso; y el piano, el viejo piano, dormido y solitario guarda, como un tesoro, melodiosas notas esperando una mano amiga que las despierte de su profundo letargo…
José Ángel Campillo de los Santos
Marco Antonio Campillo de los Santos
Un visueño, General de la Orden Descalza y Obispo

Fray Antonio de la Santísima Trinidad nació en El Viso en 1748, y tomó el hábito mercedario en nuestro extinto convento. Este visueño fue hombre bastante cultivado en letras y otro tipo de virtudes. Enseñó Filosofía y fue nombrado Examinador Sinodal del Arzobispado de Sevilla. Sus contemporáneos estimaban de él su prudencia y buen proceder, por lo que era consultado por eximias figuras religiosas de su época, tales como el Cardenal Luis de Borbón y Villabriga, Arzobispo de Toledo y sobrino del Rey Carlos III. Por todo ello fue nombrado General de la Merced Descalza, en cuyo gobierno dio pruebas más que suficientes de ser hombre excepcional, haciendo gala de dos cualidades tan difíciles como la decisión y la paciencia. Incluso cuando fue removido del cargo y fustigado por distintas corrientes en el seno de la propia Orden, mantuvo su talla de extraordinaria persona. Su apreciada valía le reportó el nombramiento como Obispo de Nueva Cáceres (Filipinas, que por entonces aún era colonia española), pero no llegó a tomar posesión de su cargo. Falleció en el convento de nuestro pueblo en 1829, con 81 años de edad.
Juan Guillermo Bonilla
AGUA POTABLE Y AGUAS RESIDUALES EN EL VISO DEL ALCOR
En la actualidad, como consecuencia del proceso globalizador en el que estamos inmersos la vivienda ha sufrido un proceso de normalización en el que todas mantienen un gran parecido; podemos decir que se construyen de forma clónica.
Hasta los años setenta y también ochenta del pasado siglo la casa de nuestro pueblo, la que podemos denominar como casa visueña o si no queremos entrar en localismos, la casa de los Alcores, o la casa tradicional, ha sido una vivienda con unos parámetros muy marcados y en la que el centro de la misma ha sido, aún en su mínima expresión, el patio. Éste ha sido el elemento que ha servido como eje distribuidor de la misma, aunque en honor a la verdad hemos de decir que no todas las casas tenían patio, dado que las más modestas no eran más que un único cuarto y un amplio corral.
En este sentido nos servirá como elemento aclaratorio la clasificación que podemos hacer de la vivienda tradicional en nuestra comarca:
- La vivienda del jornalero (eran las más modestas y generalmente carecían de patio como tal)
- La vivienda del pelantrín o pegujalero (con sus variantes)
- La vivienda del agricultor
Hasta los años cincuenta del pasado siglo, las casas modestas se seguían construyendo al modo tradicional, a base de tierra apisonada (arena, cal, agua, guijarros, etc.); se trata de un procedimiento “primario y primitivo, pero de singular resultado que lo hace tan firme como el cemento”[1] . Éstas, modestas y de traza sencilla se distribuían generalmente en “zaguán, portal, una o dos habitaciones, cocina y corral…”[2]. Esta morfología es la que predomina en la mayor parte de nuestras calles, aunque en la forma de construir se ha producido una evolución al emplearse nuevos materiales que las hacen más livianas en cuanto al número de huecos de las mismas, hecho que permite mayor luminosidad y ventilación (problema éste último bastante generalizado en las antiguas).
En los nuevos barrios que surgen en torno al centro urbano es donde podemos apreciar un cambio en la vivienda, es el caso, por ejemplo de la aparición de los primeros bloque de piso, junto al recinto ferial (actual parque de la Constitución), o los situados en la Avenida de Andalucía; o en las nuevas viviendas que comienza a construir, en la década de los setenta, la cooperativa “Santa María del Alcor”. Es en esta zona, de nueva planificación urbanística, donde se consolida un nuevo tipo de vivienda ajardinada que tiene su fundamento teórico en la denominada “ciudad jardín”. Se trata de un movimiento nuevo que surge en Inglaterra a comienzos del siglo XX y que llega a Sevilla con la Exposición Universal de 1929. Es en la década de los años veinte cuando en Sevilla se urbaniza la avenida que lleva el nombre de “Ciudad Jardín”, zona en la que predominan chalecitos pareados con jardín delantero. Esta misma planificación se produce en nuestro pueblo en la Corredera desde lo que era el huerto de Ramón del Pinar (Parque de la Constitución hasta la gasolinera), planificación que va siendo sustituida por una de tipo más especulativo que hace desaparecer el jardín delantero; de esta manera el edificio se sitúa a ras de calle.
Pero independientemente de la grandiosidad o modestia de la vivienda, éstas carecían de un elemento que hoy podemos considerar como fundamental: la toma de agua potable y la evacuación de las residuales.
En 1948 la gente de El Viso seguía abasteciéndose gratuitamente del agua de la fuente de la Muela, eran las mujeres las que iban y venían a la fuente y a los lavaderos que en la misma había, tanto para recoger agua, como para lavar[3]. Únicamente las familias que podían permitírselo compraban el agua a los “aguaores” que con “unos carrillos distribuidores en recipientes llamados “cántaros” que transportan el agua, mediante un estipendio reducido por cada “cántaro” desde la fuente pública a la puerta de la casa de los vecinos”[4]. Hemos de resaltar que lo que se pagaba era el transporte del agua, no el agua, que era gratis al ser la fuente pública.
Es en estos años cuando la infraestructura para llevar al pueblo el agua potable empieza a cobrar visos de realidad, pues el montante de las obras que se estaban llevando a cabo ascendía a 1.000.763,66 pesetas (unos 6.000 euros). Estas obras estaban bastante avanzadas, lo que abrigaba la esperanza de que en 1949-50 el agua llegaría al pueblo en dos formas diferenciadas:
1º.-La instalación de un gripo en la casa. De esta manera las cañerías llegarían hasta la propia vivienda. Esta obra únicamente la podrían sufragar las familias más acomodadas.
2º.-La instalación de tres fuentes públicas en “los sectores obreros o menos pudientes para que a ellos acudan y se provean gratuitamente del agua que les sea necesario”[5].Una de estas fuentes se localizaba en la esquina en la plaza del Ayuntamiento.
Otra cuestión importante, como referíamos, es la de las aguas residuales. Este servicio estaba más adelantado que el del agua potable, y en aquellos sectores del casco urbano en el que se venían instalando las cañerías de agua “cuyos moradores pueden satisfacer el derecho y tasa establecido”. Este era además el sector de la población donde existía el nivel “conveniente para que las excretas y demás aguas residuales puedan evacuar hacia un colector del alcantarillado que casi está formado naturalmente por la configuración del terreno en vaguada. Las calles donde este servicio estaba establecido eran: Generalísimo Franco (Real), Rosario, Colón, Capitán Cortés (Pintor Juan Roldán), Sixto Jiménez (Hondilla), Agustín Armero (Muela), parte de Queipo de Llano (Corredera) hasta la plaza de abastos”. Es en estas casas donde por primera vez las aguas pluviales dejan de evacuar a la calle (las residuales y las heces fecales lo hacían a pozos ciegos o en los corrales y cuadras).
La llegada de agua potable a las casas o a las tres fuentes mencionadas hace que los pozos que había en las casas pierdan funcionalidad, de ahí que en ocasiones, los “retretes” desagüen directamente en los mismos. Esto viene motivado por el hecho de que la obra que hay que hacer es más barata (el retrete está en el corral y el pozo en la cocina o en el patio; de esta manera no hay que levantar toda la casa para entubar). Esta costumbre de situar el retrete en el corral o patio trasero, en poco tiempo, se convierte en norma, de ahí que cuando sustituyamos el retrete por lo que conocemos como cuarto de baño éste se sitúe en el corral o en el patio, pero en zona muy cercana a la cocina. Esta planificación de la casa tradicional perdura en la actualidad, sobre todo en aquellas casas que bien se reformaron, o se hicieron de nueva construcción a lo largo de los años setenta y ochenta del pasado siglo. La década de los noventa traería nuevas novedades constructivas, es el caso de la cochera no como elemento paralelo al zaguán, sino que es el zaguán el que se convierte en cochera; o la necesidad, dada la escasez de vivienda en el pueblo, de construir un piso en la primera planta de la vivienda, piso que va destinado en la mayoría de las ocasiones para una de las hijas.
José Ángel Campillo de los Santos
DEL VISO A LA HABANA: UN COMUNISTA EN EL EXILIO

José Trigo Bernal nació en El Viso del Alcor en 1909, siendo rey de España Alfonso XIII, en la época de la Restauración.
Muy joven, ingresó en el Partido Comunista,organización política fundada el 15 de abril de 1920 por un sector de las Juventudes Socialistas. Tras la proclamación de la Segunda República, obtuvo una beca para estudiar Economía Política en la Unión Soviética, Una vez completados sus estudios y de nuevo en Sevilla, fue elegido Secretario de las Juventudes Comunistas. En enero de 1934, con 24 años, fue detenido en la capital hispalense, en la época del llamado Bienio Conservador de la República, tal como indica el siguiente artículo "Dijo que la policía había detenido a José Trigo Bernal, comunista, por haberle ocupado ciertas hojas clandestinas y cien ejemplares del periódico la Bandera Roja, y varios documentos del Comité central, relacionados con el frente único" (Orden de detención de elementos sospechosos en Sevilla por el Gobernador, ABC de Sevilla, miércoles 17 de enero de 1934. Edición de la mañana, página 30)
José Trigo siguió ascendiendo en su organización, ocupando el cargo de Secretario General del PCE en Sevilla.
Durante la Guerra Civil, estuvo a las órdenes del General Líster, llegando a alcanzar el grado de Comandante y perteneció al Servicio de Información Militar (SIM) Drante la contienda, conoció en la Oncena División del Quinto Regimiento, a Dolores Bustillo Remis, una asturiana, nueve años más joven que él, que desde muy joven se unió a las Juventudes Comunistas y que se había alistado como voluntaria, desempeñando funciones administrativas y de mecanógrafa. Poco después, tras un corto noviazgo, se casaron.La guerra los separó, reencontrándose de nuevo en Francia en febrero de 1939, tras pasar José Trigo por un campo de concentración. Allí nació la primera hija de ambos.
Posteriormente, los tres viajaron en diciembre de 1939 a la República Dominicana y en agosto de 1940 arribaron a La Habana, pero pocos días días después se trasladaron a la ciudad de Santiago de Cuba al ser nombrado José Trigo Delegado Provincial de la Casa de la Cultura en Oriente, donde permaneció hasta 1951. Durante ese tiempo organizó numerosos actos antifranquistas.
Una vez que regresaron a La Habana, Dolores Bustillo fue elegida Tesorera en las elecciones de la Unión de Mujeres Españolas, realizadas en marzo de 1952, cargo que desempeñó hasta la desaparición de dicha entidad. En abril de 1962 resultó elegida Vicesecretaria de la Sección Femenina de la Sociedad de Amistad Cubano-Española (SACE), estando siempre muy unida al movimiento comunista español.
Tras la muerte del general Franco en noviembre de 1975 y el inico del proceso democratizador en España, por orientación del Partido Comunista de ese país fueron convocados sus militantes en Cuba a retornar a su patria par reiniciar la lucha política. Así lo hicieron, José y Dolores, pero su estancia en España fue corta, al no estar acostumbrados ya al frío ibérico, cayendo enfermo el primero de ellos, por lo que regresaron a la Isla.
Jose Trigo Bernal murió en La Habana en 1992, cumpliéndose este año el vigésimo aniversario de su muerte. Su mujer, en cambio, falleció el 19 de noviembre de 2007.
Marco Antonio Campillo de los Santos.
EL SEVILLA FUTBOL CLUB, VISUEÑO DE CUNA

EL SEVILLA FUTBOL CLUB, VISUEÑO DE CUNA
Por Aurelio Bonilla Jiménez
“Todos los hombres de cualquier nivel social, ideas religiosas, o políticas, tendrán cabida aquí”
Esta bella y -para su época- revolucionaria frase, con la que adornaba su discurso el primer Presidente del Sevilla, D. José Luis Gallegos Arnosa, sin saber que con el tiempo se convertiría en emblema del club, no la pronunció solo. En aquella cena en octubre de 1.905, con la que los primeros sevillistas festejaban la fundación oficial del club, al lado del presidente, y como segundo de a bordo de la nave sevillista, se encontraba aquel día, un visueño; un visueño, que fue fundador del Sevilla F.C.; que fue, además, su primer Secretario y Tesorero; y su casa de Sevilla, la casa de un visueño, fue la primera sede administrativa del club. Esto es real y son datos absolutamente contrastados a día de hoy, aunque resulte extraño que nadie en El Viso guarde recuerdo de ello. Y… yo no sé a ustedes, pero a mí este hecho me llena de orgullo, y les pido unos minutos para contarles como tuve conocimiento de esta noticia.
Les voy a hablar de aquel visueño que, además de fundador y directivo, fue seguro jugador del club al menos hasta su fundación oficial. De hecho, hoy se sabe, que uno de los motivos que obligó la conversión del equipo de futbol en club social legalizado, fue la persecución que sufría por las autoridades la práctica de aquel rarísimo juego que nadie conocía en Sevilla. Y que fueron los mismos jugadores, al estilo de un equipo de barrio, los que fundaron el club y lo dirigieron en sus comienzos.
Hace meses, leyendo publicaciones sobre la historia del Sevilla, encontré un nombre que me llamó la atención: Manuel Jiménez León, al que se mencionaba como secretario-tesorero de aquella primera directiva fundadora del club. Se me ocurrió que bien podía tratarse de algún antiguo familiar mío, pues los hubo con idéntico nombre y apellidos; pero pensé que estos eran tan comunes, que la posibilidad era muy remota. Aun así, no dejé de dar vueltas al asunto y empecé a atar cabos en torno a la figura del visueño más conocido con ese nombre; del cual recordaba datos que me dio a conocer hace muchos años mi abuelo Aurelio, pues este señor era tío suyo. Se trata del Manuel Jiménez León, insigne visueño, que construyó y donó al Viso el Cementerio de S. Francisco -el que aun hoy disfrutamos-; gesto que su pueblo le agradeció en vida mediante la rotulación de una calle con su nombre -la que también conocemos como calle “El Monte”-. Me contó mi abuelo, que este visueño, gran hombre de negocios, llegó a convertirse en una persona influyente en Sevilla, a donde trasladó finalmente su residencia, por llegar a ostentar el cargo de Presidente de la Diputación Provincial de la mano del Partido Liberal. Cayendo en que las fechas eran próximas, me invadió la curiosidad y me puse a investigar como pude. Empecé por el cementerio, pues los restos de M.J.L. reposan en la Capilla-Panteón que él mismo mandó construir para su familia. Comprobé que él murió en 1.906, y que, por lo tanto, vivía en el año de la fundación del Sevilla.
Pero la clave fundamental era, comprobar si aquella casa con el nº14 de la calle Teodosio de Sevilla, donde la historia documentada del club sitúa su primera secretaría, fue realmente propiedad o residencia de nuestro M.J.L. Y allí me dirigí, a la misma casa, propiedad hoy de un abogado sevillano cuya familia me confirmó que, efectivamente, ellos tenían noticia de que el inmueble había pertenecido a un antiguo presidente de la Diputación. Fue un momento emocionante, pues… ya no cabía ninguna cabía duda, se podía demostrar que aquel fundador del Sevilla F.C. era efectivamente nuestro paisano M.J.L.
Aún así, había una cosa que no me cuadraba. Los socios fundadores del club fueron los mismos jugadores, mayoritariamente jóvenes ingleses cuyas familias tenían intereses en Sevilla, y algunos sevillanos de familias pudientes que habían estudiado en Inglaterra donde conocieron este juego, que en Sevilla no solo no practicaba nadie, sino que, en sus primeros pasos, como ya dije antes, estuvo hasta perseguido por las autoridades por escandalizar a la conservadora sociedad Sevillana de la época, la visión de aquellos alocados jóvenes corriendo por los descampados en paños menores. Que pintaba entonces entre aquellos chavales, un anciano de 84 años -que eran muchos años, para la época-, que incluso moriría en 1.906, un año después de la fundación del club. Pensé que eso era imposible y que tal vez podía tratarse de alguno de sus hijos, que también se apedillaban Jiménez León; pero ninguno de los siete que reposan en el cementerio del Viso se llamaba Manuel. Me puse a preguntar a todos las personas que podían guardar memoria de estos datos, e intenté relacionar cada una de las lapidas del panteón familiar. Pude encajar, que M.J.L. enviudó dos veces y se casó por tercera vez con la también visueña: Francisca León Ruiz, con quien tuvo tres hijos ya viviendo en Sevilla. De estos, solo un Alfonso nacido en 1.893 reposa en el cementerio visueño. Un posible hermano mayor que éste, coincidiría en edad con la que se calcula oficialmente a los fundadores -entre los quince y los veinticinco años-. Por otro lado, me resultaba lógico pensar que, con 64 años cumplidos y después de tener ya seis hijos, M.J.L. pudo pensar que ya no vendrían más y a este si le llamaba Manuel, como él.
Pero eso eran conjeturas, que, para más inri, ya no sabía yo como esclarecer, y sin más cabos a los que agarrarme, se me ocurrió contactar con aquellas personas que habían investigado sobre historia del club. Fue así como llegué a conocer al recientemente fallecido, Agustín Rodriguez q.p.d., impulsor y director del Museo del Sevilla, espléndido historiador del club -por sus conocimientos de la historia del futbol en España, el Sevilla ha podido quedarse en propiedad la última copa del Rey-, gran sevillista, y por lo que he podido saber, mejor persona; así como a Juan Castro, también historiador y autor de varios libros sobre historia del Sevilla, que me atendieron con un interés y amabilidad encomiable. Colaborando con ellos a través de los datos que yo había recopilado, Agustín y Juan, mucho más hábiles por su experiencia en este tipo de trabajos, no tardaron en aclararme, a través de un censo de Sevilla de 1.904, que efectivamente vivían en aquella casa el matrimonio Manuel y Francisca, y tres hijos: Manuel, nacido en 1.885, Alfonso, de 1.893, y José M., de 1.901.
Demostrado quedaba que fue Manuel Jiménez León hijo, el auténtico fundador y primer secretario-tesorero del Sevilla .F.C.
Desde entonces hemos seguido investigando para conocer más sobre la trayectoria vital y posibles descendientes de Manuel, pero no se encuentra nada. De sus hermanos sí: Alfonso figura entre los fundadores del Club Náutico de Sevilla en 1913, e incluso aparece en una foto de la inauguración de ese club, junto a muchas caras conocidas de los primeros años del sevillismo, cosa normal porque el Náutico lo fundaron los mismos que al Sevilla. En esa foto se echa en falta a Manuel, que seguramente tenía allí a sus mejores amigos. Detalles como éste, unido a que no se encuentren más pistas de su existencia, y el hecho de que en la lápida de Alfonso figure la despedida de solo un hermano, incluso hace pensar que tal vez Manuel muriera joven y sin descendencia, puede que entre las fechas de las dos fundaciones citadas, 1.905 a 1.913. El club está en el propósito de seguir investigando, para lo que me tendrá siempre a su entera disposición.
Me gustaría añadir que, aunque el Sevilla se funda oficialmente el 14 de octubre de 1.905, cada vez se están encontrando más evidencias, de que esa fecha fue en la que se oficializó o legalizó el club, posiblemente porque hasta esa fecha no tenían a nadie con mayoría de edad -25 años en la época- suficiente para inscribirlo y dirigirlo. También se hace cada día más evidente que, nuestro Club, que nunca cambió de nombre ni de colores, es el mismo Sevilla F.C. que disputó ya en 1890, con ese nombre, el que se reconoce hoy -incluso por la Federación Española de fubol-, como primer partido de futbol entre clubes constituidos en España. Existen recortes de prensa de la época con la crónica del partido, que, por cierto, ganó aquel primitivo Sevilla F.C. por dos a cero al Huelva Recreation Club (el Recre de hoy). Y ¡ojo!, con mucho menos que esto han argumentado otros clubes españoles su fecha de fundación. Podríamos hablar de una fundación como mínimo de igual fecha a la de aquel partido, con lo que aquel Sevilla F.C. sería el segundo club más antiguo de España -el Recreativo se funda en 1.889, un año antes-; o del club de futbol Español más antiguo, si tenemos en cuenta que aquel Huelva Recreation Club (que se traduce: Club de Recreo de Huelva), era realmente un club de recreo, cuyo propósito estatutario era ofrecer entretenimiento a sus socios, ingleses en su mayoría, con la organización de excursiones y competiciones deportivas. Pero este es un tema muy polémico, que da para una buena charla en otro momento.
Para terminar mi intervención, no me queda más que alentaros a sentir el mismo orgullo que yo siento hoy, por tener a un paisano en lo más alto de la historia del club de nuestros amores. Animaros a difundir esta noticia, porque esto hará más sevillista al Viso. Y… porque creo que M.J.L. hijo también merece, como tuvo su padre, el reconocimiento de su pueblo, o, al menos el de sus paisanos sevillistas, me voy a permitir rogar a la Peña, a las Peñas Sevillistas del Viso, la creación de una comisión que estudie un posible homenaje, y que ese homenaje comience ahora mismo con un fuerte aplauso a la memoria de Manuel Jiménez León hijo.
Fotografía: José Luis Gallegos, primer presidente el Sevilla F:C:
ARQUITECTURA Y URBANISMO EN MAIRENA DEL ALCOR EN LA TRANSICIÓN DE LOS SIGLOS XVIII AL XIX.
ARQUITECTURA Y URBANISMO EN MAIRENA DEL ALCOR EN LA TRANSICIÓN DE LOS SIGLOS XVIII AL XIX.
EL ÁREA GEOGRÁFICA.
Los Alcores son un promontorio de colinas situadas en el corazón del valle del Guadalquivir. Estamos ante una alineación de unos treinta kilómetros con unas delimitaciones muy claras: por el N.E, el Corbones; por el S.O ,el Guadaíra. Su anchura oscila entre los seis y siete kilómetros, aumentando su altura a medida que disminuye su anchura; de esta forma, tenemos un desnivel de doscientos cuarenta y ocho metros al N.E, en Carmona, y de cien metros en Alcalá de Guadaíra[1].
Esta alineación está formada por diecisiete colinas[2] atravesadas por una serie de pasos naturales llamados puertos que conectan las terrazas del Guadalquivir con una extensa y fértil llanura ( la Vega)[3] “contenida en el triángulo Utrera, Osuna, Écija, cerrada al Sur por los macizos de las Sierras de Yeguas, Algámitas, Algodonales y Gibalbín”[4].La configuración geológica del terreno es tripartita[5]:Al norte, las terrazas diluviales del Guadalquivir, de formación cuaternaria, al sur, la Vega, que es un terreno llano y sedimentario. Entre ambas, la cornisa del Alcor, de trazado diagonal (NE-SO), de origen marino, del terciario.
ASPECTOS DEMOGRÁFICOS.
En vísperas de la revolución francesa la villa de Mairena contaba con unos 700 vecinos[6] , cantidad que Floridablanca nos traduce en 2.432 almas[7].Tres décadas después, en 1818, la villa contaba con 859 vecinos[8] que hacían un total de 2.886[9] almas. Estamos hablando de un incremento poblacional de un 22,7% que se reflejará en el crecimiento de la trama urbana de la villa. A pesar de este crecimiento hemos de hacer alusión a la epidemia de terciarias que sufrió la población en el verano de 1785 y en el invierno siguiente causando, entre los más pobres y desvalidos un total de 182 fallecimientos, de los cuales 106 correspondían a párvulos[10].Estos mismos parámetros hemos de aplicarlo a los primeros años del siglo XIX, de ahí que se hable de una crisis finisecular. Estamos en un período que se caracterizará por los continuos brotes de fiebre amarilla, por lo que la enfermedad supondrá una de las grandes lacras sociales del momento.
Los primeros síntomas del denominado vómito negro o fiebre amarilla aparecen en Europa en la ciudad de Cádiz en el año 1800[11].Será en el último trimestre del año cuando el Ayuntamiento mairenero comience a sentir honda preocupación por la enfermedad, hasta tal punto que va a poner en marcha tímidas normas higiénicas. Entre éstas hemos de destacar la limpieza de las calles y de las casas, la prohibición de arrojar aguas inmundas a la calle, etc.[12].Hemos tildado las medidas de tímidas porque no se hace alusión alguna al principal foco de infección de la población: el cementerio. Se trata del cementerio situado junto a la iglesia parroquial, entre las calles Real y Hondilla .
LA POBLACIÓN EN 1787.
POBLACIÓN 1787 | TASA DE NATALIDAD | TASA DE MORTALIDAD | TASA DE CRECIMIENTO VEGETATIVO |
2.432 habitantes | 40,29por mil (98 nacimientos) | 26,31 por mil (64 defunciones) | 13,98 por mil 1,398 por cien |
LA TRAMA URBANA.
El plano de la villa- en este período- se desparramaba en dirección E-O, de forma paralela al Alcor, línea de fijación que impedirá su crecimiento hacia el sur. Este distribución E-O viene marcada por caminos que se convertirán en calles paralelas a la línea del escarpe del Alcor, es el caso del camino que llegaba desde El Viso al Alconchel (Camino de Zapata) y se dirigía a la plaza. El Alconchel se convertirá en un nudo de comunicaciones en el que convergen varios caminos como el que procedía de Marchena, además del ya mencionado de Zapata que perderá utilidad y será sustituido por el conocido como “la Trocha”. Así estos caminos con el tiempo darán paso a calles importantes, nos referimos al eje calle Ancha-Arrabal o Ancha-Mesones que permitirán, en ambos casos, la expansión de la trama urbana hacia el NO, buscando el viejo camino a Sevilla y, a lo largo del último tercio del siglo XVIII y de la primera mitad del XIX ,la carretera general Madrid-Cádiz, que se convertirá en el nuevo eje que vertebra la villa. Estamos ante un elemento de fijación que durante años actuará como una barrera que impedirá la expansión hacia el norte, de ahí que la villa busque su expansión hacia el oeste, entre la calle Gandul y la Carretera. De alguna manera, las vías principales anteriormente aludidas tienen como elemento común su convergencia en la plaza de la villa que se constituye en elemento centrífugo y centrípeto de la trama urbana. Estamos ante una plaza de planta regular, y de tamaño más pequeño que la actual donde encontrábamos tres edificios claves y representativos de la villa: la casa del Concejo o Ayuntamiento, la Cárcel y la ermita del Cristo de la Cárcel, sin olvidar que justo enfrente de la ermita, en la calle Mesones, junto al Ayuntamiento, se ubicaba el Posito Municipal. Lo que más nos llama la atención de la trama urbana de Mairena es la desaparición del que podemos considerar el barrio más antiguo de la villa: la Morería. El barrio hemos de situarlo entre el castillo y las traseras de la calle Real, ubicándose la entrada del mismo en las cercanías de la Casa-Palacio. Todavía en el último tercio del siglo XVIII encontramos referencias a la Morería, tal es el caso del Catastro de 1771[13], fecha en la que encontramos referencias a la existencia de casas en las espaldas del Palacio, algunas de ellas “arruinadas e inhabitables”, dándose el caso de que parte del referido barrio se había convertido en tierra de labor. A pesar de todo este proceso de degradación el Catastro contabiliza dos vecinos residentes en la Morería. A comienzos del XIX, concretamente en 1802, encontramos que la callejuela de la Morería, que estaba junto a la casa palacio, estaba cerrada, es decir tapiada. No obstante dicho espacio carecía de funcionalidad pese a las reiteradas peticiones de distintos vecinos para edificar en dicho lugar. Tendremos que esperar a 1826, fecha en la que Juan Carmona presenta un memorial solicitando “se le conceda la callejuela de la Morería para labrar casa en ella” [14].
TABLA COMPARATIVA DE LAS CALLES EN LOS AÑOS 1787 Y 1816
CALLES EN 1787[15] | CALLES EN 1816[16] |
Mesones, San Sebastián, Arrabal, Bernardo, Gandul, Naranjos, Cabras, Trianilla, Fuente Gorda-Estanquillo, Puerta de Sevilla, Real, del Arco, Hondilla, Ancha, , Coracha, Benajete, | Mesones, San Sebastián, Arrabal, Bernardo, Gandul, Naranjo, Cabras, Trianilla, Fuente Gorda, Estanquillo, Iglesia, Real, Alcocer, Hondilla, Ancha, del Arco y Coracha. |
Todas estas calles van a tener un elemento común que las va a identificar: la suciedad. Estamos ante calles sucias por las que discurría el agua procedente de caños, las inmundicias, etc. A ello hemos de unir el hecho de la frecuencia de animales sueltos deambulando por las calles, hecho que va a obligar al Cabildo a tomar medidas encaminadas a mejorar la limpieza de las calles .El Cabildo, ante la falta de numerario, tomará la determinación de obligar a cada vecino a barrer y limpiar “ dentro de cuatro días” el trozo de calle que le correspondiese a la fachada de su casa. Además estaban obligados a sacar fuera de la población todas las inmundicias, medida complementada con la prohibición de dejar sueltos los animales, sobre todo cerdos, bajo multa que se emplearía en la financiación de obras públicas[17]. Esta misma situación se vuelve a repetir en 1821, lo que nos demuestra que las medidas no surtieron los efectos deseados[18].
Las calles dan cabida, además de a viviendas de particulares, a edificios y lugares que van a destacar por su importancia simbólica o funcional. Entre éstos podemos hacer mención a:
EL AYUNTAMIENTO.
Situado desde la segunda mitad del XVI, en la plaza pública, en parte del solar que ocupa el actual. Será a partir de estos momentos cuando comienza a cobrar importancia al tener una funcionalidad polivalente. Las primeras referencias directas que tenemos en las Actas Capitulares de la necesidad que había en la villa de unas casas de Cabildo datan del año 1555, fecha en la que se indica que en el plazo de dos años debía de hacerse la Casa de Cabildo y Cárcel[19]. Estamos ante una necesidad de vital importancia para la localidad, tanto desde el punto de vista edilicio, como desde el simbólico, pues al no existir tal edificio las reuniones se celebraban en una sala del Hospital de la villa[20], situado en el número uno de la calle de la Iglesia. Estamos ante un edificio que se situaba junto a la Iglesia parroquial. Lo cierto es que con anterioridad al 20 de abril de 1551 se especifica que las reuniones de Concejo se celebraban en la fortaleza[21], por lo que podemos presuponer que se hace referencia al castillo. El motivo por el que se dejan de celebrar las reuniones en la denominada fortaleza lo ignoramos, pero podemos presuponer que sería por encontrarse en malas condiciones de habitabilidad. Volviendo a la Casa de Cabildo hemos de decir que se trataba de un edificio que constaba de dos plantas. En la baja había unos soportales, a modo de logia, compuesta de tres arcos que servían de resguardo y de lugar de recepción de inmundicias[22] . En la primera planta o planta noble del edificio había balcones, pues el 24 de enero de 1820, cuando se ordena jurar la Constitución, se hace referencia a la invitación que se hace al pueblo “para dicha jura que se verificará el día de mañana( 25 de enero) a las diez de ella, en los balcones de esta sala capitular”[23]. Ante las reducidas dimensiones del edificio [24] se habla de la necesidad de construir “una sala capitular para celebrar sus sesiones”[25]. Esta circunstancia hace que las reuniones de Cabildo se celebrasen en la inmediata ermita del Cristo de la Cárcel[26].
LA CÁRCEL.
Estamos ante otro de los edificios públicos de la villa, situada en la plaza, junto a la ermita del Cristo, en parte de lo que hoy es plaza de Antonio Mairena y entonces el número uno de la calle Ancha[27]. La antigüedad del recinto (cuya superficie era de 294 metros cuadrados[28]) es paralela a la de la Casa de Cabildo. Se trataba de un edificio que hacía esquina con la calle Ancha y en el que destacaba el calabozo con unas dimensiones muy reducidas:5,60 X 2,90[29].
EL CEMENTERIO.
El primer camposanto de Mairena estuvo situado junto a la iglesia parroquial y ocupaba un amplio solar situado entre las calles Iglesia y Hondilla. En un principio se trataba de un lugar destinado a “osario y entierro de pobres de misericordia” [30], dado que los más pudientes podían ser sepultados dentro del templo. Esta situación cambia a raíz del decreto dictado en 1787 por el Provisor y Vicario de Sevilla que prohibía tajantemente que se abrieran sepulturas ni bóvedas dentro del templo. Sin duda alguna esta determinación tan rotunda y tajante responde al hecho que no se obedecía totalmente la ley promulgada por Carlos III , circunstancia que obliga a la administración eclesiástica a cortar por lo sano[31]. Cuatro meses después en la visita de 1789 se hace referencia a que el cementerio está situado inmediato a la iglesia parroquial, esperándose que sea adecentado y aseado para que de esta manera “los vecinos depongan con el tiempo el horror que conservan a los enterramientos fuera de la Iglesia”[32]. Sin duda alguna esta situación estaba creando un gran malestar entre la población que consideraba el lugar indecente. Por otra parte se hace alusión al insoportable olor que había en la zona, sobre todo en verano[33].
EL HOSPITAL .
Las primeras referencias que tenemos de este establecimiento de carácter benéfico-sanitario data de mediados del siglo XVI, tal y como se detalla en las actas capitulares ,donde se manifiesta que ante la inexistencia de casa de Cabildo, el Concejo se reunía en una habitación del Hospital[34]. El referido establecimiento, según la visita pastoral de 1694, no es más que un lugar en el que se recogían los pobres pasajeros y también los pobres enfermos que estaba al cuidado de los Hermanos de la Cofradía del Corpus Christi, Nuestra Señora de la Antigua y San Bartolomé[35]. Este establecimiento, aunque arruinado por carecer de funcionalidad lo encontramos aún en el padrón del año
LAS CARNICERÍAS.
El primer matadero “moderno” que hubo en la villa se construyó en torno a 1814-15, pues sabemos que tras el traslado de las carnicerías y matadero de la confluencia de la calle Arrabal con Trianilla (Fuentes) a la plaza pública, el edificio se vendió y con el dinero se decidió la necesidad de construir un nuevo matadero “que deberá hacerse en el sitio de la Fuente Gorda en el pedazo de terreno que desde la casas de José Espinosa hay hasta la Huerta del Alunado, cuya construcción recomienda este Ayuntamiento” porque sería un matadero que utilizaría las derramas de la Fuente, cuya corriente se llevaría “las inmundicias y despojos de la citada oficina” [36].
EL POSITO.
El origen de los Positos es algo incierto, autores como Bernal remontan su origen al medievo y ve en ellos posibles reminiscencias musulmanas al denominárseles alhorles. Los Positos o almacén de cereales tenían como objetivo proporcionar trigo barato al pueblo en años de carestía. Es a finales del XV y comienzos del XVI cuando podemos documentar la aparición en Andalucía de estos establecimientos, es el caso del de Marchena en 1527[37]. Los Positos tenían la finalidad de proveer de trigo, que compraban en los meses de recolección, a bajo precio, para después ponerlo a la venta para su panificación en meses de precios altos y en épocas conflictivas. Esto hacía que actuasen como reguladores de los precios y como reserva de granos en épocas adversas. La primera reglamentación de los Positos data de la época de Felipe II; así el 15 de mayo de 1584 se establecen las finalidades que debían de tener estos establecimientos[38]:
- La del panadeo, que sería la principal.
- La de servir de “banco de granos” a los agricultores, que sería la función secundaria o excepcional.
El nacimiento del Posito de Mairena debe de ser paralelo al del nacimiento de la Casa de Cabildo, dado que ambos edificios estaban juntos y, al parecer, compartían paredes. Por otra parte tenemos el caso del de Marchena en 1527[39], o el de Carmona fundado en 1531 con la finalidad de “paliar las graves crisis de subsistencia ocasionadas por malas cosechas” que ocasionaban desórdenes callejeros, enfermedades y mortandad[40].
EL RELOJ .
El reloj de la villa estaba ubicado, desde época incierta, en el campanario de la parroquia, tal y como lo encontramos en el año 1689, fecha en la que el cuidador se dirige al Cabildo solicitándole aceite para “ untar las ruedas” [41]. Desde esta fecha contabilizamos continuas referencias al mantenimiento de dicho “artefacto”. En este lugar lo encontramos a comienzos del XIX, pues en 1842 aún permanecía en dicho lugar, tal y como lo refieren las Actas Capitulares del referido año, fecha en la que se produce la visita del Jefe Político. Así al, al visitar la iglesia parroquial “mandó que se componga el reloj o se proporcione otro si su estado al que existe no admite composición” [42].Hemos de decir que el campanario, aún siendo el mismo que hoy podemos apreciar, hasta 1826 estaba recubierto de azulejos, pues tenemos constancia por una carta que Jorge Bonsor dirige al doctor Hillhouse, en relación a una partida de azulejos que había remitido a los Estados Unidos que veinticuatro de ellos procedencia de la torre de la iglesia que había sido tocada por un rayo ochenta años atrás (1826) con la circunstancia que “ todos los “azulejos” que la decoraban fueron arrancados del edificio y cayeron sobre el tejado de la iglesia”. Al parecer, dichos azulejos fueron depositados en el patio, y con el tiempo fueron desapareciendo[43].
LA FUENTE DEL ALCONCHEL.
Se trata de una fuente situada sobre una antigua vereda, en el lugar que en tiempos fue un descansadero de ganado[44].Las primeras referencias que tenemos de la fuente datan de mediados del siglo XVI, concretamente del año 1553, fecha en la que el Cabildo acuerda de haga un padrón de los vecinos de la villa para efectuar el repartimiento de los peones que eran necesarios para reparar la fuente del Alconchel[45] .La fuente y abrevadero, tal y como lo conocemos en la actualidad, data de la reforma que se proyectaron a finales de 1889, siendo Alcalde Lutgardo Retamino [46]. La fuente previa a las reformas de Retamino era una construcción más ruda y austera que la actual aunque el frontón y las pilastras nos recuerdan el lenguaje clasicista de finales del XVIII. Por otra parte, no estaban los ocho paños de verja que posee en la actualidad, y los lavaderos situados detrás de la fuente estaban dentro de un recinto cerrado en donde una puerta de madera servía de entrada y que estuvo haciendo sus funciones hasta que se retiró tras la reforma[47]). Por otra parte, el entorno no estaba urbanizado, sino que presentaba un aspecto rústico donde destacaban ocho moreras y una acacia. Casi todos estos árboles eran centenarios pues nos consta que se sembraron en las reformas llevadas a cabo en 1554. Estos árboles sustituyeron a otros que también eran centenarios[48].
LA FUENTE GORDA.
Estamos ante otra de las fuentes que surtían de agua a la villa y que alimentaban a una serie de molinos de época inmemorial. El manantial de esta fuente hemos de buscarlo en la denominada huerta Coquilla, camino del cementerio[49]. Unas de las primeras noticias que hacen referencia a la fuente datan del año 1674, fecha en la que el Cabildo acuerda “que el caño de la fuente gorda se baje más de media vara porque por su altura que tiene están en peligro dos casas de morada”. Es una forma de detener la corriente del caño, por lo que se acuerda que dos alarifes vean los daños y la forma que se le debe dar[50].
LA IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN.
En el último tercio del siglo XVIII la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción presentaba un plano prácticamente idéntico al actual, pues la capilla mayor se había terminado en el verano de 1689, dado que en agosto del referido año se pagan 246 reales para el altar mayor[51]. Esta fecha adelanta la construcción de la capilla mayor un siglo respecto a la datación que hace el profesor Hernández Díaz[52]. Y aunque es cierto que en plano el edificio prácticamente el mismo, vamos a asistir en el último tercio de la centuria a una transformación interior que hará que el templo adquiera la fisonomía actual. Es en el año 1787, a raíz de los reparos que se quieren hacer en bóvedas, tejados y solería, cuando el maestro mayo de obras, Antonio de Figueroa , visita el templo y aprecia los reparos, tras varias visitas y rectificaciones, en 27.360 reales[53]. Sabemos que en septiembre las obras ya habían comenzado, por lo que el Santísimo se había trasladado a la ermita del Cristo de la Cárcel[54]. Aprovechando esta coyuntura, la Hermandad de la Veracruz plantea la necesidad de agrandar su capilla a la par que surge la necesidad de comunicar entre sí las capillas de la Encarnación, San Pedro y San José mediante arcos. Un año después el mismo Figueroa nos dirá que el templo se ha transformado por completo, de tal manera que parece “haber trasladado una Iglesia y puesto otra en su lugar según la diafanidad y desahogo con que se halla”, pues no se habían producido en los días festivos aglomeraciones, escándalos o bullicios dentro del templo. También nos dice que dado que la iglesia estaba muy oscura, sobre todo hacia la capilla mayor, se había decidido colocar sendas ventanas, una en la capilla de San Pedro y la otra en la de San José[55].
Así pues cuando el francés llegó a nuestra comarca, la iglesia de Mairena del Alcor tenía , desde el punto de vista arquitectónico el aspecto actual. También conocieron los franceses el denominado como “cuarto de ánimas” situado “colateral de la Iglesia Parroquial situado en la calle de la Iglesia”. Su existencia nos consta porque en la Restauración borbónica, nos aparece dicho establecimiento como uno de los colegios electorales, junto al de la Capilla del Santo Cristo de la Cárcel y de la que se denomina como capilla de San Sebastián[56].
Además de la parroquial la villa contaba con la Ermita del Cristo de la Cárcel y con la de San Sebastián dentro de la población. La de Santa Lucía, en las afueras, estaba ya arruinada en tiempos de la invasión, pues tenemos constancia que en el año 1789 dicho establecimiento estaba en ruinas, dado que cuando se da permiso para ejecutar las obras y reparaciones en la ermita de San Sebastián de El Viso se especifica que “en dicha reparación aprovechará V.m y con su mira los materiales que recogió de la ermita de Santa Lucía”[57].
LA SACRALIZACIÓN DEL ESPACIO URBANO: LA SEMANA SANTA.
En la trama urbana a la que antes hemos hecho referencia hemos hecho referencia a los templos de la localidad. En 1771 había en Mairena las siguientes Hermandades y Cofradías, según consta en la relación de Hermandades, cofradías, congregaciones y órdenes terceras existentes en el Arzobispado de Sevilla[58]:
LOCALIDAD | HERMANDADES | COFRADÍAS | CONGREGACIONES | ORDEN 3ª | TOTAL |
SEVILLA | 186 | 28 | 26 | 9 | 249 |
A. DE GUADAÍRA | 3 | 13 | 2 | 2 | 20 |
MAIRENA | 0 | 9 | 0 | 0 | 9 |
EL VISO | 3 | 3 | 0 | 0 | 6 |
En 1783 el Consejo de Castilla prohibió la fundación de hermandades sin licencia real, de ahí que dispuso el traslado de las hermandades sacramentales a las respectivas parroquias y se ordenó a las ya existentes la formación de nuevos estatutos. Desde este momento quedaban sometidas a la jurisdicción ordinaria, como ya lo estaba a la eclesiástica desde 1604[59].Tenemos constancia que en junio de 1780 el Asistente de Sevilla mandó que los Hermanos Mayores de las Cofradías y Hermandades de la villa certificasen los bienes que poseían. Así se les manda notificación a[60] :La Hermandad de la entrada en Jerusalén, La Hermandad de la Humildad, la del Santísimo Sacramento y San Bartolomé Apóstol, la de Nuestra Señora del Rosario, la Hermandad de San Pedro, la de Ánimas, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la del Santo Cristo de la Veracruz y la del Niño Jesús. No nos consta para esta fecha la Hermandad del Cristo de la Cárcel ni la de los Remedios que sabemos que existían, pero que en estos momentos pasarían graves apuros, pues sabemos que en el año 1793 solicitó protección al Vicario y Provisor General, dado que había desavenencias con el Vicario de la Villa por lo que el año anterior no hubo procesión de la imagen por las calles de la villa a pesar de estar la ermita de San Sebastián preparada “ hecho el convite al Predicador, convocado el Pueblo, y la Santa Imagen en su paso para la Procesión”[61]. Por las Reglas de la Hermandad sabemos que la fiesta de la Virgen es el 17 de septiembre y se dice que debía de ser con procesión desde la ermita de San Sebastián “patrono de esta villa hasta la Plaza de ella y ha de volver por el Arrabal”[62].Volviendo a las procesiones de Semana Santa, a finales del siglo XVIII el Corregidor de la villa puso de manifiesto “la corruptela o abuso que había en esta villa de las comidas y cenas que se acostumbraban hacer en los días de Semana Santa los Cofrades de las Hermandades , de que se originan embriagueces , escándalos y alborotos redundando todo en ofensa de la divina Majestad, especialmente en estos días en que todos deben concurrir al templo a pedir a Dios Misericordia, y en menosprecio de las Reales órdenes expedidas a su prohibición y a la mayor composición de los vasallos de su Majestad en memoria de la Pasión y Muerte de Nuestro Redentor Jesucristo, de lo que enterado este Ayuntamiento acordó se prohíba absolutamente para el presente tiempo y para los futuros semejante abuso y corruptela castigándose seriamente a todos los Mayordomos de Hermandades, a sus hermanos pedidores y demás personas, que practiquen y se junten en las Semanas Santas con inclusión del Domingo de Ramos a tales convites y comilonas “ poniéndose de manifiesto que aquellos que incumplan este acuerdo deberían de pagar una multa de 20 ducados[63]. Estas críticas van en consonancia con la Real Cédula de 1780 manda “que en ninguna iglesia de estos reinos, sea Catedral, Parroquial o Regular, haya en adelante danzas, ni Gigantones, sino que cese del todo esta práctica de las Procesiones, y demás funciones Eclesiásticas, como poco conveniente a la gravedad, y decoro que en ellas se requiere” [64].
SIGLAS:
AMMA (ARCHIVO MUNICIPAL DE MAIRENA DEL ALCOR).
AGAS(ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO DE SEVILLA).
AC(ACTAS CAPITULARES)
JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS
[1] HERNÁNDEZ DÍAZ, J. ; (et.al): Catálogo arquelógico histórico y artístico de la Provincia de Sevilla. T. II, Sevilla, 1943, pág. 65.
[2] AA.VV:El agua en los Alcores: El Viso del Alcor. El Viso del Alcor, 1996; pág. 2.
[3] BONSOR SAINT MARTÍN, Jorge: Las colonias agrícolas prerromanas del valle del Guadalquivir. Estudio preliminar de Jorge Maier. Sevilla, 1997; pág. XXVI.
[4] HERNÁNDEZ DÍAZ,J. (et al) : Catálogo Arqueológico histórico y Artístico de la Provincia de Sevilla. Op. Cit. T.I, pág. 17.
[5] AMORES CARRENDANO, Fernando: Carta arqueológica de los Alcores (Sevilla). Sevilla, 1982; pág. 48.
[6] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[7] Censo de 1787 “Floridablanca”.
[8] AMMA, Padrones y Censos, legajo 108.
[9] AMMA, legajo 44.
[10] AMMA, libro 119.
[11] ROMERO DE SOLÍS, Pedro: La población española…Op. Cit.; pág. 10.
[12] AMMA, AC. Legajo 14.
[13] AMMA, Catastros, legajo 144.
[14] AMMA, AC, legajo 15.
[15] AGAS, Administración General. Padrones. 1787.
[16] AMMA, legajo 108.
[17] AMMA, AC, libro 12
[18] AMMA, AC, legajo 15
[19] AMMA, AC, libro 4.
[20] AMMA, AC, libro 5.
[21] AMMA, AC, libro 5.
[22] AMMA, AC, libro 35
[23] AMMA, AC, Legajo 15
[24] MADOZ,Pascual: Diccionario Geográfico-estadístico. Sevilla. Edición facsímil. Sevilla, 1986; Pág 106-107.
[25] AMMA, AC, legajo 17.
[26] AMMA, DISPOSICONES, legajo 37.
[27] AMMA, Padrones y Censos, legajo 113
[28] AMMA, AC, libro 45.
[29] AMMA, AC, libro 45.
[30] AMMA, AC, legajo 13.
[31] AMMA, AC, libro 15.
[32] AGAS, GOBIERNO, Visitas, legajo 5156.
[33] AGAS, GOBIERNO, Visitas, legajo 05231.
[34] AMMA, AC.20 de abril de 1551.
[35] AGAS, GOBIERNO,Visitas,legajo 5166.
[36] AMMA, AC, legajo 14.
[37] AA.VV: Pósitos,Cillas y Tercias. Sevilla, 1991; pág.34 a 53.
[38] AA.VV: Pósitos,Cillas y…Op. Cit.; págs.54 a 57.
BOHORQUEZ JIMÉNEZ, Domingo: El Ducado de Medina Sidonia …; pág. 328.
[39] AA.VV: Pósitos,Cillas y Tercias. Sevilla, 1991; pág.34 a 53.
[40] CRUZ VILLALÓN, Josefina: “Del Antiguo Régimen a la Modernidad”. Carmona, Historia, cultura y espiritualidad. Sevilla, 1992; pág. 127.
[41] AMMA, AC, legajo 4.
[42] AMMA, AC, legajo 17.
[43] AGA, Colección Bonsor, legajo 8.
[44] CANTERO,Pedro A.: Arquitectura del agua. Fuentes públicas de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1995; pág. 81.
[45] AMMA, AC, libro 5,5 de junio de 1553.
[46] AMMA, AC, libro 46.
[47] AMMA, AC, libro 43.
[48] AMMA, AC, libro 5.
[49] CANTERO,Pedro A.: Arquitectura del agua…Op. Cit.; pág. 83.
[50] AMMA, AC, legajo 3.
[51] AGAS,JUSTICIA, Ordinarios, legajo 11.348..
[52] HERNÁNDEZ DÍAZ, J et al: Objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas. Págs 146
[53] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[54] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[55] AGAS, JUSTICIA, Ordinarios, legajo 10.556.
[56] AMMA, AC, libro 36.
[57] AGAS, GOBIERNO, Ermitas, legajo 5.295.
[58] MIRA CABALLOS, Esteban: “Hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla a través de los censos de 1771”.Archivo hispalense nº 250. Sevilla, 1999; págs. 68-72.
[59] DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio y AGUILAR PIÑAL, Francisco: Historia de Sevilla. El Barroco y la ilustración. Sevilla, 1976; pág. 229.GAMERO ROJAS, Mercedes: El mercado de la tierra en Sevilla. Siglo XVIII. Sevilla, 1993; págs. 271-272.
[60] AMMA, DISPOSICONES, libro 117.
[61] AGAS, JUSTICIA, Hermandades, legajo 9.885.
[62] AGAS, JUSTICIA, Hermandades, legajo 9.885.
[63] AMMA, AC, libro 15.
[64] AMMA, DISPOSICIONES, libro 117.
MANUEL CERQUERA BECERRA EN CLAVE DE GUBIAS

EXPERIENCIA VITAL.
“Tenía Cerquera un gusto exquisito y, era además, un dibujante excepcional. De sus manos han salido obras maestras. He visto allí admirables muestras de su arte para pasos y retablos, inefables esculturas de Vírgenes y Crucificados impresionantes (…) Cerquera era, además, artista en toda la extensión de la palabra. En el taller del Muro de los Navarros siempre había flores. El aroma intenso de los claveles predominaba sobre los ingredientes del oficio. Su afición a la música no era sólo como devoto oyente, sino que se manifestaba también como ejecutante en el piano. Pintaba con la perfección que da el dominio del dibujo, pero también el sentimiento y la pasión por la belleza” (Evocación de Manuel Cerquera, por Agustín Iglesias, ABC. Viernes 24 de Diciembre de 1971, pág. 85)
El presente artículo pretende esbozar, dar ligeras pinceladas, sobre el autor de la imagen de Santa María del Alcor, pinceladas que esperamos queden plasmadas, a posteriori en algo más sólido que, de alguna manera, nos permita elaborar una verdadera radiografía sobre el insigne imaginero.
Manuel Cerquera Becerra nació en Alcalá de los panaderos, la villa del Guadaíra, allá por el año de 1906, en los comienzos del reinado de Alfonso XIII (1902-1931). En esos años la mayor parte de la población de la villa se dedicaba a la elaboración del pan y a trabajos agropecuarios.
Junto a sus padres y hermanos se trasladó a edad temprana a la ciudad hispalense. El futuro escultor era sobrino del canónigo de la catedral y párroco de la Rinconada, don Antonio Cerquera, gran aficionado a la música. Esta afición la transmitió a Manuel, que estudió piano en el conservatorio de Sevilla, y esporádicamente tocaba el órgano de la catedral.
Manuel Cerquera pertenecía a una familia dedicada a la panadería y a la carpintería, por lo que pronto su familia empezó a vislumbrar sus dotes artísticas en la talla de la madera. Debido a dicha circunstancia, sus padres lo introdujeron como aprendiz en el taller del afamado escultor cacereño Enrique Pérez Comendador (1900-1981). Su aprendizaje artístico se va acrecentando con los años, convirtiéndose en un discípulo aventajado. Posteriormente, el joven Cerquera se independizará, abriendo su propio taller en la calle Muro de los Navarros, 27, en el corazón de la ciudad.
Contrajo matrimonio con Ángeles González de la Llera (1906-1992); de esta unión nacieron Manuel, Ángeles, Dolores, Miguel Ángel, Antonio e Isabel, de los cuales a excepción de Manuel, viven todos en la actualidad. Residió en la calle Ardilla, 1 (que no 5 como especifica su esquela), a la vera de la Cava de los Gitanos del barrio de Triana.
Sus hijos, a los cuales agradecemos profundamente su atención, nos han facilitado algunos datos y fotografías de la vida y obra de su padre. El insigne imaginero fue hermano de la hermandad de los Panaderos, gran aficionado a la música, a la pintura (realizaba cuadros para familiares y amigos), a la ebanistería (construía magníficos muebles de caoba) o al fútbol (jugaba partidillos con los amigos y era socio del Sevilla F.C.)
Manuel Cerquera falleció el día 6 de diciembre de 1971, a los 65 años de edad (aunque en la esquela mortuoria aparece como de 75 años), celebrándose el sepelio en la catedral de Triana, la Iglesia de Santa Ana, y siendo enterrado en el Cementerio de San Fernando.
LAS DOS EDADES DE PLATA.
Si a finales de los años 20, concretamente en 1927 surgió en la ciudad del Baetis una nueva generación de poetas y literatos, nos referimos, claro está, a la generación del 27, donde se produjo un resurgir de nuestra literatura, podemos afirmar que ocurre algo similar en torno a finales de los años treinta, en este caso con la imaginería, tal vez como consecuencia de los trágicos acontecimientos acaecidos entre 1936-39. En este contexto de crisis surgirá un grupo de poetas de la gubia que de alguna manera, unas veces mejor que otras, van a intentar completar el vacío de imágenes que se va a producir a raíz de las quemas de iglesias y conventos. Entre este elenco de artistas hemos de hacer mención al que ha sido calificado el Martínez Montañés del siglo XX, don Antonio Castillo Lastrucci, insigne y prolífico imaginero que bebiendo de los cánones más clásicos de la imaginería barroca sevillana supo renovarla y llevarla a extremos que podemos calificar como sublimes. Además del insigne maestro tenemos otro grupo de artistas, tal vez menos conocidos, pero que también aportaron su granito de arena, es el caso del también alcalareño Manuel Pineda Calderón (1906-1974), Carlos Bravo Nogales (1915-1985), los carmonenses Francisco Buiza Fernández (1922-1983) y Antonio Eslava Rubio (1909-1983), Antonio Illanes Rodríguez (1903-1976), Agustín Sánchez-Cid Agüero (1886-1955) o el maestro que nos ocupa, Manuel Cerquera Becerra.
OBRAS DEL MAESTRO.
Las obras de Manuel Cerquera son numerosas y de gran valía, aunque ni en vida ni en la actualidad han recibido el reconocimiento que sin duda merecen. Cerquera era un artista completo, pues él mismo doraba, estofaba y esculpía sus figuras. Fue un imaginero y tallista muy activo entre los años 30 y 60 del pasado siglo, recibiendo influencias en sus obras del ilustre escultor barroco, Juan de Mesa.
Entre sus obras, podemos destacar las siguientes:
- Cristo de la Salvación, titular de la Hermandad de la Soledad de san Buenaventura de Sevilla (1936). Esta imagen se agregó como titular en 1960.
- Santísima Virgen de la Soledad de Mairena del Alcor (1938).
- Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de la Soledad y Cristo Yacente de Fernán Núñez (Córdoba) También realiza los Pasos de estilo Barroco (1943).
- La Cruz de Jesús Nazareno, El Sagrado Corazón de Jesús (1959), La Virgen del Rosario y el diseño del Arco del Postigo, todos ellos en la ciudad gaditana de Rota (Cádiz).
- Restaura a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Olivares y el Cristo de la Buena Muerte de Ayamonte (Huelva)
- Cristo de la Vera Cruz y Cristo Yacente (1948) de Villalba del Alcor (Huelva)
- Paso de Misterio en estilo barroco sevillano (1951) de Jesús Cautivo de Dos Hermanas, figura esculpida en 1939 por Antonio Illanes Rodríguez.
- El Paso de Cristo de la Hermandad de la Vera Cruz de Dos Hermanas.
- Retablo Mayor de la Parroquia de Jabugo (1959-1960)
- Respiraderos del Paso de Misterio de la Cofradía sevillana de San Roque.
- Respiraderos del paso de Nuestro Padre Jesús de las Penas (1963) de Sevilla.
- El Crucificado en la parroquia sevillana de Corpus Christi.
- El dibujo y diseño del Paso de La Lanzada de Sevilla (la confección definitiva fue realizada por Antonio Martín)
- El Trono de la Virgen de Valme.
- Diseña el Retablo del Sagrado Corazón de Jesús de la Capilla de la Catedral hispalense, sin embargo, la obra definitiva fue realizada por otro escultor.
OBRA INSIGNE: SANTA MARÍA DEL ALCOR CORONADA, PATRONA DE EL VISO DEL ALCOR
A lo largo de los últimos veinte años se han escrito diversos artículos en distintas revistas locales que de, alguna manera, nos han hecho conocer datos referentes a Santa María del Alcor Coronada, que en este año de 2009 ha cumplido los setenta años entre los visueños.
La nueva imagen de la Patrona sustituye a una pequeña Virgen de estilo gótico, datada a finales del siglo XV, la cual desapareció pasto de las llamas en 1936.
El día 3 de enero de 1938, según Domitilo Jiménez, se firmó el contrato con el imaginero Manuel Cerquera. La imagen es de talla completa en madera de Flandes, dorada en oro fino, policromada, y en actitud sedente con el Niño Jesús en su falda en el lado izquierdo, siendo su coste de 2850 pesetas. La nueva imagen fue costeada por el Ayuntamiento de El Viso, siendo Alcalde don Jesús León Sánchez, a petición de la Junta Reconstructora de la Parroquia.
La imagen fue traída de incógnito a El Viso a la antigua fábrica de luz, siendo colocada en unas andas para su traslado a la Parroquia. El sábado 26 de agosto de 1939, a las seis de la tarde, fue bendecida y, acto seguido, fue llevada en una multitudinaria procesión por las calles de nuestro pueblo.
REINA DEL CIELO Y DE LA TIERRA.
Hace cinco años, tras un largo proceso iniciado por la Hermandad de Santa María del Alcor y de San Pedro Nolasco, la insigne Mater en Magestad, arropada por el pueblo, al igual que ocurriera el 26 de agosto de 1939 la excelsa imagen fue llevada en volandas desde la capilla del Rosario hasta el Parque de la Constitución, donde, tras una solemne misa fue coronada canónicamente por el Cardenal Arzobispo de la Archidiócesis de Sevilla, Monseñor Don Carlos Amigo Vallejo. Fue este un momento sublime en el que las manos del Señor Arzobispo, tal como palomas inspiradas por el Espíritu Santo posaron sobre las sienes de la bendita imagen la magnífica corona, la corona de la reconciliación que tan magníficamente diseñó otro artista, nos referimos a Ricardo Jiménez Palacios que supo transmitir, con gran sensibilidad y acierto, además de conjugar de forma equilibrada, lo nuevo y lo viejo, consiguiendo así un magnífico resultado creando una verdadera obra de arte para la reina de los Alcores.
DOCUMENTACIÓN:
- Hemeroteca diario ABC.
- Entrevista a familiares de don Manuel Cerquera Becerra.
- Revista nº 1 de Amigos de El Viso, año 1989.
- Revista de las Fiestas patronales en Honor a Santa María del Alcor, año 2007.
- Distintas páginas web.
Autores: Marco Antonio Campillo, José Ángel Campillo, Vidal Prieto, Francisco Javier Urbano y Blas Jiménez (Asociación Cultural Fuente del Sol) y Miguel Ángel Crespo (Hermandad de Santa Mª del Alcor Coronada).