Blogia
ASOCIACIÓN CULTURAL FUENTE DEL SOL

BATALLAS A NARANJAZOS EN EL VISO CARNAVALESCO

BATALLAS  A  NARANJAZOS EN EL VISO CARNAVALESCO Hace escasos días se ha celebrado en el pueblo valenciano de Buñol la fiesta de la tomatina, consistente en que los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Esta fiesta, de tan solo 70 años de antigüedad, se ha convertido en un reclamo internacional. Pues bien, una celebración similar ya existía en El Viso Barroco durante el Carnaval de 1633, festividad muy arraigada en nuestro pueblo hasta la Guerra Civil, la cual no ha podido resurgir de sus cenizas, aunque sus rescoldos brillan con fuerza en los disfraces de Nochevieja.

Las Ordenanzas Municipales de El Viso indican lo siguiente en castellano antiguo: “En la villa de El Viso en seis dias del mes de febrero de mil y seiscientos e treinta e tres años el señor Gerónimo Camacho y Llamas alcalde mayor e juez de residencia en El Viso dixo, que por quanto al presente son los tres dias ultimos de carnestoliendas entre los vecinos desta villa, y de fuera della en tirarse unos a otros naranjas, limas afrechochas y otras cosas de que dello puede resultar muchas desgracias de muertes, oprovios, i otras cosas para cuyo remedio, i evitar los dichos incombinientes y que todos esten en paz, y en quietud mando, que se pregone publicamente en la plaza publica desta villa y en las demas partes de (…) necesario que ninguna persona de qualquier condicion que sea, sea osado a (…) dias de carnestolendas ningunas naranjas, limas, a (…) no otra cosa que en semejantes dias se suelen tirar teniendo por trisca y risa, pena de dos mil maravedies para la camara de su señoria el conde del Castellar mi señor, i gastos de justicia, y desta residencia por mitad demas que se procedera contra ellos con todo rigor, y ansi lo proveyo, mando i firmo =Gerónimo Camacho= Ante mi Diego de Montoya”.

En definitiva, el alcalde mayor y juez de residencia prohíbe que durante los tres últimos de carnestolendas (período que comprende los tres días anteriores al miércoles de ceniza, día en que empieza la cuaresma) se celebren combates entre los vecinos de El Viso, y de fuera de esta villa, arrojándose naranjas, limas y otros objetos, con ánimo de “trisca” (bulla o estruendo) y “risa”, alegando motivos de orden público, y que tales disturbios pueden provocar muertes y afrentas. Sin duda, razones poco ajustadas y penas desproporcionadas (dos mil maravedíes y los gastos del juicio), relacionadas con la tradicional preocupación de las autoridades de controlar el orden público a toda costa, incluso limitando la diversión de nuestros antepasados en la festividad de Carnaval. ¡Nada nuevo bajo el Sol!

Marco Antonio Campillo de los Santos

0 comentarios